n Harán un "carnaval contra el neoliberalismo"


Activistas se preparan contra la reunión de la OMC en Seattle

n "Irresponsable concentración empresarial"; será en noviembre

n Seis millones de dólares más al presupuesto para la seguridad

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Washington, 20 de octubre n El grupo clandestino de activistas llegó a la ciudad de Seattle un viernes por la mañana con mapas y cronómetros, para medir el tiempo de cruces de calles, examinar rutas de escape, lapsos para desplazarse entre un sitio y otro, y ubicar los mejores métodos para entrar a edificios.

"No sabrán quiénes somos o dónde estaremos", explicó uno de ellos, que participó en las reuniones para programar acciones, y quien pidió no ser identificado.

Estos activistas que han realizado largas sesiones de estrategia en el norte de Seattle, forman parte de una red de granjeros, ambientalistas, sindicalistas, defensores de derechos del consumidor y humanos que se han comprometido a convertir la reunión internacional de la Organización Mundial de Comercio (OMC) programada para fines de noviembre en Seattle, en un carnaval contra el libre comercio y el neoliberalismo.

"Esta (la reunión de la OMC) es la concentración más grande y menos responsable del poder empresarial que jamás haya existido en el planeta", dijo John Sellers, director de la Sociedad Ruckus con sede en Berkeley, California, organización que realiza campamentos de capacitación para los que irán a protestar contra el encuentro. "Queremos clausurar esa reunión", declaró a La Jornada.

Su objetivo: los cerca de 5 mil ministros de comercio, dignatarios, dirigentes empresariales y hasta presidentes (incluso Bill Clinton) que se reunirán en Seattle para lanzar una nueva ronda de negociaciones para la ampliación del libre comercio bajo los auspicios de la OMC. Oficialmente, la agenda de la reunión es sobre la reducción de las barreras comerciales para promover el crecimiento económico internacional, pero Washington espera que el foro sirva para promover el apoyo público al libre comercio.

Sin embargo los argumentos oficiales han hecho poco para disminuir la ira de los que preparan manifestaciones en contra. Más de 300 organizaciones participan para tratar de llevar entre 50 y 100 mil manifestantes y críticos a las calles de Seattle durante la sesión de la OMC. Varios sindicatos, que demandan protecciones de empleos y derechos laborales, advierten que se presentarán con 10 mil trabajadores a la ceremonia inaugural.

En un campamento de entrenamiento en las afueras de Seattle, los activistas practicaban el mes pasado técnicas para dificultar la labor de la policía cuando intenta separarlos durante ocupaciones; unidades de alpinismo practicaron la escalada de edificios para colocar mantas, y unidades "clandestinas" preparaban formas para llamar la atención al enfrentarse con los líderes mundiales.

"Vamos a hacer que esto se convierta en un carnaval contra el libre comercio", dijo Kevin Danaher del grupo Global Exchange a este diario. "Hay dos globalizaciones, la del capital, y la de los pueblos". Sostuvo que el proceso de "globalización" y el libre comercio han sido definidos por las empresas y gobiernos durante mucho tiempo y que los grupos sociales que acudirán a Seattle tratarán de ofrecerle a un público mundial una serie de opciones.

Los manifestantes que acudirán a Seattle, que llegarán de todas partes de Estados Unidos y de otros países están, en general, pidiendo no ampliar el libre comercio hasta que se realice una evaluación de las consecuencias de estas políticas.

La organización Public Citizen, defensora de los consumidores que ha encabezado una red nacional de base y logrado detener la negociación de más acuerdos de libre comercio, ha mantenido a un organizador en Seattle los últimos nueve meses para organizar las protestas. El sindicato siderúrgico nacional, que ha perdido miles de miembros en los últimos dos años como resultado del libre comercio, piensa enviar a 10 mil de sus agremiados.

Grupos ambientalistas, como Greenpeace, planean también acciones. "Aseguraremos que nuestras voces sean escuchadas", prometió Ron Judd, coordinador de las protestas de la AFL-CIO.

Como resultado, la policía de Seattle ha aplicado unos 6 millones de dólares adicionales a su presupuesto para seguridad durante el evento, se capacita a agentes en control de masas y mantenimiento de tránsito, y se desarrollan planes de contingencia para el manejo de materiales peligrosos y detenciones múltiples.

El lugar donde Clinton pronunciará su discurso para inaugurar el acto ha sido cambiado para facilitar la seguridad y controlar las protestas. La policía, ministros y otros asistentes tienen razón en preocuparse. La Sociedad Ruckus ha demostrado capacidad para realizar acciones efectivas, incluyendo la instalación de enormes mantas en el edificio del Banco Mundial en Washington.

En una acción memorable, varias mujeres provocativamente vestidas entraron en el lobby de la sede de la empresa multinacional Occidental Petroleum cerca a Los Angeles, distrayendo a los guardias mientras dos hombres vestidos con uniformes de trabajadores de mantenimiento, instalaron un tubo y procedieron a bombear aguas negras.

En parte por el creciente coro de críticas que han generado estos grupos, el Consejo de gobierno de Seattle tuvo dificultades en aprobar una resolución dando la bienvenida a la reunión del OMC, a pesar de que funcionarios de la ciudad se habían dedicado árduamente a convencer a la organización mundial, con sede en Ginebra, a optar por su ciudad como sede de la reunión.