n Las tendencias internas, preocupación de Summers
Debaten en Estados Unidos cómo mantener el imperio del poder
Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 28 de octubre n Según el vicepresidente Al Gore, Estados Unidos es "el líder natural" del mundo, mientras Larry Summers afirma que el futuro depende de la capacidad de este país para mantener una integración global para la seguridad nacional y para algunos congresistas hay que determinar si se debe usar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en conflictos fuera de Europa, como Kosovo y, por ejemplo, ƑChiapas?
O sea, está en debate cómo mantener el imperio del poder estadunidense al amanecer del nuevo siglo, política, económica y militarmente, y no es novedad porque de esto está conformado gran parte del discurso oficial y electoral de este país.
Los medios, analistas, expertos, y hasta críticos ya ni lo registran, es parte de lo cotidiano en el centro del último superpoder mundial. Sin embargo, precisamente por su "normalidad" esta retórica es notable.
El candidato presidencial Al Gore comentó ayer, al responder a una pregunta en un foro electoral, que Estados Unidos es "el líder natural" del mundo, que debe aceptar esta realidad y manejarse bajo esa gran responsabilidad al decidir cómo abordar los problemas internacionales.
Nadie pregunta, ni comenta, qué significa esa caracterización. Es tomada como algo dado, y todos parecen aceptar que eso es así --el ultimo superpoder es un fenómeno "natural"--, ni nadie pregunta si ser el país más poderoso del mundo es equivalente a ser "líder".
Para el secretario del Tesoro, Lawrence Summers, lo preocupante es que Estados Unidos, como la nación más fuerte del mundo sin ninguna competencia real para esa corona, podría ceder terreno por tendencias internas que muestran una renuencia a mantener este compromiso internacional.
"Las ideas de mercado están en ascenso; hay un gran respeto para la empresa privada y los derechos del capital, pero mientras los inversionistas exitosos son héroes, aquellos en los escalones más bajos de la escalera se sienten inseguros", declaró hoy Summers en el Brookings Institution.
"Supongo --agregó-- que podría estar describiendo la última parte de los 90. De hecho estoy describiendo los fines de los 20. Ese fue un tiempo de alto optimismo, un tiempo donde se pronosticaba una paz y estabilidad continua; sin embargo, durante los siguientes 15 años el sistema mundial entraría en un espiral sin control, primero económicamente y después políticamente. El periodo de depresión y de la Segunda Guerra Mundial tal vez fueron las dos décadas más oscuras de este siglo".
Luego de señalar que la historia "no se repite", Summers sugirió que la moraleja del recuento histórico es que si Estados Unidos no interviene para "ayudar a manejar los cambios en el equilibrio del poder económico global", las posibles consecuencias se demuestran con lo que ocurrió después de los años 20.
Así, para Summers urge que los estadunidenses entiendan que su país debe promover sus intereses económicos y las políticas de los "mercados abiertos", porque de eso depende la "seguridad nacional" de Estados Unidos.
"El vínculo crucial entre una integración económica más intensa y nuestra seguridad nacional es éste: es mucho menos probable que como nación seamos llevados a un conflicto si las naciones del mundo son fuertes, confiadas, y forjando conexiones siempre más cercanas. El comercio promueve la prosperidad, y al promover prosperidad se promueve la paz", dijo.
Subraya: Estados Unidos, al promover la liberalización de los mercados del mundo emergente, "invertimos en nuestra seguridad e invertimos en la difusión de nuestros valores fundamentales".
O sea, integrar al Tercer Mundo al llamado mercado global es clave para la seguridad nacional de Estados Unidos.
Pero algunos de los líderes de este país no desean ser líderes del mundo. Durante una audiencia en el Senado sobre el papel de la OTAN en el futuro, se debatió el concepto estratégico de esa alianza.
El senador Pat Roberts preguntó si la OTAN continuará actuando fuera de su terreno, como fue el caso de Kosovo. En seguida dijo que el presidente de México había preguntado si esto implica que la alianza puede operar fuera de sus fronteras ante cualquier tipo de irrupción, "y creo que se estaba refiriendo a Chiapas. No creo que eso pudiera ser factible. Pero tampoco pensé que estaríamos en Kosovo".
Aquí, en la capital del "país indispensable" de mundo, como lo caracteriza la secretaria de Estado, Madeleine Albright, todos los días se comenta, se debate, se ana- liza, y se atreve a determinar cuál es el mejor curso para todo el mundo, lo cual, claro, es determinado por el "interés nacional" de ese líder natural de toda la humanidad que es Estados Unidos.