n Fervoroso homenaje al poeta en su ciudad natal
Las exequias de Alberti rebasaron sus deseos de ''estricta intimidad''
n Deseo que recuerden a mi padre como un ser entero y digno: Aitana
Agencias n El fervor popular se sobrepuso a los deseos del poeta: pese a la voluntad de Rafael Alberti, quien había pedido ''la mayor simplicidad y la más estricta intimidad" para sus exequias, una ceremonia oficial fue organizada en su ciudad natal del Puerto de Santa María.
Aprobado por la viuda del bardo gaditano, María Asunción Mateo, pero sin contar con su asistencia, el homenaje se realizó la tarde de ayer en el monasterio de la Victoria, a iniciativa del ayuntamiento local, luego de que los restos de Alberti fueron incinerados y trasladados a aquel lugar. El acto contó con la presencia de la única hija del último representante de la generación del 27, Aitana, quien llegó este viernes a Madrid procedente de Cuba, lugar donde reside.
Deseo que recuerden a mi padre como un hombre de verdad, entero y digno , que tenía la particularidad de ser poeta, dijo, y agregó que él fue, ante todo, un ser que mantuvo una gran dignidad a lo largo de su vida.
En declaraciones a un diario cubano, Aitana recordó la estrecha y afable relación de su progenitor con el país caribeño, en el cual estuvo en cuatro ocasiones para entrevistarse con intelectuales locales, entre ellos, Juan Marinello y Alejo Carpentier, ''amistades que duraron la vida entera".
Compartir ideales comunistas
Durante su última visita a la isla, en 1991, Alberti sostuvo un largo y cordial encuentro con el presidente Fidel Castro, con quien lo unían simpatías mutuas e ideales comunistas. ''Recuerdo unas conversaciones muy entretenidas, muy amenas. Todo se desarrolló en un ambiente de gran alegría; rivalizaban en broma para decir cosas simpáticas, agradables, como dos amigos que se rencuentran al cabo de los años", señaló Aitana Alberti.
Esa amistad se expresó materialmente en un homenaje que el Partido Comunista Español (PCE) tributó ayer a Rafael Alberti en la plaza del Puerto de Santa María, con un ofrenda floral que el presidente Castro hizo llegar a ese lugar y la cual fue colocada junto a una escultura del autor de Marinero en tierra. Presidida por el secretario general del PCE, Francisco Frutos, durante la ceremonia un vate andaluz leyó un poema de Alberti, en el que subraya su creencia en el ''hombre nuevo cantando" por un mundo mejor.
Mientras que en toda España los reconocimientos y los tributos para el autor de Pleamar se multiplican, en el Puerto de Santa María la alcaldía y varias asociaciones culturales y sociales planean un gran homenaje público para el próximo 16 de diciembre, día en que Alberti cumpliría 97 años.
En tanto, obras del pintor-poeta serán expuestas en el Museo del Prado, con lo cual se dará cumplimiento a ese gran deseo de Alberti, transmitido el jueves por María Asunción Mateo al ministro de Cultura, Mariano Rajoy.
Además de dejar bien explícito cómo quería que fueran sus funerales, sin altisonancias ni homenajes retóricos, Alberti detalló la lista, muy breve, de las personas que debían transportar, en copa de madera, las cenizas de sus restos mortales para esparcirlos en la bahía gaditana que amó entrañablemente y a la cual vio y sintió como ''un resumen del mundo".
La fecha para que ocurra esa íntima ceremonia es guardada en absoluto secreto por los familiares del hacedor de La arboleda perdida.