n El presidente Robert Korcharyan prometió "un juicio imparcial"
Se entregó el comando que asesinó al premier armenio; liberó a 41 rehenes
n Demanda el Ministerio de Defensa la dimisión de los titulares del Interior y de Seguridad Social
n El jefe del grupo acusó al gobierno de Vazgen Sarkisian de "permitir la desintegración del país"
Dpa, Afp, Ap y Reuters, Erevan, 28 de octubre n El comando armado que el miércoles irrumpió en el Parlamento de Armenia y asesinó al primer ministro Vazgen Sarkisian y a ocho personas más, se entregó hoy y liberó a los 41 rehenes que mantenía en su poder, luego de que el presidente Robert Korcharyan se comprometió a que tengan "un juicio imparcial".
Poco después, el Ministerio de Defensa exigió la dimisión de los titulares del Interior y de la Seguridad Social ante su incapacidad para haber prevenido el ataque del comando terrorista, que estaba integrado por sólo cuatro personas que portaban armas automáticas.
"Se ha cometido un crimen traicionero y premeditado, un complot dirigido a la condición de Estado de Armenia y contra el futuro de la nación armenia", señaló el ministerio en un comunicado que fue leído en varias ocasiones por la televisión.
Por lo pronto, el ministro del Interior, Suren Abramiam, renunció, aunque dijo que su decisión fue adoptada por los acontecimientos de la víspera y no por la demanda del Ministerio de Defensa, informó un vocero de esa secretaría de Estado citado por la agencia rusa Itar-Tass.
Tras 18 horas de tensión, el comando, integrado por cuatro personas y encabezado por el nacionalista y periodista Nairi Unanian entregó sus armas y liberó a los rehenes que desde ayer mantenía en su poder.
El gobierno aseguró que se trataba de 18 personas, en su mayoría legisladores, aunque otros medios dijeron que el número de personas liberadas esta mañana fue de 25, pues varios de los cautivos fueron liberados durante la noche.
El presidente Robert Korcharyan estuvo al frente de las negociaciones con Unanian --de quien poco se sabe-- durante toda la noche, y una de las concesiones otorgadas fue la transmisión de un mensaje para la televisión armenia.
En esa oportunidad, mientras la televisión mostraba una fotografía fija del terrorista, Unanian acusó al gobierno de Sarkisian y de Korcharyan de "permitir la desintegración del país".
Agregó que la clase dominante de Armenia malograba la economía del país con la corrupción, y exhortó a que hubiera una renovación nacional para restablecer el orgullo y la prosperidad, además de que aseguró que no había querido matar a nadie, sino sólo asustar a los legisladores armenios con disparos al aire.
Sin embargo, poco antes había dicho que el asesinato de Sarkisian había sido deliberado, y que los guardias en el Parlamento habían empezado a disparar primero por lo que sus hombres respondieron, lo que dio comienzo a la balacera.
No ha quedado claro cómo los atacantes pudieron ingresar al Parlamento, que según se ha dicho estaba fuertemente custodiado; aparentemente, especulan los analistas, lograron ocultar sus fusiles bajo los largos gabanes que usaban.
Además de Sarkisian, de 40 años, los secuestradores balearon a corta distancia al presidente del Parlamento, Karen Dermichyan, a los dos vicepresidentes parlamentarios, Yuri Bakhshyan y Ruben Mirojan, al ministro de Gobierno, Leonard Petrosyan, y a los diputados Mikael Kotanian, Henrik Abranian y Armenat Amenakian.
Una novena víctimas más no había sido identificada hasta el cierre de esta edición. Asimismo, otros siete legisladores resultaron heridos, uno de ellos muy grave, dijeron fuentes oficiales.
Unanian y sus tres acompañantes fueron trasladados al Ministerio del Interior, donde fueron sometidos a interrogatorio.
Así las cosas, Korcharyan, tras calificar el atentado como "una gran tragedia", decretó un duelo nacional de tres días a partir de este viernes en Armenia, donde prevalece la calma a pesar de la indignación por el asesinato del primer ministro.
De su lado, la secretaria de Estado estadunidense, Madeleine Albright, llamó personalmente a Korcharyan, a quien ofreció apoyo para lograr la difícil transición democrática en este país caucásico que logró su independencia con el colapso, en 1991, de la Unión Soviética.
Por último, el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, Kofi Annan, condenó también el ataque.