n PURASANGRE
Sue Grafton:
abecedario del crimen
1. Cuando la escritora Sue Grafton dio inicio a lo que sería el eje central de su trayectoria literaria con A de adulterio, hace casi 20 años, nadie salvo ella hubiese pensado que en ese lapso iba a completar poco más de una docena de títulos sostenidos por su protagonista, quien comenzó su existencia en negro sobre blanco de esta forma: ''Me llamo Kinsey Millhone. Soy investigadora privada con licencia expedida por las autoridades del estado de California. Tengo treinta y dos años, me he divorciado dos veces y no tengo hijos. Anteayer maté a una persona y el hecho me preocupa".
2. En poco tiempo Grafton se convirtió en autora de culto. La escritora ha conseguido el reconocimiento de sus colegas y de la crítica especializada. Lawrence Block, por ejemplo, hace aparecer la obra y la personalidad de Sue Grafton en repetidas ocasiones en una de sus nuevas novelas dedicadas a Bernie Rhodenbarr, la celebrada obra El ladrón que no quería robar. Lejos de ser un mero gesto de camaradería por parte de un caballero de la narrativa como Block, el hecho implica que en su lengua materna Grafton y su investigadora Millhone han cruzado ya las fronteras de la ''vida real" para convertirse, ambas, en personajes de esta peculiar mitología que es la narrativa del crimen. La crítica, por su lado, le ha conferido a la novelista premios como el Mysterious Stranger, el Shamus y el Anthony, que caben en una línea pero que implican años frente al procesador de palabras.
3. En castellano, Grafton es un acontecimiento. Prácticamente sin promoción comercial, por medio de la colección Andanzas de Tusquets, va ya por la letra N. El recuento es preciso: A de adulterio, B de bestias, C de cadáver, D de deuda, E de evidencia, F de fugitivo, G de guardaespaldas, H de homicidio, I de inocente, J de juicio, K de Kinsey, L de ley, M de maldad y N de nudo. Incluso, se agradecen las portadas hechas ex profeso por Loredano para la serie, luego de que las originales en inglés son pobres, cuando bien les va.
4. Kinsey Millhone es cálida al contar en primera persona sus aventuras, aunque con el tiempo y su cercanía con la muerte (la de otros y la suya) ha devenido cínica a veces, o fría y desencantada en otras, pero siempre persistente: ''Toda muerte violenta es la culminación de una historia y una especie de prólogo a la segunda parte", dice en F de fugitivo. O en J de juicio: ''A simple vista nadie creería que hubiese conexión alguna entre el asesinato de aquel hombre y los acontecimientos que cambiaron mi concepción de la vida (...) Los homicidios muy raras veces son sucesos aislados y nadie ha dicho nunca que las revelaciones tengan que darse de manera lineal".
5. Sue Grafton, escritora, donde quiera que esté.
n César Güemes n