* Análisis de la Universidad de Chapingo sobre la actual problemática del campo


Productores agrícolas, en estrategia de sobrevivencia

* Los pequeños y medianos agricultores diversifican ingresos frente a sus dificultades financieras

Angélica Enciso L. * A seis años de haber cambiado la política agrícola de México, el producto interno bruto agropecuario decreció, las importaciones alimentarias se elevaron, se descapitalizó la agricultura, se deterioro la infraestructura agrícola, bajó el empleo y los salarios del sector decayeron.

Ante esa situación, los productores desarrollaron "estrategias de sobrevivencia" que incluyen diversificación de ingresos, y ahora los agricultores medianos, ya no sólo los pequeños, enfrentan problemas financieros y de comercialización, además de un acelerada concentración de la producción, indica el análisis Política agrícola al fin del milenio, Procampo y Alianza para el Campo en el contexto internacional, de Rita Schwentesius y Manuel Gómez Cruz, de la Universidad Autónoma de Chapingo.

Detallan que la cartera vencida del sector, que el año pasado era de 26 mil millones de pesos, representa 52 por ciento del valor de la producción total de granos del país.

El texto señala que esta década se ha caracterizado por grandes reformas a las políticas agrícolas, tanto en el plano nacional como en el internacional. Estima que el principal elemento de las reformas es la reducción o desaparición total de los precios de garantía, sustituidos por pagos directos al ingreso de los productores.

Estas acciones se derivan de las políticas agrícolas establecidas en la Ronda Uruguay del GATT, celebrada en los ochenta, pero de los países miembros de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), ninguna otra nación ha avanzado "en forma tan radical hacia el cambio de los instrumentos de sus políticas agrícolas como México".

La Unión Europea mantiene precios mínimos, barreras a la importación y apoyos en casos de emergencia, mientras que Estados Unidos sostiene a sus productores préstamos de reembolso para productos básicos, así como asistencia para préstamos de comercialización.

Además de los miembros de la OCDE, el nivel de los subsidios que otorga México está muy por debajo del resto de las naciones, y de todos los productores, los de trigo, azúcar, carne de res, pollo y huevo viven la situación más difícil, agrega.

El texto indica que los resultados de esas reformas son la caída del PIB ya que, en pesos de 1993, paso de 923 en 1982 a 786 en 1998, y también está la descapitalización del sector, reflejada en que únicamente 7 por ciento del total de las unidades de producción estén tecnificadas.

Esto, agrega, ha provocado que los productores ocupen los recursos de Procampo o Alianza para insumos, y estos instrumentos constituyen 11 por ciento del ingreso total promedio de los ejidatarios.

En lo que respecta a Procampo, en 94 por ciento de los casos se destina a la compra de insumos y funciona como alternativa de financiamiento para la producción, ya que con la cesión de derechos es posible la adquisición de insumos, agrega el análisis.

Respecto a Alianza para el Campo indica que los agricultores beneficiados por programas de Salud Animal, Desarrollo Rural, Programa Elemental de Asistencia Técnica y Sanidad Vegetal reciben en promedio 318 pesos, y los que participan en agricultura de riego por bombeo, fertiirrigación y desarrollo regional obtienen de 27 mil pesos a 19 mil pesos.

Los investigadores destacan que entre las principales debilidades de Alianza está la "notable concentración en pocos productores", ya que en 1998 en promedio cada beneficiado recibió mil pesos, pero los 651 beneficiados los indígenas obtuvieron apoyos de 135 pesos.

También se da una gran dispersión de las acciones, y existe una gran burocracia que absorbe montos considerables, y además "los programas orientados al sector social, como el equipamiento rural y los programa sustentables en zonas de alta pobreza no están exentos de elementos que propician su abuso para fines electoreros".