Con mi disquera no discuto ni negocio nada, dice
Pretendo envejecer sin la menor dignidad: Sabina
Que las guapas sean tontas y las feas listas, buen equilibrio
Arturo Cruz Bárcenas n Como el Micromegás de Voltaire, Joaquín Sabina es un optimista. Ve el mundo con la ironía necesaria como para reírse de un anuncio espectacular de corte político en el que se lee: "Con México". "Pues ni modo que contra México, šcoño!".
Es el Sabina de siempre. Sorbo a sorbo bebe un tequila y responde las preguntas con paciencia... hasta que se da cuenta de que está cursi (serio), y mejor suelta un comentario chusco para no contestar con solemnidad, antítesis de su personalidad vagabunda, noctámbula, poética, callejera.
De visita en México para presentar su nuevo disco, 19 días y 500 noches, "el más argentino de todos", dice sobre la pareja, uno de sus temas recurrentes, que no es tanto que él no crea en dicha relación, sino que la pareja ya no cree en ella misma. "Las grandes canciones de amor son aquellas que hablan de cuando (alguien) se ha ido o si me han dejado. Es abrumador. De parejas felices no suelen escribirse canciones o hacerse películas; será porque son pocas o duran poquísimo. Las canciones se escriben para consolar, no para... como el arroz que se tira en las bodas".
Su nuevo compacto es el más pitagórico de todos los que ha grabado. "ƑPor qué tenemos que aceptar que la vida se divida en décadas? ƑPorque lo oímos todos los días? El del 2000 será un día como cualquier otro.
-No es lo mismo amar a los 30 que a los 50. ƑQué piensas de eso?
-Supongo que no será lo mismo para todo el mundo.
-ƑTe sientes viejo?
-No, francamente no. Lo digo mucho; tengo la coquetería de decirlo.
-Sobre los achaques. Mencionaste la palabra próstata (en una conferencia de prensa previa).
-Era una broma. Llegarán; seguro.
-ƑTienes miedo de tener un problema de próstata? ƑQue después ya no paraguas en las tormentas?
-Tengo miedo, claro que sí. Pero en las farmacias venden viagra. Yo creo que es un descubrimiento maravilloso para la vida de la gente. Le han dado el premio Nobel a los dos (científicos). Yo lo recomiendo; yo lo uso. Sí, sí lo uso.
-ƑEn el remoto caso de que ya no pudieras tener sexo, qué pasaría?
-Eso sería muy grave para mí. Lo pienso a menudo, y cuando lo pienso decido no pensarlo. Si viene sería muy grave. Yo no quiero vivir la vida viviendo sin valerme por mí mismo. La incapacidad física o el deterioro hasta determinados extremos... yo creo que... dicho por el menos suicida de las personas, pensaría seriamente en la eutanasia. La vida sólo es vida si se deja vivir. Si tengo que renunciar a cosas que me importan mucho... lo que ocurre es que no hay tantas cosas que me importen mucho. Creo que podría estar en una silla de ruedas si tuviera una pluma, papel en blanco y libros. Viviría incluso sin guitarra o sexo.
"En verdad que me gusta mucho la vida. Hay unas cosas que me gustaría hacer, pero creo que no me alcanzará el tiempo. Todas se relacionan con escribir... šno!, hay una cosa que no tiene nada que ver con escribir: ser torero. Nunca soñé ser cantante, pero en mis sueños sigo toreando".
Asegura que con su disquera no discute sus canciones: "tengo una disquera tan cojonuda que les doy el disco terminado, con portada, y luego ellos lo que hacen es venderlo lo mejor que pueden. No negocio, ni discuto, ni siquiera les cuento. Es así".
Sobre Chabela Vargas: "Pienso que ella ahora canta mejor. El modo como se queja ahora, no lo hacía de joven". De las mujeres: "Si Claudia Schiffer fuera Einstein ya los de la nariz como yo dónde coño íbamos a mojar. Me parece un cierto equilibrio en la vida que las guapas sean tontas y las feas listas". Respecto de Miguel Bosé: "Si él tuviera la facilidad de palabra que tiene aquí este humilde servidor, entonces habría que retirarse todo el mundo. Cada uno juega en su campo". De la desaparición de los ferrocarriles: "Eso es muy curioso. El espectáculo que traeremos en febrero a México tiene en su escenografía un ferrocarril y hay un reloj de estación, andenes. Cerca de mi pueblo había una estación que era mi única posibilidad de huir. Me gustan mucho los trenes; dan mucho tiempo para enamorarse y divorciarse en el mismo viaje". De los viejos: "Si ves cuatro es muy probable que tres sean imbéciles y uno sea sabio. La edad no garantiza nada; hay gente que no aprende nunca nada. Yo cada vez quiero más lo que quiero; me acepto cada vez más. No me parece ninguna conquista; cuando mentía como un bellaco me parecía más divertido. Lo único que pretendo es envejecer sin la menor dignidad, ser un viejo ridículo de esos que se ponen peluquines y camisas de colores y que se van a bailar. Ese es un modo muy decente de pelear contra esa dama hija de puta que se llama muerte. ƑUn viejo rabo verde? Sí, eso es lo que seré: un viejo verde". De que alguien dijo que se le subió la fama: "ve y dile a quien dijo eso que es un hijo de puta y que venga a darme una mamada, que estoy a sus órdenes".
-Los chavos ahora ya no se van de sus casas. Aunque los repriman o regañen siguen en sus casas, de comodinos.
-Las cosas van muy de prisa. Ahora veo a los chavos... por ejemplo, no quiero hablar de algo que no conozco, pero lo de la UNAM hace tres años decíamos que no iba a pasar. No estoy a favor ni en contra, pero no lo podíamos pensar.
Su vejiga ya no puede más y pide permiso: "Voy a mear". Regresa y nos regala una canción, no sin antes decir que a Rafael Alberti le gustaría más que brindáramos en su honor que estar lloriqueando. Es una rola "que escribí hace unos días": "Jimena tuvo un sueño el martes que viene/ /aterrizo en una laberinto de andenes, para despedir los trenes/ que pierdo yo./Jimena tiene un master en desengaños/ Jimena es una mina bipersonal/ se acuerda de quererme cada dos años/ mientras yo me las apaño/ para olvidar./ Jimena no traiciona por 30 lucas/ y en vez de silicón bajo el jersey/ tiene un jardín con dos terrones de azúcar (...) /Rosa de Lima/ prima lejana/ lengua de gato/ vil carbonato de porcelana/ dolor de muelas/ pan de centeno/ hasta las suelas de mis zapatos te echan de menos/ ropa de abrigo ven/ vente conmigo./ Jimena no deshoja las margaritas/ por miedo a que le digan todas que sí/ cuando se le atragantan mis nochecitas/ le canta Las mañanitas del rey David./ Los dioses que me quitan los pies del suelo/ planchan su camisita y su canesú/ su nico, su abanico de terciopelo/ su bolsa de caramelos/ su rithm and blues (...)".