n Fin de la visión integracionista: Stavenhagen


En crisis, el indigenismo como política de Estado: intelectuales

n Necesario, repensar el papel del Estado multicultural: INI

Víctor Ballinas n El indigenismo como política de Estado está en crisis y "ha llegado a su fin", coincidieron en señalar ayer los antropólogos Rodolfo Stavenhagen, Lourdes Arizpe y Andrés Medina; el filósofo León Rogelio Olivé; el investigador Salomón Nahmad, y la directora del Instituto Nacional Indigenista (INI), Melba Pría.

Al participar ayer en el seminario Indigenismos, reflexiones críticas, los investigadores, académicos, y funcionarios, cada uno en su intervención, coincidieron también en que los modelos de Aguirre Beltrán y Guillermo Boffil "ya no responden a la realidad", por lo que es necesario repensar el Estado como uno pluriétnico, pluricultural, y discutir los conceptos de territorio y autonomía, pues fracasó la idea de "homogeneizar al indígena".

El antropólogo, sociólogo e investigador de El Colegio de México, Rodolfo Stavenhagen, refirió que el indigenismo fracasó porque quería homogeneizar al indígena, volverlo campesino e integrarlo al desarrollo económico, pero "no se preguntó cómo cencebían los indígenas a la nación, no se les tomó su opinión, ni siquiera se les consideró".

La visión integracionista fue una respuesta a las necesidades percibidas por el Estado post-revolucionario. Incluso, esas concepciones de integrar al indígena al desarrollo fueron compartidas por las izquierdas mexicanas marxistas y neomarxistas, pues consideraban que los indígenas eran explotados, y que tenían que dejar de ser indios y convertirse en campesinos, "sin embargo, no funcionó el indigenismo integracionista, pues nunca consideró a éstos como sujetos activos de su desarrollo", apuntó el investigador.

Desde los ochenta, definió el antropólogo, cuando se empezaba a hablar de política de Estado y emergen los paradigmas de los derechos humanos de los indígenas, de las minorías, se trataba de repensar el Estado-nación, no repensar al indigenismo, "pero no hemos querido romper el modelo heredado de los padres de la patria del siglo XIX".

En la discusión actual se tiene que hablar de la autonomía, de la autodeterminación, de la cultura, que hasta ahora han sido marginados de la agenda. Es necesario repensar al Estado-nación y su relación con los indígenas; "debemos repensar qué concepto de Estado-nación queremos para el siglo XXI".

 

Construcción de una nueva nación

 

Por su parte, el filósofo León Rogelio Olivé, del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, dijo que en países como México, se plantea una situación análoga a la mundial. La construcción y el desarrollo de la nación puede verse como un proceso tendiente a imponer una única cultura, o bien puede reconocerse el carácter multicultural del país, y aceptar que su desarrollo puede enriquecerse con esa diversidad, si se apoya el florecimiento de todas las culturas que lo componen y se sienten bases sólidas para que todas cooperen en el proyecto común de desarrollo.

En su opinión, dijo, es posible fundamentar el doble derecho de las diversas culturas a la diferencia y a la participación en la construcción de la sociedad nacional, y justificar también la obligación de las culturas a estar dispuestas a cambiar; eso puede hacerse, por ejemplo, mediante la articulación de un modelo multiculturalismo basado en una concepción pluralista del conocimiento y de la moral.

A su vez, el antropólogo Andrés Medina manifestó que "estamos ante una crisis anunciada del indigenismo".

Expuso que desde las constituciones de 1824, 1857, y la de 1917, no hay un reconocimiento a los indígenas; a éstos no se les considera ciudadanos, todavía se está en el pensamiento liberal, que no concebía como ciudadanos a los indígenas. Hoy está en crisis el concepto de nación monocultural, homogénea, esto obliga a una reflexión sobre la política indigenista.

La investigadora de la UNAM Lourdes Arizpe dijo que el modelo de Aguirre Beltrán y Guillermo Bonffil "ya no nos sirve"; esos esquemas que negaban al mexicano indígena ya no sirven, necesitamos nuevo modelo pluralista".

Esbozó lo que ella denomina poligrafía, que sería el nuevo método para entender a los indígenas, pues la etnografía ya no funciona. La discusión ya no es otra que la de un Estado democrático.

Las macrorreformas que se hagan deben considerar que el INI debe tener como objetivo asegurar las condiciones para que los indígenas decidan cómo participan en el Estado. Los zapatistas "han hecho más en cinco años que lo que hicimos los antropólogos", puntualizó.

Por su parte, la directora del INI, Melba Pría, hizo un repaso rápido sobre las diferentes concepciones del indigenismo, y abundó que dos directores del instituto, Carlos Tello y Arturo Warman, "han expresado claramente en sus escritos la toma de distancia respecto del indigenismo integracionista, como la exploración de alternativas para una política que debió encarar un conjunto de nuevas circunstancias".

Finalmente, Salomón Nahmad, investigador y ex director del INI, aseveró que el ƈresidente no ha cumplido con los indios, como ningún mandatario lo ha hecho. El gobierno no cumplió con la entrega de tierras a los yaquis, puso como ejemplo.

Miguel de la Madrid no cumplió con sus compromisos de campaña, aseveró Nahmad, "cuando yo, como director del INI, iba a entregar a los indígenas los Centros Coordinadores Indígenas, me lo impidieron y me encarcelaron con infamias y calumnias. Fui preso político", dijo.