n Si los comicios fueran ahora, sería presidente


Vladimir Putin, el político ruso más popular, revela encuesta

n La suerte del premier, ligada a la agresión contra Chechenia

n Campañas gubernamentales de desprestigio contra opositores

Juan Pablo Duch, corresponsal, Moscú, 27 de octubre n Si las elecciones presidenciales se celebraran el domingo, de acuerdo con el más reciente sondeo del Centro de Estudios de la Opinión Pública, con sede en esta capital, el primer ministro Vladimir Putin resultaría ganador, superando en apretada lucha a Evgueni Primakov, copresidente de la alianza opositora Patria-Toda Rusia.

En una inevitable segunda ronda, de la que quedarían al margen los otros candidatos (Guennadi Ziuganov, del Partido Comunista, y Grigori Yavlinski, de la coalición liberal Yabloko cierran la relación de los cuatro con mayor número de seguidores hoy por hoy), por Putin estarían dispuestos a votar 49 por ciento de los encuestados y por Primakov 44 por ciento.

El Kremlin, a primera vista, debería tener motivos para echar las campanas al vuelo, pues ésta es la primera vez que Putin encabeza las preferencias de intención de voto.

Sin embargo, los comicios presidenciales están convocados para junio del año 2000 y el ascenso de la popularidad de Putin es proporcional a la actuación de las tropas federales en la guerra de Chechenia. Si la campaña militar fracasa, estima la mayoría de los politólogos locales, Putin se desplomará tan rápido como ha subido.

Ante la imposibilidad de una pronta victoria en Chechenia, hay prisa en el Kremlin por dar un golpe de efecto, como sería la eliminación física de Shamil Bassaiev y otros jefes militares relacionados por Moscú con el "terrorismo internacional".

Ya se ofrece un millón de dólares de recompensa por cualquier información que facilite la detención de Bassaiev y circula la versión de que el lanzamiento de varios misiles rusos, que causaron la reciente matanza en el centro de Grozny, tenía como objetivo destruir el cuartel general checheno, ubicado a 60 metros del mercado.

A la hora de la explosión asistían a una reunión allí Bassiev y Jattab, entre otros.

Para consumo interno, se dio como versión la realización de una "operación especial" que provocó el choque de grupos rivales chechenos y el estallido involuntario de un depósito de armas y explosivos.

 

Oposición muda

 

El trágico incidente, no afectó la imagen de Putin dentro de Rusia. Los rusos siguen bajo el impacto de los atentados terroristas en Moscú, que sesgaron la vida de 297 personas en septiembre pasado, y hay consenso incluso entre los líderes de la oposición, que hasta ahora no han hecho la más mínima crítica a la guerra de Chechenia.

Gobierno y oposición parecen sujetarse al barómetro social y las encuestas de intención de voto. El aparente consenso se rompería en el momento que empiecen a llegar a Rusia, en creciente número, ataúdes con los restos de soldados caídos y la guerra de Chechenia se convierta en argumento electoral de la oposición contra el Kremlin.

Consciente de que los índices de popularidad de Putin son artificiales, la oficina de la presidencia ha lanzado una campaña sin precedentes para fracturar la alianza electoral que encabezan Evgueni Primakov y Yuri Luzhkov, el alcalde de Moscú.

Se explota en los medios la idea, no carente de fundamento, de que el entendimiento entre Primakov y Luzhkov es coyuntural y que cada uno trata de utilizar al otro para llegar a la presidencia.

Casualmente o no, en los últimos días se han "filtrado" documentos apócrifos o atribuidos a consultorías cercanas a Primakov y Luzhkov que pretenden sembrar cizaña entre ambos con planes de acción para desprestigiar al otro, probablemente falsos.

De este modo empezaron a circular en los corredores políticos de esta capital el Plan 20 de Diciembre, la Operación Bisonte y otras piezas maestras del empleo de tecnologías sucias, cuyo desglose se omite por extensas y detalladas.

No son ejercicios estériles. Han aflorado los primeros signos de fisura. Al menos no pasó desapercibido que el semanario Versia, punta de lanza del consorcio editorial Sovershenno Sekretno, principal apoyo de Primakov en los medios impresos, arremetió hace poco con inusual dureza contra Pavel Gusiev, director de Moskovski Komsomoliets, vocero preferido de Luzhkov.

Versia, sin motivo aparente, reveló una larga relación de empresas de Gusiev en Francia y otros países, sin faltar datos sobre sus cuentas bancarias en el extranjero.

El diario de Luzhkov no se quedó atrás y dio a entender que el Kremlin llegó a un acuerdo económico con el dueño de Sovershenno Sekretno para eliminar de la carrera presidencial a Primakov, mediante un escándalo con los honorarios de un libro de memorias que está escribiendo y que no alcanzarían para pagar la costosa operación quirúrgica que le practicaron en una de las más exclusivas clínicas de Suiza, en junio.

 

Primakov, en la mira

 

Por su parte, los estrategas electorales del Kremlin, una vez que la popularidad de Luzhkov --el eslabón más vulnerable de la alianza opositora-- entró en picada como consecuencia de la demoledora campaña de desprestigio que mantienen contra él desde hace varias semanas, centraron sus baterías en Primakov.

Los medios afines al Kremlin se han lanzado literalmente sobre Primakov. Sin presentar evidencias convincentes, como ha sido en el caso de Luzhkov, se le ha acusado de recibir sobornos de Irak por facilitar la entrega de componentes susceptibles de ser usados en la fabricación de armamento nuclear y de estar implicado en los intentos de asesinato del presidente de Georgia, Eduard Schevardnadze.

Paralelamente, se acentúa que es un hombre viejo --este próximo viernes cumple 70 años de edad-- y enfermo, insinuando incluso que como presidente sería un segundo Yeltsin.

Pero, sobre todo, el canal de televisión ORT del magnate Boris Berezovsky ha empezado a insistir en el tema de la famosa operación en Suiza, sin faltar todos aquellos "ingredientes" que indignan a la mayoría de los rusos: reportajes sobre la lujosa clínica, cálculos sobre lo que cuesta una intervención quirúrgica como la que se le practicó, entrevistas a cirujanos locales que aseguran que no había ninguna necesidad de operarse en el extranjero.

La paciencia de Primakov se agotó y llamó por teléfono a la cadena NTV, cercana a Luzhkov, para desmentir lo que llamó las falacias de ORT, y para asegurar que goza de cabal salud. En el arranque de ira, del costo de la operación no habló.

Lo hizo por él uno de sus consejeros, Viacheslav Nikonov, quien afirmó que la operación costó 19 mil 760 dólares y que, a pesar de los ofrecimientos de amigos e ins- tituciones de asumir los gastos, los pagó Primakov de su bolsillo, de los honorarios por unas conferencias en el extranjero.

De cualquier forma, es sólo el comienzo de la campaña del Kremlin contra Primakov y ya está incidiendo negativamente en su popularidad.