Ť La desindustrialización del país es uno de los efectos más notorios, señala


Fracasó la política aperturista, sostiene Canacintra

Patricia Muñoz Ríos Ť La Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) considera que la liberalización comercial no fue bien negociada y que se aceleró más de lo que pudo soportar el sector productivo. Ello, afirma el organismo, provocó que empresas pequeñas cerraran, que se desplazara del mercado a las medianas y que las grandes trabajaran al margen de los acuerdos comerciales.

En un inusual informe, la Canacintra expone que la política ''aperturista'' no logró hacer competitivo al sector industrial, tampoco diversificar el comercio exterior --ni en productos ni en mercados--; en cambio, afirma, provocó una desindustrialización nacional y que las brechas productivas se ampliaran.

En el documento La competitividad y las empresas en el siglo XXI, el organismo augura que el panorama a mediano plazo para este sector presenta nubarrones, pues para las empresas que ''han quedado'' después de apertura y crisis recurrentes, el entorno es incierto, y que las variables financieras habrán de cerrar el paso a quienes no puedan autofinanciarse.

Se expone que los problemas empezaron desde la definición de las formas y los tiempos de la apertura. Se suponía, argumenta la Canacintra, que la competencia obligaría a replantear los esquemas de productividad para traducirlos en proyectos empresariales, lo que en consecuencia llevaría a las compañías mexicanas a colocarse en los mercados globales.

También se esperaba que hubiera un proceso de depuración de empresas ineficientes y un perfeccionamiento de las eficientes. Lo que ocurrió en cambio, afirma, ''es que las grandes empresas empezaron a operar al margen de los convenios comerciales porque tienen sus propios acuerdos''.

Expone que del resto de la industria quedan los productores intermedios: un sector petroquímico que exporta petróleo crudo e importa gasolina y plásticos; una industria de autopartes desplazada por los nuevos materiales; una textil abrumada por cuotas y regímenes de excepción, y un grupo de exportadores de bienes con valor agregado que está a expensas de barreras sanitarias, ecológicas o de transporte.

No habrá, sin embargo, muchos cambios inmediatos, pues el entorno es incierto para la empresa nacional, además de que las sobrevivientes tendrán muchas lecciones que repasar, pues ahora saben que las reglas de mercado las ponen los competidores.

''La competencia está en nuestro patio, el dinero más caro es el que se debe --antes era el que no se tiene-- y las normas, los estándares y las regulaciones tenderán a proteger más a los consumidores y aún más a quienes las diseñan y las aplican a discreción'', afirma Canacintra.

A pesar de lo que dicen las autoridades, lo cierto es que se han ampliado las brechas productivas y se sufre la transición de una economía que compra insumos para transformarlos y exportarlos, a otra, que los compra para consumirlos.

Por ello, afirma esta cámara, una economía abierta de manera acelerada, expuesta desde hace casi 20 años al comercio y a sus prácticas ''para la que no estuvimos y no estamos preparados'', tiene poco que negociar para poder igualar condiciones con los competidores.

Por ejemplo, el comercio con naciones diferentes a las del bloque norteamericano apenas llega a 15 por ciento del comercio global ''La Unión Europea no comprará más del 10 por ciento de las exportaciones, y ni aun con una negociación exitosa y pletórica de beneficios mutuos se garantiza que ese nivel se incremente en el corto plazo'', pues la ausencia de un esfuerzo que diversificara los productos exportados y no sólo los mercados limitó los potenciales alcances de la apertura, indica el informe de Canacintra.