n Al IPAB, 90 mil millones; no será aprobado así, advierten PRD y PAN
Para el 2000, gasto programable por $733 mil 449.7 millones
n No existen márgenes de maniobra y se deberán ajustar acciones y programas, afirma Gurría
Antonio Castellanos n El gobierno federal presentó al Poder Legislativo un anteproyecto de gasto programable para el año 2000 por 733 mil 449.7 millones de pesos, con una erogación adicional que podría ser de 31 mil 584 millones de pesos, en el que se prevé que los recursos para el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) sumarán 90 mil millones de pesos, cantidad que sólo servirá para pagar el servicio de su deuda --calculada en más de 900 mil millones de pesos-- y que duplica lo que en 1999 se destinó a todos los programas de combate a la pobreza.
Lo anterior provocó irritación entre los legisladores de oposición. El coordinador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) en la Cámara de Diputados, Pablo Gómez, expresó que su partido no avalará este proyecto, en tanto que el líder del Partido Acción Nacional (PAN) en el Senado de la República, Gabriel Jiménez Remus, expresó: ''La propuesta en estos términos no la respaldaremos. Tenemos derecho de opinión y las facultades legislativas para modificarla''.
Mientras, Arturo Núñez, coordinador de los diputados del Partido Revolucionario Institucional (PRI), precisó: ''No habrá novedades importantes en materia de ingresos públicos''.
El IPAB recibirá los recursos de la siguiente manera: 45 mil millones de pesos de transferencias fiscales, 4 mil 500 millones de pesos de cuotas de los bancos, 20 mil millones por el pago que hará el Banco de México a un crédito por 55 mil millones de pesos que fue quebrantado, y 20 mil millones más por la venta de activos.
En un documento discutido con diputados y senadores reunidos en el salón Panamericano de Palacio Nacional, el secretario de Hacienda, José Angel Gurría, destacó que ''no existen márgenes de maniobra'', por lo que será necesario ajustar otros programas y acciones importantes del gasto. El costo financiero de la deuda fue calculado por el vocero de las autoridades, Marco Provencio, en 175 mil millones de pesos.
Gurría precisó que para el 2000 no se prevé un precio del petróleo por encima de los niveles actuales. Más aún, dijo, las perspectivas sobre el precio del crudo no son del todo favorables. Afirmó que si bien se espera que los ingresos petroleros en el 2000 sean mayores a los programados en 1999, la drástica reducción de los ingresos por el remanente de operación (utilidades) del Banco de México, prácticamente anulará el efecto de un precio del petróleo más elevado.
Esto fue lo que provocó molestia entre los legisladores de la oposición, pues una cuota importante de las utilidades del banco emisor quedarán comprometidas con el IPAB durante tres años.
Rogelio Sada, vicecoordinador económico del PAN, calculó que el gasto público será de 1.2 billones de pesos. Para las proyecciones del presupuesto, las autoridades hacendarias calcularon un precio del petróleo de entre 15 y 17 dólares por barril, pero aclararon que las cifras preliminares están sujetas a las tasas de interés internas, al precio del petróleo y a la evolución económica en Estados Unidos. La propuesta definitiva podría modificarse antes de presentarse al Congreso.
Ricardo García Sainz, legislador perredista y presidente de la Comisión Programación, Presupuesto y Cuenta Pública de la Cámara de diputados, manifestó que el gasto propuesto para el IPAB generará una fuerte discusión si se considera que sólo servirá para pagar el servicio de la deuda calculada en más de 900 mil millones de pesos, y reiteró la urgencia de destinar más recursos a política social, desarrollo agropecuario ''y a una serie de programas que no vemos en el documento''. Afirmó que ninguna cifra se mencionó para la Universidad Nacional Autónoma de México.
Metas macroeconómicas
Las metas presentadas por Gurría establecen un producto interno bruto (PIB) de entre 4 y 5 por ciento; inflación de 10 por ciento, déficit en la cuenta corriente de entre 3.1 y 3.3 por ciento del producto, y déficit público de uno por ciento. Los tres principales retos que enfrentará el presupuesto para el año 2000, son:
1. Incorporar los proyectos de presupuesto de los poderes Legislativo y Judicial, del IFE y de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.
2. El Ejecutivo federal enfrentará presiones de gasto por los proyectos de infraestructura Productiva de Impacto Diferido en el Registro del Gasto (Pidiregas) de CFE, y Pemex, combustibles de CFE, la realización de los censos por parte del INEGI y las franquicias postales para partidos políticos.
3. La dinámica de pensiones y servicios personales derivados de compromisos jurídicos de la leyes de IMSS e ISSSTE, así como el complemento a la anualidad de los aumentos salariales y creación de plazas en el sector educativo y salud que sucedió a lo largo de 1999.
La propuesta expone que una situación financiera sólida del sector público propicia las condiciones necesarias para un crecimiento sostenido, pero advierte que la reducción de gasto público para compensar cualquier disminución en las tasas impositivas podría afectar los objetivos de elevar el bienestar de la población. Subraya que en los últimos años la composición del gasto ha favorecido los programas para el desarrollo social y la inversión pública, y la experiencia de los últimos 20 años muestra que el debilitamiento en las finanzas públicas vulnera a la economía y conduce a severas crisis en la balanza de pagos.