La Jornada miércoles 27 de octubre de 1999

Bernardo Bátiz Vázquez
La Buenos Aires

LA COLONIA BUENOS Aires es famosa en la ciudad de México porque en sus múltiples locales comerciales, en las calles de Avenida Central, Dr. Barragán, Dr. Bolaños Cacho y otras, se venden desde hace muchos años partes robadas de automóviles, y porque en sus esquinas y a plena luz del día, automovilistas son asaltados por grupos numerosos de jóvenes armados, que no tienen empacho en cometer sus fechorias en serie, es decir, a un auto tras de otro, con violencia extrema y sin que les importe que todo mundo los vea.

De cuando en cuando hay "operativos" policiacos, clausura de establecimientos, recuperación de partes de vehículos que fueron robadas y algunas detenciones; en una ocasión, en las postrimerías del gobierno del último "regente" de la ciudad, Oscar Espinosa Villarreal, las cosas llegaron al extremo de que grupos policiacos de elite secuestraran a varios jóvenes del rumbo, que aparecieron después asesinados, en lugares despoblados cercanos a la capital.

El problema de esta colonia o barrio de la capital, que formó parte del antiguo pueblo de La Piedad, ya desaparecido, es similar al de otros poblados indígenas y campesinos que son absorbidos y triturados por el crecimiento urbano; la inadaptación de estos pobladores, antiguos agricultores y ganaderos en pequeño, a las nuevas condiciones de competencia y encarecimiento de la vida, ante el cambio del entorno hasta hacer olvidar lo que antes fue el lugar, hacen que se produzcan procesos de descomposición social, rebeldía colectiva, solidaridad entre los rebeldes desplazados y conflictos con los extraños que llegan o pasan por el rumbo. La acción combinada de elementos de la Policía Judicial, dependientes del procurador Samuel del Villar y la Policía Preventiva, al mando de Alejandro Gertz Manero, tuvo el día de antier un efecto positivo, puesto que se había vuelto a recrudecer la presencia de grupos violentos en el rumbo y porque es necesario continuar bajando los índices de robo de vehículos y sus partes.

A otras áreas del gobierno, educación, salud pública, procuración social, les corresponde atacar las causas sociológicas de zonas como la Buenos Aires, que son núcleos de la delincuencia organizada; a los policías y a la Procuraduría de Justicia, les corresponde perseguir a los delincuentes y sin violar derechos y sin excederse en sus funciones, actuar como lo hicieron el lunes pasado, con eficacia, rapidez y limpieza. *