Un adiós para Miguel Angel Velasco/ II

Ť Elena Poniatowska Ť

Viejo militante, viejo lobo de Marx, alegre e inteligente, ameno y confiado, Miguel Angel Velasco ha dejado de existir. Su vida es ejemplo para la izquierda mexicana y para la lucha de los trabajadores. Para sus compañeros va a ser difícil no verlo moverse con gran rapidez y nerviosismo, como un ratoncito, levantarse a cada instante, ir hacia la puerta, contestar el teléfono como lo hizo durante su larga vida de 96 años en que trabajó para ellos. ƑHay otros militantes con esa capacidad de entrega? No lo creo. Nos hemos vuelto ferozmente individualistas. Además Ƒqué se hizo de los ideales? ƑDónde están los grandes viejos hacia quien mirar? ƑDónde los hombres ejemplares? ƑPor qué país se vive y se muere en 1999? El Ratón Velasco regresa al tiempo en que se creía que un país, la Unión Soviética, tenía la solución a todos los males.

El hambre, lo peor de todo

foto2 ųEl compañero que iba a la Unión Soviética lo hacía como si fuera a Tierra Santa, aunque no necesariamente fuera a prepararse políticamente, aunque por ejemplo Alberto Lumbreras y otros más fueron a la escuela. Más bien era a descubrir, a ver, a oír. Allá conocí en 1935 a La Pasionaria, a Maurice Thorez, al búlgaro Dimitrov acusado de querer volar el Reichstag. A Stalin lo veíamos de lejos, pero era suficiente. ƑLo adorábamos? Claro que sí. Con Manuilsky sí hablamos, mejor dicho respondimos a sus preguntas. Yo mismo pensaba: ''Bueno, si ellos han sido capaces de hacer una revolución y ser el primer Estado socialista, yo creo que evidentemente saben mucho más que nosotros" y eso dio lugar a nuestra actitud; aceptar como bueno todo lo que proviniera de la Internacional Comunista. De todos los partidos comunistas de Europa el más fuerte era el de la URSS. Esos partidos no profundizaban mucho en nuestros países, no los conocía, sólo hablaban de nuestra resistencia al imperialismo pero desconocían nuestra complejidad y todo lo nuestro.

''La Unión Soviética era, hasta 1945, el único Estado socialista y, por eso, es que tantos mexicanos viajaron para allá tanto para formarse, como para asistir a congresos y reuniones del Comité Ejecutivo Internacional Comunista. Además, no había otro lugar donde poder efectuar nuestras reuniones y discutir abiertamente. Claro que habría sido muy saludable que los partidos comunistas empezáramos a pensar por nosotros mismos pero, Ƒcómo? Dígame usted cómo. Nos dimos muy bien cuenta que no era fácil aplicar una ideología a la estructura política del país: lo que en Rusia parecía marchar sobre ruedas, encontró en México serias dificultades; la izquierda se mantenía como hoy en constantes luchas internas y era, por lo demás, ferozmente perseguida. El triunfo del Partido Comunista en la Unión Soviética llevó a los soviéticos a pensar que si ellos habían sido capaces de hacer una revolución socialista, debían ser nuestros maestros y nosotros creímos que allá encontraríamos soluciones aplicables a cada caso. Claro, los veíamos como a líderes de los que había que ir a aprender.

''En América Latina eran tiempos oscuros, muchos intereses económicos y de poder se estaban jugando entre los años veinte y treinta por lo que comenzó la cacería infame de trotskistas, anarquistas y comunistas. Cualquier persona que defendiera los ideales humanitarios de alguna de estas tres posturas ideológicas, perdía entonces todo su valor a los ojos del gobierno. La intolerancia era un lugar común: fueron inumerables los fusilamientos y los asesinatos de individuos pensantes que representaban un peligro para el posterior desarrollo capitalista del México posrevolucionario. Pero lo peor de todo, Elena, era el hambre.''

Después del fusilamiento en 1929 de José Guadalupe Rodríguez, campesino norteño miembro del Comité Central del Partido Comunista, Velasco perdió toda confianza en el gobierno. Testigo de la separación entre el gobierno y los obreros y campesinos que lo habían apoyado para resistir el imperialismo, Miguel Angel Velasco se lanzó a la lucha sindical en la que tuvo oportunidad de verse rodeado de personalidades de gran importancia que, como él, buscaban condiciones justas para los trabajadores.

A Velasco lo entrevisté en 1981 para que me contara de su compañera de lucha, Tina Modotti. También vi a otros hombres de izquierda, Rafael Carrillo, Tere Pomar, Fausto Pomar, Valentín Campa, Alberto Lumbreras, Gilberto Rojo Robles, Dionisio Encinas, Ricardo Tamayo, Rosendo Gómez Lorenzo, El Canario; Enrique Ramírez y Ramírez, quien dijo la oración fúnebre junto con Mario Montagnana, cuando Tina murió el 5 de enero de 1942, Vittorio Vidali y otros hombres de izquierda como Carlos Sánchez Cárdenas y Angel Olivo y otros que ya no enumero porque parecería directorio telefónico pero en lugar de la sección amarilla sería la sección roja. Ese día hablamos mucho de Evelio Vadillo, que me parecía un personaje literario fascinante por su larga y absurda reclusión en Siberia.

Evelio Vadillo

''El atrabancado compañero Vadillo era tabasqueño, muy bravo, medio güero, muy blanco, muy simpático y políticamente terrible. Tremendo el hombre. Nos presentamos en la asamblea de los tranviarios en huelga para llevarles nuestro apoyo solidario. Evelio habló contra los líderes corruptos y traidores de la causa revolucionaria sin darse cuenta que en realidad esos líderes sí estaban apoyando la huelga. Inmediatamente nos echaron. Le dije a Evelio:

''ųLa regaste, mano. ƑCómo vamos a informar a nuestros compañeros?

'''ųPues, Ƒa qué vamos a esas asambleas si no es para que nos echen?'

''En otra ocasión fuimos a dar nuestra solidaridad al Sindicato de Panaderos en la calle de Bolívar dirigido por anarquistas en huelga. Vadillo terminó su alocución:

ųEstos líderes sinvergüenzas que dicen que son puros anarquistas, son puros hijos de la chingada.

Era muy simpático, pero políticamente un desastre. Como era de Tabasco era muy grosero.

''Fuimos a la Escuela de Leyes a una reunión y Baltasar Dromundo, amigo de Tina Modotti, uno de los pilares de la reunión, nos acusó a Juan de la Cabada, a Fausto Pomar y a mí señalándonos con el dedo: 'No reconozco como revolucionarios a ninguno de estos señores. El único revolucionario es Vadillo'.

'Vadillo creía que el revolucionario auténtico debe ser implacable. Esa es su fe. Se fue a la Unión Soviética y lo metieron preso, nunca supimos por qué y estuvo tantos años en Siberia que olvidó hablar el español y cuando por fin lo liberaron y entró a la Embajada de México, nadie le creía porque no sólo no hablaba una sola palabra de español, sino que físicamente parecía ruso, todo greñudo, güero y colorado.

''Vino a morir a México pero, muy hermético, ya no quiso tratarnos. Sólo yo lo vi en un café del DF. Me contó que los hermanos Zamora habían querido utilizarlo para que declarara en contra de la URSS y se negó. Su asunto resultó muy espinoso políticamente, porque Vadillo viajó a la URSS con un pasaporte falso. Durante su cárcel en Siberia, Narciso Bassols intervino frente a la Liga de las Naciones, pero finalmente el gobierno mexicano se desentendió de su caso. En esa época no teníamos relaciones con la URSS, pero los trotskistas aprovecharon el caso de Vadillo para atacar al Partido Comunista y decir que lo habíamos abandonado."

Muchos fueron a la URSS, no sólo Evelio Vadillo sino José Revueltas, Alberto Lumbreras, Ursulo Galván, Rafael Carrillo, Javier Guerrero, Luis G. Monzón, José Guadalupe Rodríguez al que más tarde habrían de fusilar.

''ƑCree usted que eran tristes y apocados, Elena? No, yo no lo creo. Lo que pasa es que es duro vivir en la clandestinidad. ƑMártires? ƑVíctimas, dice usted? Quizá. En lo que sí puede usted tener razón es en lo de apocados. Sabe usted, es duro pasarse muchos días sin comer. La cárcel lo golpea a uno, aunque no doblegó a ninguno de nosotros jamás. Revueltas, ése sí, era un torturado, todo lo transformaba en conflicto, titubeaba, le buscaba mil pies al gato pero como yo soy ratón (ríe), creo que en su angustia existencial tuvo que ver su alcoholismo. Yo le decía 'Revueltitas' y eso quién sabe por qué lo tranquilizaba. De todos era al que más querían. Al que menos era a Dionisio Encina, que era terco como una mula.

''No recuerdo a compañeros antipáticos ųdice Miguelitoų sino a compañeros de trato difícil. Por ejemplo, en las situaciones extremas en las Islas Marías, pude tener una relación muy fraternal con Rosendo Gómez Lorenzo El Canario, un hombre para mí muy valioso pero medio hosco. Muy tranquilo y muy buen hombre; como era vegetariano tenía muchos problemas para su alimentación en las Islas Marías. Además de él, de los conocidos estuvimos José Revueltas, que muy pronto se enseñó a hacer alcohol a partir de la fermentación de las papas; Evelio Vadillo y un personaje menos conocido pero cuya historia debería escribirse: Cándido Gómez. Vivía de los trabajos más raros y tenía unas tarjetas de presentación que decían: 'Cándido Gómez, anunciador verbal'. Antes de caer preso, con una bocina anunciaba lo mismo baratas de zapatos que pomadas para los callos. Una noche en que yo salía de una reunión en una célula del Partido Comunista, pasé frente al circo y me asomé. Entonces se me acercó una persona con la cara pintada de rojo, melena y diadema. Era Cándido Gómez que con una bocina anunciaba a la mujer más gorda del mundo y el resto de los espectáculos que ofrecía el circo. Cándido Gómez fue a dar a las Islas Marías, por comunista.''