* Continúa el poeta la búsqueda de su nieto


Respuesta a Juan Gelman, exige una ONG argentina a Uruguay

* El hijo y la nuera del escritor, víctimas de Operación Cóndor

Stella Calloni, corresponsal, Buenos Aires, 17 de octubre * La Liga Argentina por los Derechos del Hombre envió a distintos organismos humanitarios una carta modelo para ser reenviada al presidente de Uruguay, Julio María Sanguinetti, exigiendo una respuesta al poeta argentino Juan Gelman, quien busca a su nieto o nieta, que habría nacido en cautiverio y luego habría sido trasladado con su madre María Claudia García Irureta Goyena a Uruguay desde el campo clandestino Automotores Orletti de Argentina, víctima de la Operación Cóndor.

La joven fue secuestrada cuando tenía ocho meses de embarazo, durante la pasada dictadura militar en Buenos Aires, junto a su compañero Marcelo Gelman, hijo del escritor residente en México, cuyo cadáver fue encontrado años después en un tonel con cemento sumergido en el fondo del río, cuando se buscaba a otras víctimas de la dictadura.

Gelman comenzó una dramática búsqueda que lo llevó a investigar en distintos lugares, a entrevistarse con testigos, hasta conocer que su nuera había estado en Automotores Orletti, un centro clandestino de detención donde desaparecieron muchos extranjeros, entre ellos una gran cantidad de uruguayos, que eran entregados dentro de la Operación Cóndor.

Gelman y su esposa Mara La Madrid, intentaron ver hace poco al presidente Sanguinetti para solicitarle su colaboración en este caso, que se une a la búsqueda de las Abuelas de Plaza de Mayo de niños nacidos en cautiverio y entregados en adopción, en la mayoría de los casos a militares y policías.

El mandatario uruguayo no los recibió, y aunque otros funcionarios se comprometieron a una respuesta presidencial, los meses pasaron y Gelman no ha tenido ningún informe. Ante esta esta situación mandó publicar una carta abierta en el matutino Página 12 el pasado 11 de octubre.

Su carta coincidió prácticamente aquí con el escrache realizado por organismos humanitarios ante la embajada de Uruguay para denunciar la presencia como embajador de Julio César Lupinacci, a quien se relaciona con Cóndor. Tal como lo informó La Jornada en su momento, Lupinacci es mencionado como partícipe del memorándum donde la dictadura uruguaya analizaba las "ventajas o desventajas" desde el punto de vista de las relaciones internacionales, de entregar o no a la maestra Elena Quintero, secuestrada cuando buscaba asilo en la embajada de Venezuela en Montevideo el 28 de junio de 1976 y desaparecida.

También la central obrera uruguaya PIT- CNT, que había protestado contra el nombramiento de Lupinacci en Buenos Aires, asumió el apoyo público a Gelman, cuya carta conmocionó a Uruguay.

La misiva de los organismos argentinos solicitan al mandatario uruguayo que "se tomen las medidas correspondientes para responderle en forma veraz e inmediata (a Gelman)", y señalan: "Llegamos a usted por esta vía ante la imposibilidad de realizar gestiones ante la embajada de Uruguay, donde su representante, el doctor Lupinacci, carece de legitimidad por estar imputado de complicidad en los crímenes ocurridos durante las dictaduras que sufrieron nuestros países en el marco del Operativo Cóndor. Motiva la presente nuestra total solidaridad con el señor Gelman y todas las víctimas del terrorismo de Estado. Por el derecho a la verdad juicio y castigo a todos los responsables". La carta lleva numerosas firmas.

Gelman tomó en sus manos la investigación, y la publicación de parte de ésta llevó al alejamiento de su alto cargo en el ejército argentino del general Eduardo Rodolfo Cabanillas, al comprobarse sus vínculos y responsabilidad en la tragedia de los desaparecidos y torturados en Automotores Orletti, lo que no pudo negar ante las evidencias. Cabanillas era entonces capitán, y como especifica Gelman en uno de sus escritos, conjuntamente con el hoy coronel retirado Rubén Víctor Vustuara (alias del Viso) tuvieron responsabilidad en el "asesinato y desaparición de mi hijo, la desaparición de mi nuera y el robo de su hijo nacido en cautiverio".

Siguiendo los datos del sumario militar instruido en su momento por el general Arturo Gumersindo Centeno, Gelman también indaga sobre algunos de los siniestros personajes de esa época como el caso de Aníbal Gordon ( ya fallecido) uno de los jefes de la Alianza Anticomunista Argentina (Tríple A), quien al "desactivarse" Orletti a fines de 1976, hizo una fiesta para sus amigos. Allí estaban importantes jefes militares y también oficiales de los ejércitos de Uruguay y Chile, involucrados en Cóndor, la internacional de la muerte, que permitió el asesinato de disidentes políticos en distintos países, el intercambio de prisioneros políticos y el viaje de comisiones de un país a otro para torturar a detenidos, la mayoría desaparecidos. En Argentina se preparan otras actividades y además continuará la insistencia para que el gobierno uruguayo asuma su responsabilidad en este y otros casos.

En tanto, mediante una gestión, Abuelas de Plaza de Mayo logró recientemente un compromiso de funcionarios del Departamento de Estado en Washington para la apertura de archivos secretos de la represión argentina. Estela de Carlotto, presidenta de las Abuelas, dijo que la respuesta estadunidense había sido positiva. "Nosotros recordamos allí que de la misma manera como hicieron desaparecer personas fuera de los límites de cada país y también otros fueron asesinados, sabemos que muchos niños desaparecieron en un país y aparecieron en otro. "Entre estos casos tenemos los de Carla Rutila Artes, quien desapareció en Bolivia y apareció en Automotores Orletti en Buenos Aires, Paula Eva Logares, quien desapareció en Montevideo y apareció en Buenos Aires en manos de un comisario, o Julien Grisonas, uruguayo desaparecido en Buenos Aires en 1977 y adoptado en Chile en 1979. Se necesita la mayor cantidad de colaboración porque debemos terminar con esta otra parte de la gran tragedia, el robo de niños recién nacidos en cautiverio". Aunque se estima que la cifra de niños en estas condiciones es cercana a los 400, figuran con todos sus datos 230, de los cuales 64 fueron encontrados por la acción de las Abuelas y la solidaridad. En estos momentos se tramita aquí un juicio por el caso de los niños, hecho aberrante que no prescribe.