Ť Tiene entre 44 y 50% en los sondeos de opinión


Si es elegido, promete De la Rúa acabar con el desempleo

ŤCon Menem, "el crecimiento fue para pocos", dijo en Rosario

Ť Graciela Fernández es atea, anticristiana y abortista: Ruckauf

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 19 de octubre Ť Cuando las encuestas lo muestran con una holgada ventaja que le permitiría ganar la presidencia argentina en la primera vuelta, Fernando de la Rúa, candidato de la Alianza opositora, prometió hoy ante 100 mil personas que si gana el próximo domingo acabará "con esta fiesta para pocos", al aludir a los desempleados y excluidos del actual modelo neoliberal.

A cinco días de los comicios, el candidato de la Alianza, conformada por Unión Cívica Radical y el Frente País Solidario, cuenta con entre 44 y 50 puntos frente a entre 30 y 37 del candidato del gobernante Partido Justicialista, Eduardo Duhalde.

Durante los 10 años de gobierno de Carlos Menem "el crecimiento fue para pocos", sostuvo De la Rúa en el masivo cierre de campaña en la empobrecida Rosario, ciudad ubicada a 300 kilómetros de esta capital que fuera en décadas pasadas uno de los principales centros industriales del país.

Entre tanto, la campaña se tornó virulenta luego que el candidato peronista a gobernador para la provincia de Buenos Aires, Carlos Ruckauf, acusara la víspera de "atea, anticristiana y abortista" a su oponente de la Alianza, Graciela Fernández Meijide, y dijera que abandonará el tema sólo si la candidata "acepta un debate".

El actual vicepresidente tomó una frase de Fernández Meijide donde dice que la provincia "ha sido bendecida por la naturaleza" para "demostrar" su ateísmo", y agregó que "ni siquiera puede aceptar que Dios ha bendecido a la provincia".

La candidata aliancista, quien proviene de la democracia cristiana y es madre de un joven desaparecido durante la última dictadura militar, advirtió hoy que "Ruckauf le está preparando la provincia a Carlos Menem para que sea su trampolín en el 2003".

En algún momento Ruckauf apareció como crítico de Menem, pero ahora los analistas lo ven como otro "caballo de Troya" que el mandatario habría colocado junto al candidato presidencial oficialista para obstaculizar su triunfo.

"El tono ultramontano de Ruckauf contra Fernández Meijide remite a un clima de violencia verbal que parecía archivado en los rincones más oscuros de la convulsionada historia política de los años 70", opinó Julio Blanck en el diario Clarín.

En 1975 Ruckauf, ministro del Interior del gobierno de María Estela Martínez de Perón, firmó la orden de aniquilar a la "subversión", y ahora pidió "mano dura y balas" para los ladrones, calificó a los drogadictos como delincuentes y negó que el desempleo y la pobreza generen delito.

Con esta serie de declaraciones estaría tratando de ganar tanto los votos del sector más conservador de la Iglesia católica como los de los hombres de la última dictadura (1976-1983).

Por su lado Menem, quien se consideró hoy uno de "los más grandes presidentes" de la historia argentina, permanecerá desde el sábado en su provincia natal de La Rioja, y dijo al matutino Página 12 que "sea cual fuere el resultado Menem no quiere aparecer junto a Duhalde". Sin embargo, no se privó de pronosticar que la oposición prepara "una devaluación" y que los peronistas "somos creyentes y no ateos".

El ex ministro de Economía de Menem y candidato presidencial de la derechista Acción por la República, Domingo Cavallo, consideró hoy que "es una vergüenza" que el mandatario pretenda candidatearse desde ya para las elecciones del 2003.

La jugada de Menem sería erigirse ahora en jefe opositor para preparar su regreso dentro de cuatro años.

Mientras, entre las denuncias y alertas por un posible fraude durante los comicios, después de evaluar los padrones sucios, la compra de votos, deslices informáticos y los documentos mellizos (que permiten a una misma persona votar en dos o tres distritos), hay algo que preocupa mucho más a los sectores que investigan los efectos políticos de la corrupción y critican la debilidad opositora al no denunciarla.

El pasado 7 de octubre Menem firmó un decreto en el que prorrogó hasta el 2007 el contrato entre la Policía Federal y Ciccone Calcográfica, empresa que realizó su primer gran negocio con la última dictadura al imprimir entradas para el mundial de fútbol de 1978 y asumió la confección de pasaportes a principios de 1996; el costo de los mismos aumentó de 29 a 75 dólares.

Aunque se dice que sus dueños son Héctor y Nicolás Ciccone, Cavallo denunció en 1995 que el verdadero dueño era el empresario Alfredo Yabrán, allegado al menemismo y quien supuestamente se suicidó hace más de un año.

Pero además de los pasaportes la empresa confecciona cédulas de identidad, placas de automóviles, permisos para portar armas y títulos de la deuda externa.

"Si esto se utiliza políticamente --advirtió el independiente Centro de Juristas-- es algo muy peligroso".