n La peor derrota del peronismo desde los años 40
Jaque mate a Menem; le pasan factura a su ambición política
n Anuncian sus simpatizantes un presunto regreso para el 2003
n De la Rúa lanzó un programa de gobierno sobrio y moderado
Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 24 de octubre n El triunfo de la fórmula Fernando de la Rúa-Carlos Chacho Alvarez, de la Alianza opositora Unión Cívica Radical-Frente País Solidario) significa, como se ha dicho aquí, "un jaque mate" para el presidente Carlos Menem, cuyos juegos políticos, fruto de su ambición de un retorno en el 2003, son una factura que finalmente varios sectores de su partido le cobrarán a futuro.
Por primera vez un presidente radical, y en este caso de una alianza ligada a la socialdemocracia internacional, logra desplazar de la Casa Rosada -mediante los votos- a un mandatario peronista. Esta es la peor derrota del peronismo desde su surgimiento en los años 40. Asimismo, se conocía que todos los candidatos a la presidencia e Uruguay, donde hay elecciones el próximo 31 de octubre, habían mostrado su preferencia por un triunfo de la Alianza en Argentina. Tanto Jorge Batlle, como Tabare Vázquez -de abiertas relaciones con la Alianza- como Luis Lacalle, habían expresado esto hace días en un sondeo de opinión en el vecino país. Si, como surge de las encuestas uruguayas, Vázquez del centroizquierdista Frente Amplio, gana esos comicios y el economista Ricardo Lagos ganara en Chile, considerando además que el presidente brasileño Fernando Henrique Cardoso pertenece a la socialdemocracia (PSDB), el sur podría entrar en una situación política mucho más definida, como se especula aquí.
En esta capital, los menemistas de inmediato comenzaron a anunciar el pretendido regreso de Menem en el 2003, y se calcula que en las próximas horas se pegarán carteles relativos a esa lejana candidatura. En este caso, se tiene en cuenta que del peronismo histórico, poco o nada queda en el reciclamiento que produjo Menem durante estos 10 años, hasta hacer perder el perfil social a ese partido fundado por Juan Domingo Perón en 1945. Habrá también una reconstitución en nuevos grupos que ya expresan disidencia del menemismo.
De la Rúa emerge así legitimado por un fuerte apoyo nacional y con posibilidad de elegir su gabinete, con mucha independencia, al no tener mayores deudas partidarias internas.
Sin embargo, habrá que administrar con un amplio margen opositor en las gobernaciones de las provincias, aunque hoy la Alianza subió puntos también en el interior. Pero en este caso hay que advertir que gobernadores como el electo Carlos Reutemann, de Santa Fe, la segunda provincia en importancia del país, quizá tenga relaciones mejores con De la Rúa, ya que le resultará más predecible que Menem, con quien tuvo fricciones que manejó con mucha discreción.
Los juegos de Menem terminaron agotando a sus seguidores, en el intento de querer imitar a Perón, pero sin la mística, el momento político y la credibilidad de los militantes.
De la Rúa por su parte, con un estilo sobrio y moderado, ha culminado así una larga carrera política en el radicalismo, y lo que es más importante, infligido varias derrotas al justicialismo. En 1973, en pleno auge del peronismo, ganó la senaduría de esta capital y posteriormente también derrotó al justicialismo en 1996, en la disputa por la Intendencia local, como el primer jefe de gobierno de la ciudad de Buenos Aires elegido por voto directo en la historia del país.
Diez años de gobierno menemista y el triunfalismo de los hombres que rodeaban al presidente, que se transformó en virtual impunidad frente a innumerables hechos, así como la indiferencia ante los reclamos y el constante falseamiento de las cifras de la pobreza, exclusión, fueron parte de todo lo que indignaba a la población. Un cúmulo de resentimientos fue aflorando en distintos sectores y hay que señalar que muchos de los votos justicialistas eran fruto de la compra ilegal, mediante dinero o alimentos.
La Alianza se constituyó en agosto de 1997, y en octubre de ese año ya protagonizó un triunfo en las legislativas. Fue también una señal de alerta hacia el gobierno que nunca apostó a esta unidad e intentó introducir numerosas cuñas para acabarla. En 1995 el Frepaso se colocó en segundo lugar desplazando a la UCR, al surgir como una fuerza nueva y vital que durante un tiempo produjo hechos político-propagandísticos, como los cacerolazos y apagones, que enervaron al menemismo.
Líder de este movimiento, Carlos Chacho Alvarez surge del peronismo más progresista como diputado justicialista, pero se aleja con fuertes críticas hacia el menemismo y también al llamado Pacto de Olivos, entre Menem y el ex presidente Raúl Alfonsín, de fines de 1993, que posibilitó la Constitución de 1994, donde se introdujo finalmente un artículo que hizo posible la reelección (por una vez) de Menem. En 1996, el alejamiento de José Octavio Bordón, también peronista, pareció dividir al Frepaso, pero el golpe resultó no ser tan fuerte como algunos se imaginaron y la fuerza frepasista en esta capital se mantuvo.
De la Rúa lanzó su programa de gobierno también con moderación, ya que sabe perfectamente la pesada herencia que recibirá. En septiembre pasado, el Fondo Monetario Internacional alertó sobre el déficit fiscal que deja Menem, y que podría superar los 7 mil millones de dólares al finalizar el año. Ese mismo mes, el gobierno ordenó un recorte presupuestal de mil 800 millones de dólares en recursos destinados a programas sociales en favor de los sectores más empobrecidos. El recorte se concentró así en rubros que habían sido intocables, y dejaron la sospecha de una maniobra sucia para obstaculizar los pasos del próximo gobierno.
En los meses que quedan para la investidura de De la Rúa, ya muchos analistas han alquilado palcos para observar lo que hará Menem, quien ya se manejó en decretazo, como el que adjudicó a su provincia, La Rioja, 250 millones de dólares, a pesar de que ha sido la región más beneficiada en estos años.
Nueva actitud ante la impunidad
Aunque los organismos de derechos humanos no fueron consultados por candidatos, Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz 1980, dijo a La Jornada que "gane quien gane, deberá escuchar lo que hay que decir, porque ha llegado un tiempo final para la impunidad". También señaló que todas las circunstancias indican que habrá muchas más demandas para el próximo gobierno, después que Menem indultó a los comandantes de la Junta Militar en 1990 y obstaculizó muchas de las investigaciones y los juicios sobre graves violaciones de los derechos humanos en otros países.
La mayor demanda será apresurar y ahondar las investigaciones en curso sobre desaparecidos y responsables de las torturas, persecución, asesinatos y desapariciones forzosas. Existe una intensa movilización para que se deroguen definitivamente las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, que se instituyeron durante el gobierno de Alfonsín, y también los indultos a los comandantes de la Junta condenados entonces, decretados por Menem.
Las demandas estarán fortalecidas por el cambio que produjeron los juicios en el exterior, y especialmente el que se le sigue al ex dictador chileno Augusto Pinochet.