n Los aliancistas, adelante sólo porque la gente quiere un cambio, admite


Lamenta Graciela Fernández desunión en la izquierda

Graciela Fern‡ndez Meijide, candidata de la Alianza opositora al gobierno de la provincia de Buenos Aires n Foto: Reuters Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 24 de octubre n Entre las figuras más sobresalientes en estas elecciones se ubica a Graciela Fernández Meijide, candidata a gobernadora de la provincia de Buenos Aires por la Alianza opositora y dirigente del Frepaso, quien en los últimos tiempos recibió los más duros ataques de oficialismo, por parte de su rival Carlos Ruckauf.

Ella sabe que existen numerosos prejuicios contra las mujeres; que la pretendida libertad e independencia de que gozan es un mito, y en el caso de la política se paga por ello un precio alto. En 1976, cuando ejercía la docencia, su hijo Pablo fue secuestrado por la dictadura militar. Eso cambió su vida totalmente.

Su búsqueda comenzó desde la misma noche del secuestro. Golpeó puertas inútilmente y formó parte de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos desde entonces. Cuando Raúl Alfonsín llegó al gobierno en 1983 conformó la Comisión que investigó las desapariciones y que quedó plasmada en el libro Nunca más. Una experiencia que también, asegura, la marcó para siempre. Si en los últimos años, cuando entró de lleno a la política, logró tanta popularidad para ser elegida senadora y luego diputada por la provincia de Buenos Aires (1997) derrotando al PJ, fue por su mensaje de "sentido común".

"Nunca pensé que aquel cambio de mi vida en 1976, tan dramático, me iba a derivar hacia la política. Pero aprendí mucho en esos años, nunca nos quedamos quietos. Hicimos de todo con mi esposo.

"Incluso llevamos adelante en 1983 una querella contra la ley de Obediencia Debida que perdimos".

Reconoce que ha habido importantes avances democráticos, pero que además se está aprendiendo en el camino: "Es importante que esté terminando un nuevo periodo democrático, con todas las carencias que se puedan tener y las demandas que quedan, pero hay que ser fuerte para consolidar y perfeccionar la democracia y alejar así cualquier peligro de los iluminados que tejen en las sombras".

Sobre declaraciones que hizo recientemente Ruckauf, quien tildó a Fernández de "atea, anticristiana y abortista", la candidata comentó: "Lamento mucho lo que se dijo de mí, me afecta, pero más me afecta por el otro, porque un político en estos tiempos recurra a esto, eso sí es grave. Yo creo que si llego a gobernadora, y tengo la seguridad de que así será, se abrirá también un camino para las mujeres, tantas veces discriminadas como lo fueron Alicia Moreau de Justa o Eva Perón".

En el caso de la Alianza, dijo a La Jornada antes de conocerse las primeras proyecciones de las elecciones de este domingo, que "ellos van adelante sólo porque la gente pide un cambio, pero los programas no difieren mucho. Casi todos coinciden en demasiadas cosas. No se ve el cambio. Lamentablemente la izquierda no está toda unida. Hay que recordar que hubo una dictadura y un genocidio y además no han sido buenas las prácticas de algunos partidos de izquierda que se encerraron en el dogmatismo, el sectarismo y hay mucho personalismo. Nosotros estamos planteando los verdaderos problemas de la sociedad y lamentamos no poder crear una unidad mayor, pero esta es la realidad".