n La izquierda "se salió de la pecera", afirman
La coalición opositora EP-FA, la mayor fuerza política uruguaya
Stella Calloni, enviada, Montevideo, 29 de octubre n Gane o pierda, Encuentro Progresista-Frente Amplio (EP-FA) se ha transformado ya en la mayor fuerza política de Uruguay y esto no es poco si se tiene en cuenta la larga lucha, incluyendo la dictadura militar, que fue un paréntesis largo y doloroso de unos 12 años (1973-1985) con secuelas muy graves que hasta hoy continúan perturbando la vida política nacional por la otra tragedia: la impunidad.
"Esto sucede 89 años después que fuera elegido el primer diputado de izquierda y este acontecimiento, opacado por las expectativas del balotaje, es en sí mismo una revolución", dice Marcelo Pereira, analista de la revista Brecha.
Para el escritor Eduardo Galeano, éste es un momento de "enorme vitalidad" y, subrayó la importancia de que la izquierda no haya tenido que hacer alianzas con fuerzas muy distantes de sus políticas.
Entre los sucesos de este proceso no sólo destaca la presencia popular del EP-FA, sino el surgimiento de nuevas figuras, en especial la del diputado José Mújica Pepe , candidato a senador "que le ha soplado vida" a esta campaña y que ha llevado como bandera una de sus frases, "la izquierda se salió de la pecera".
En un país donde hasta 1966 los partidos Blanco y Colorado sumaban 90 por ciento de los votos, ahora el mapa político ha cambiado definitivamente.
En 1971 el Frente Amplio entró en escena, para no salir más, después de que sus militantes sufrieran persecuciones, muerte, cárcel e incluso las propias consecuencias de cierta disgregación durante la pasada dictadura, y luego divisiones internas.
En 1971 el FA, con el general retirado Líber Seregni, uno de sus líderes históricos, y José Crottagnini como candidatos a presidente y vicepresidente, se estrenaron con 18 por ciento de los votos y 30 por ciento en la capital, considerado el mayor avance en la historia electoral de la izquierda.
En 1984 y 1989, cuando también se postuló Seregni, lograba 21 por ciento, pero ese año se produjo la escisión de la coalición de los partidos por el Gobierno del Pueblo y Demócrata Cristiano.
Tabaré Vázquez fue elegido intendente de Montevideo y en 1994 se postuló para la presidencia con Rodolfo Nin Novoa a la vicepresidencia, quien lo acompaña ahora y resultó entonces el más votado de todos, pero con la ley de lemas vigente su triunfo se diluía entre los otros candidatos.
También en 1994 y estrenándose el año, Encuentro Progresista se alzaba con la intendencia de Montevideo, y la gestión del arquitecto Mariano Arana es considerada brillante y honesta.
Se demostró eficiencia en el ejercicio de un gobierno de la ciudad, a pesar de los obstáculos interpuestos por la administración central y también por algunos sectores de izquierda radical que complicaron su gestión y llevaron incluso al alejamiento de Seregni de la presidencia de FA, aunque es ahora uno de los entusiastas factores de esta arrolladora presencia frenteamplista.
El incremento constante de la intención de voto da cuenta del avance sostenido de una fuerza que muchos soñaron con desaparecer de escena, y de acuerdo con las últimas encuestas con 38 o más por ciento dejó muy lejos a colorados y blancos.
Además de los efectos de las crisis económicas, entre los temas pendientes que deberá enfrentar el nuevo gobierno que surja es el de los derechos humanos, y especialmente el caso de los desaparecidos durante la pasada dictadura.
La carta que el poeta y escritor Juan Gelman envió al presidente Julio María Sanguinetti es portada de los periódicos a diario, donde reclama una respuesta prome- tida ante la desesperada búsqueda de su nieto o nieta que nació en cautiverio, y que según las investigaciones fue llevado con destino desconocido desde una dependencia de seguridad uruguaya junto con su madre desaparecida, María Claudia García Irurueta Goyena, esposa de Marcelo Gelman, ambos secuestrados en 1976 y este último asesinado.
Este día se unió el reclamo del cantante brasileño Chico Buarque, quien pidió "humanidad" al presidente uruguayo: "Como tantos otros brasileños soy admirador de Juan Gelman. Cuando lo conocí en el exilio, hacía poco tiempo que había perdido a su hijo, asesinado a sangre fría por las fuerzas de represión de Argentina. Su nuera, como le ha sido informado, fue secuestrada en esa época estando embarazada".
Añadió que entregada inmediatamente a los militares uruguayos se la trasladó a una prisión de Montevideo y dio a luz en dependencias del ejército. "Brutalidades semejantes son una vergüenza común en la historia reciente de nuestros países", dijo.
"Es sabido que usted en Uruguay fue un adversario de la dictadura... por eso me parece absurdo que hoy, en la presidencia de su país, ignorara usted la demanda de Juan Gelman", indicó Buarque.
El presidente uruguayo ha tratado de evitar una respuesta, pero este caso puso en evidencia las graves falencias de la democracia uruguaya en el tema de la recuperación de la verdad.
Al presidente se le reclama además que no haya dado respuesta a otro caso, el secuestro de la maestra Elena Quinteros, quien fue arrancada de la embajada de Venezuela en 1976 y desaparecida.
Todo está en el aire en estas horas preliminares, donde es casi seguro que la población deberá prepararse para una segunda vuelta a fines de noviembre próximo, comenzando negociaciones políticas de todo tipo, pero mucho habrá cambiado después del próximo domingo.
Sanguinetti sostiene que en Uruguay desde 1903 existe la tercera vía, y que el Estado uruguayo es mucho más parecido a los europeos. Sin embargo detrás queda también un desempleo y subempleo que ronda el 25 por ciento, salarios muy bajos, pobreza excluyente que avanzó en uno de los países más cuidadosos en este aspecto.