* Unos 12 millones de personas marchan por la paz
Histórica instalación del diálogo de
las FARC y el gobierno colombiano
* Estallido de un coche-bomba y de tres artefactos explosivos
* Ricardo, por el cese del fuego; la guerrilla omite tocar el tema
Ap, Reuters, Afp y Dpa, La Uribe, 24 de octubre * El gobierno del presidente Andrés Pastrana y la principal guerrilla del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), instalaron formalmente este domingo una histórica negociación de paz que busca poner fin a cuatro décadas de conflicto armado, mientras unos 12 millones de personas, bajo la consigna de "No más", marcharon en distintas ciudades del país para pedir el fin de la violencia y una salida negociada a la guerra interna, acontecimientos que tuvieron como cortina de fondo precisamente la violencia, luego del estallido de un coche-bomba y tres artefactos explosivos que sólo dejaron dos heridos.
Durante la ceremonia de instalación de diálogo, que se llevó a cabo en una cancha de basquetbol de la ciudad de La Uribe, los rebeldes pidieron paz con justicia social, independencia y soberanía para toda Colombia, "fundamento inalterable de nuestra lucha por el pueblo", dijo el portavoz internacional y jefe guerrillero, Raúl Reyes.
El gobierno, a través del Alto Comisionado para la Paz, Víctor Ricardo, se mostró confiado en que pronto será declarada una tregua con la guerrilla. "Ayer nadie creía que fuera posible iniciar los diálogos y lo logramos, y ahora tengo la seguridad de que vamos hacia el cese del fuego".
Ricardo recordó que el máximo jefe de las FARC, Manuel Marulanda Vélez, ha dicho que el avance en las negociaciones permitiría pensar en un alto del fuego. Resaltó la oportunidad de las negociaciones que se inician con las FARC y que el gobierno espera extender iniciativas similares a las otras dos guerrillas colombianas, el Ejército de Liberación Nacional y el Ejército Popular de Liberación.
En cuanto a la agenda de las negociaciones, añadió que espera que la transparencia y el respeto predominen para que de allí salga "un Estado fundamentado en los principios de igualdad, democracia, solidaridad y justicia social".
En su discurso, Reyes advirtió que en esta etapa de negociación permitirá evaluar la voluntad política del gobierno para realizar las transformaciones sociales que requiere el país con programas económico, político y de significativa inversión social, lo que significa una profunda restructuración del Estado.
Reclamó soluciones a corto plazo para el creciente desempleo, la cascada de impuestos, la carencia de los servicios de salud y de vivienda, así como la urgente necesidad de solucionar la grave crisis que afecta al sector agrario. "Las FARC, como parte del pueblo en armas, se solidarizan incondicionalmente con la lucha de cada uno de los colombianos por conseguir mejores condiciones de vida", dijo a modo de justificación de su lucha armada que inició hace 35 años.
Rechazó la ayuda militar que Estados Unidos proporciona al gobierno de Pastrana, y reiteró la oposición del grupo insurgente a la extradición de nacionales.
El acto de instalación del diálogo que se verificó en La Uribe, ubicado dentro de la llamada zona de distensión de 42 mil kilómetros en el sur del país, fue sobrio y breve con la presencia de más de 300 personas, entre delegados gubernamentales, guerrilleros y periodistas.
Pastrana y Marulanda Vélez no asistieron al acto, ya que el primero realiza una visita oficial a España y el dirigente rebelde prefirió mantenerse en la clandestinidad.
Sin embargo, Reyes nunca hizo alusión a un eventual cese del fuego, que al igual que del gobierno fue la principal petición de unos 12 millones de colombianos (la población total del país asciende a unos 36 millones de personas) que se volcaron hoy a las calles para participar de manera simultánea en marchas convocadas por organizaciones civiles, en la más gigantesca movilización de la historia de esta nación, y durante la que se exigió al gobierno y a los grupos armados que aceleren sus esfuerzos de paz.
La concentración más numerosa se realizó en Santafé de Bogotá, donde al menos unos dos millones de personas vestidas de blanco salieron a las calles bajo el lema "No más muertos, no más secuestros, no más balas, desaparecidos, viudas ni huérfanos".
"Hemos marchado para exigir una negociación ya, cese del fuego y respeto al ciudadano en medio de la guerra", subrayó visiblemente satisfecho por la respuesta de los colombianos, Francisco Santos, uno de los organizadores de las manifestaciones a nivel nacional.
Las movilizaciones más multitudinarias se realizaron, además de Bogotá, en Cali, Barranquilla, Bucaramanga y en Medellín. Esta última es una de las regiones más castigadas por el secuestro, por lo que los manifestantes portaban las fotografías de sus familiares capturados.
Ni siquiera la explosión de un carro-bomba y de varios petardos en la madrugada, amilanó la presencia de los colombianos que también se manifestaron en Cali, Manizales, Pereira y Armenia.
Un carro-bomba, con 50 kilos de dinamita, estalló en pleno centro de Medellín, con saldo de dos heridos y cien locales, oficinas y apartamentos averiados. La policía reportó otras dos explosiones menores en otros sectores de Medellín, y en Bogotá explotó un artefacto menor.
La policía señaló que ningún grupo se ha responsabilizado de los cuatro actos terroristas, pero dijo que no creía que tuvieran la finalidad de detener las manifestaciones, que se celebraron en varias ciudades del mundo al mismo tiempo que en Colombia, como fue el caso de Washington y Los Angeles, entre otras de Estado Unidos, así como en la ciudad de México, y en algunas de Centro y Sudamérica, además de Japón y Australia.