Bárbara Jacobs
Abrazar al miedo
Se quedaron sin radio, azotados por olas de 13 metros de altura, pero hay cosas que no se pueden decir. Si alguien me hubiera preguntado cómo me atreví a llamar a la Secretaría de Marina de México, aquí en la capital, para que buscaran a mi sobrino y sus amigos perdidos en el Golfo rumbo al huracán Irene, no habría podido contestar que debía mi atrevimiento al recuerdo de que Francisco de Asís había abrazado su miedo. "ƑQué?", exclamarían; y yo tendría que recapitular, respaldada por Chesterton.
Lo cierto es que el Capitán Carlos M. Uscanga García tomó la llamada y desató el proceso necesario para localizar el "Xanadu", el velero en el que viajaban cuatro jóvenes mexicanos conducidos por un profesional. "Sí les dieron despacho de Isla Mujeres a las 10 de la mañana", me confirmó el Capitán. Las familias de los viajeros esperábamos noticias desde hacía dos días; contra nuestros temores, las deducciones reconfortantes de los conocedores. "El 'Xanadu' estará varado ųofrecían-; las velas enrolladas y los pasajeros y tripulación protegidos de la (tempestuosa) intemperie". ƑQuién da salida a una embarcación cuando se espera un huracán? "Pero "Xanadu" está bien equipado ųaseguraba desde Pátzcuaro el dueño, su hijo a bordo-; y ha sobrevivido a temporales peores que éste". Desde Puerto Hemingway en Cuba, reportaban a mi cuñado en Los Cabos, "Pero aquí no ha entrado".
"Es que no se dirigía a Cuba, sino hacia La Florida", me indica el Capitán Uscanga, que se pone en contacto con la Marina de los Estados Unidos. "La señorita X ųles informa- está buscando a su sobrino". Me llama el Teniente J. Finta, de las Guardias Costeras de Nueva Orleáns. Nombres, edades, quehaceres, ciudadanías. Si el barco se llama "Xanadu" va en busca de placer, diría Coleridge. Color de "Xanadu"; lleva bandera de los Estados Unidos. Va un correo electrónico con el itinerario de los jóvenes navegantes; en menos de treinta segundos llega al Distrito 8 de los Guardias Costeros de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos. Cuba, Florida, Las Bahamas, Turks y Caicos, República Dominicana, Puerto Rico, Islas Vírgenes, "Deséenme suerte", había pedido mi sobrino Karim R. La fuerza, la velocidad de los vientos.
"Tengo el mapa a la vista", me reconfortaba el Teniente Finta; "a las tantas millas el Capitán del "Xanadu" se habrá abierto para dejar pasar el mal tiempo". De Nueva Orleáns, refirieron el caso a Miami. Llamó el Subalterno Wells, del Equipo de Búsqueda y Rescate de las costas de La Florida. "Tengo muy pocos datos ųme confiaba-; pero la alarma está dada". 70 pies; dos mástiles; blanco con una franja azul marina. "ƑA lo largo?" "Sí, señor; horizontal". Iban de pesca; eran sus vacaciones; todos tienen buenos empleos; hijos, familias. Son sanos y alegres. ƑConocen el mar?
Ya me había animado a llamar a la Presidencia de la República; Ƒde dónde saqué la osadía, sin contactos, sin otro poder que el de cualquier ciudadano? Bueno, del recuerdo de Francisco de Asís, quien desde chico había tenido un horror natural a la lepra. "Qué dices?". Pasado el tiempo, vagando por el camino, vio cómo se acercaba a él un leproso. Se desmontó del caballo, corrió hacia su miedo y lo abrazó. ƑAbrazó al miedo? Se apartaron tras el abrazo; Francisco siguió su vagancia; volvió la cabeza y no vio nada. Es más fácil explicar de este modo qué me movía en mi pesquisa, que preguntarme cuál era mi miedo en los momentos en que la hacía.
Hay cosas que no sólo no se dicen; de venir a tu memoria, debes ahuyentarlas del inmediato. Todo puede suceder; la vida no tiene límites en su elección de víctimas de víctimas; monta tragedias y las distribuye, en calidad y cantidad arbitraria, a inocentes que las reciben por primera, por segunda, por tercera vez. Si a ti ya te sucedió una desgracia específica, nada te asegura que no te vuelva a suceder. ƑEntonces? ƑPor qué buscar a tu hijo perdido en el Golfo azotado por Irene? La confianza, no en que no esté efectivamente perdido, sino en que las autoridades competentes lo van a encontrar. ƑPor qué no? Hay que aprender a abrazar tu miedo, Ƒno es está la enseñanza? Fúndete con él en un abrazo.
De manera que el Capitán Uscanga puso en marcha la búsqueda del "Xanadu" en mares internacionales. Los tenientes y subalternos de las guardias costeras estadounidenses eran navegantes, habían visto de todo. Adormecida en mí la conciencia de temas debajo de los hechos, la situación política de las naciones quieta ante mi confianza. ƑLos jóvenes desafían la muerte? Sí; y los adultos tratan de evadirla, Ƒno? Capitanes de puertos, reflectores, radares, faros. "El carguero mexicano "Nuevo León" captó una petición de auxilio del averiado "Xanadu" a la deriva; contactó a un carguero cubano de 100 metros de largo, que los remolcó hacía una bahía cubana", me informa el Subalterno Wells, tarde en la noche; "tiene rota una vela". ƑY se hicieron a un lado para dar tiempo a que el temporal pasara? ƑCorrieron a su encuentro? ƑAbrazaron su miedo? ƑSólo una vela rota? ƑQué habían desempeñado antes de zarpar?
Movimientos, agua, desorientación. ƑY la oscuridad, y la inmensidad, y la soledad? Una batalla sin armas, pero no solitaria. Vieron su miedo acercarse a ellos; Ƒpero qué fue lo que los salvó?