n Se difunde en más de 172 países
Boletina Interpol-México foto de la pieza de jade robada en San Ildefonso
José Galán n La oficina de la Interpol-México, en coordinación con su similar de Honduras, boletinó a más de 172 países la fotografía de la estatuilla maya de jade perteneciente al Clásico tardío, encontrada en la zona arqueológica de Copán, y que debió aparecer en la muestra que sobre esa cultura precolombina se inauguró en el antiguo Colegio de San Ildefonso. Sin embargo, fue robada y hasta el momento no aparece.
Las oficinas centrales de la Interpol enviaron un aviso a coleccionistas y museos del mundo para alertarlos sobre cualquier indicio que lleve a la recuperación de la reliquia, valuada por la firma aseguradora italiana Generalli -representada aquí por Banorte- en 100 mil dólares.
Sin embargo, en la Procuraduría General de la República no ha trascendido mayor información, debido a que está en proceso de integración la averiguación previa respectiva, que incluye las indagatorias entre el personal de bodegas y museografía de San Ildefonso, así como de la compañía de transportes que se hizo cargo de trasladar las piezas de otros países del aeropuerto capitalino a la sede de la muestra, así como de carpinteros, iluminadores y cristaleros que colaboraron en el montaje de la misma.
Esta semana el embajador de Honduras en México, Roberto Reyes Mazzoni, solicitó oficialmente a la Secretaría de Relaciones Exteriores que encabeza Rosario Green ''acelerar" las investigaciones sobre el paradero de la figurilla de jade.
De acuerdo con las primeras investigaciones de las autoridades mexicanas, la directora del museo del antiguo Colegio de San Ildefonso, Dolores Béistegui de Robles, reportó la desaparición de la pieza ante las autoridades días después de ocurrido el hurto y seis días después de que se inauguró la exposición.
La Interpol-México estableció comunicación con las oficinas de la policía internacional en el resto del mundo y envió no sólo una fotografía de la pieza sino también una ficha técnica que explica su manufactura, antigüedad y el valor que podría representar para coleccionistas particulares del mundo entero, que suelen recurrir a organizaciones criminales especializadas en el robo de ese tipo de joyas arqueológicas.