PRESUPUESTO: ƑMAS DE LO MISMO?
A decir del subsecretario de Egresos de la Secretaría de Hacienda, Santiago Levy, la próxima semana los diputados tendrán en sus manos el proyecto de presupuesto federal para el 2000, y adelantó algunos aspectos del documento que merecen ser comentados.
Por principio de cuentas, el anuncio del funcionario en el sentido de que, por primera vez, en el Presupuesto de Egresos del próximo año la ''partida secreta'' para el Ejecutivo será de cero pesos, resulta alentador, toda vez que el uso discrecional de recursos de la nación por la Presidencia ha sido desde siempre motivo de sospecha y expresión de poca transparencia en el manejo de los recursos públicos.
Por otra parte, Levy adelantó que el proyecto presupuestal destina 60 por ciento de los egresos al gasto social ųproporción similar a la del año anteriorų y que los recursos del Programa de Educación, Salud y Alimentación (Progresa), instrumento de la administración zedillista para el combate a la pobreza, aumentan 20 por ciento. Al respecto, y para despejar dudas sobre el posible uso político electoral de los dineros en la campaña presidencial, aclaró que no habrá nuevos beneficiarios de ese mecanismo en el primer semestre del próximo año. Esta propuesta resulta también saludable.
Por lo que hace a las partidas destinadas al gasto social, todo suena a ''más de lo mismo''. Cabe recordar que el año pasado, a pesar de que la Secretaría de Desarrollo Social aseguraba que el porcentaje destinado a ese efecto era el mayor en la historia del país, y se afirmaba que la salud y la educación eran prioritarias, en términos reales se aplicaron reducciones significativas en tales rubros.
En aquella ocasión, rectores de varias universidades acudieron ante el Congreso a pedir que no se afectara el monto de los recursos destinados a esas instituciones y, sin embargo, sus peticiones fueron ignoradas en lo sustancial. Tales reducciones presupuestales fueron, a su vez, un factor fundamental en la gestación del conflicto que mantiene paralizada a la Universidad Nacional Autónoma de México desde hace seis meses.
Pero, a decir de Levy, en el proyecto que se discutirá en los próximos días ''no hay cambios'' en relación con el dinero destinado por el gobierno para la UNAM; es decir, no hay recortes, pero tampoco incrementos. En suma, el gobierno no está dispuesto a aportar, por la vía presupuestaria, elementos de solución al conflicto y a la estabilización de la máxima casa de estudios. Cabe esperar que los legisladores realicen las modificaciones necesarias para aumentar los montos destinados a tal institución y, en general, a la educación superior del país.
Coincidentemente con las declaraciones del funcionario mencionado, el comunicólogo Eulalio Ferrer describió ayer el rezago educativo y señaló algunos datos alarmantes al respecto: 95 por ciento de la población mexicana carece de la debida capacitación para enfrentar los nuevos retos mundiales, y de 5 por ciento restante sólo 2 por ciento está altamente capacitada en el ámbito universitario. Tales cifras expresan la urgente necesidad de incrementar los dineros públicos destinados a la educación en el país.
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