Ť Firmó con Argos un convenio para hacer el guión de una telenovela
Equilibrar la espontaneidad y la cultura, propone Antonio Skármeta
Ť ''Hay quienes pintan un mural y elaboran un boceto general, pero yo empiezo por la esquinita''
Ť El escritor chileno dictó una conferencia magistral en la sede del Claustro de Sor Juana
Renato Ravelo Ť La escena ocurre a las puertas de una cárcel.
ųMátame de una vez, yo sé que algún día lo harás.
El alcalde de la prisión acerca la pistola al preso que sale libre tras un encierro, al parecer, injusto.
''No", contesta quien está a punto de ser ex presidiario, mientras regresa el arma al que fue su carcelero.
Afuera llueve, mucho, demasiado. El alcalde alarga la mano hacia un paraguas que ofrece al todavía preso: ''Para que no te mojes".
El lo toma, pero al salir de la cárcel se promete: ''Nunca lo voy a abrir", y así con el paraguas cerrado camina por las calles de Santiago de Chile.
En una esquina una joven brilla y se guarda de la lluvia junto a un puesto de comida, con un abrigo varias tallas más grande. A su lado un policía. La joven roba alimentos. El recién ex presidiario decide ayudarla y distrae al representante de la ley.
ųTe invito a desayunar, dice ella, Ƒpor qué no abres tu paraguas para no mojarnos?
ųMe prometí que nunca lo haría ųcontesta.
''La besaré cuando estén sus labios manchados de leche", piensa él. La lluvia arrecia sobre los comensales en un parque de la capital chilena. El la besa y la tormenta crece. Abre su paraguas. ųƑQué pasó con tu promesa? ųpregunta ella. ųAcabo de cambiar radicalmente ųcontesta él.
Incursionar en la telenovela
Antonio Skármeta, con una noción de inicio así, conmovió y convenció a los productores de Argos para que se firmara el convenio y en seis meses, aproximadamente, se presente a trabajar con guionistas especializados para lo que será su primera incursión en la telenovela.
Y esos dos personajes, el ex presidiario y la joven, advierte Skármeta, no son los principales protagonistas.
Como el escritor chileno dice: ''Hay quienes pintan un mural haciendo un boceto general del cuadro, donde se marcan las principales escenas y luego se rellenan los espacios. Yo no trabajo así, puede decirse que empiezo de una esquinita. Que quizá luego me vaya al lado contrario. Escribo para saber lo que quiero escribir", repite.
Para María Auxiliadora Barrios, directora de Argos Televisión, se cumple uno de sus proyectos: hacer una telenovela en la que aparezca un ladronzuelo.
Sólo esos esbozos arriba descritos son los que entregó el autor de El cartero de Neruda, que aguarda a que la caprichosa Hollywood le dé carta blanca a su versión cinematográfica a Eva Luna, de Isabel Allende.
En la reunión con la prensa Epigmenio Ibarra, director general de Argos, destacó que el trabajo de Skármeta forma parte de esa labor de convertir a la telenovela en un producto de primera, el cual iniciara con José Ignacio Cabrujas, el dramaturgo venezolano que comenzó la historia de Nada personal, y al poco tiempo falleció.
En el Claustro de Sor Juana se dictó, también, una conferencia magistral luego de la reunión con los medios para dar a conocer la firma del convenio, en el que Skármeta citó fragmentos de Los motivos del lobo, de Rubén Darío, haciendo una parodia del pacto entre San Francisco de Asís y el lobo (sin decir cuál de las partes era cuál).
En la conferencia sobre medios y fin de siglo, ante la rectora del claustro, Carmen Beatriz López Portillo y numerosos miembros de la comunidad universitaria, Skármeta hechizó con sus historias sobre su programa de libros. De cómo pasó de cero punto algo de rating a ser uno de los cinco programas más vistos de Chile, junto a Don Francisco.
Y habló de los cuentos de Oswaldo Soriano sobre el penalty más grande del mundo, del especial de la Literatura y el pelo, programa en el que lo mismo citó a Neruda celebrando cada cabello de la amada.
En ese especial escenificó el cuento del colombiano Hernando Téllez, Espuma nada más. Se trata de un barbero que tiene ante sí al verdugo del pueblo, al dictador. Lo tiene a su merced y reflexiona sobre las posibilidades de matarlo, sobre los beneficios que traería, acerca del verdadero significado de la palabra perdón. La transmisión de eso, no tuvo que insistir mucho Skármeta para entenderlo, en el Chile que recién se desprendía de Pinochet, fue conmocional.
Del milenio a la milésima
Contó también de cuando él quería ser escritor al estilo estadunidense, a la onda Kerouac, para pasear en moto, fumar mota y andar con mujeres. De cómo partió con su bastimento de carnes frías, sus monedas y el boleto de viaje a La Paz, Bolivia, con la alegría que tuvo a bien provocarle el equipo de la Universidad Católica de Chile al vencer 4 a 3 al Santos, con todo y Pelé.
Tan sólo cruzar la frontera con Bolivia, en la primera parada, un carnaval y una muchacha esperaban, para enseñarle que hasta ese momento lo más emocionante que había pasado en su vida era el 4 a 3; que en su pose intelectual giraba en torno de su propio vacío; que el boleto de encontrarse estaba en los otros, los mismos que no aparecían en las grandes pantallas de cine.
Skármeta propuso un equilibrio entre espontaneidad y cultura: sin la primera, dijo, se llega al manierismo y, sin la segunda, se transita de lo vulgar al fanatismo.
Del milenio a la milésima, propuso Skármeta para el próximo siglo y recordó a Goethe, el pensador alemán para quien no hay nada tan grande como la verdad, incluso la más insignificante, para quien ''si quieres disfrutar de la totalidad/ la debes en lo más pequeño detectar".