La Jornada lunes 18 de octubre de 1999

Antonio Gershenson
Precios petroleros: la realidad

NOS PINTARON POCO MENOS que un desplome de los precios petroleros, a esto se atribuyó una caída de la Bolsa de Valores. Esta imagen resulta de considerar sólo los cortos plazos. En realidad, que baje el precio del petróleo, en promedio semanal, dos veces seguidas, es algo que ya sucedió en mayo pasado, y no por eso dejó de haber una tendencia ascendente.

Una semana es poco en comparación con los ritmos de la industria petrolera real. Pero para quien compra un cargamento el lunes y lo vende el jueves, una semana es demasiado tiempo, y el promedio semanal no le importa. Este pánico es como el de la abuelita que va en el camión a Acapulco: cuando le toca el tramo de subida, después de Iguala, grita que el camión se está regresando a México y que ella pagó el boleto a Acapulco.

Para la agencia de prensa que informa de este asunto, la noticia está en lo del día; no sería noticioso decir que sigue la misma tendencia y que tenemos fluctuaciones en torno a la misma, de modo que la angustia del especulador se convierte en el regocijo de tener una "noticia" llamativa: el desplome, la catástrofe.

En realidad, el precio había subido demasiado, incluso en comparación con la tendencia lineal ascendente de los precios. Esta tendencia, de febrero a septiembre inclusive, es de un aumento de poco más de un dólar y medio mensual por barril, considerando el promedio semanal de los crudos de referencia WTI y Brent. En comparación con esa tendencia, el precio en la última semana de abril fue superior en poco más de otro dólar y medio. Luego de ese precio excesivo, dos semanas bajó el precio hasta caer un poco por debajo de la línea de tendencia y reanudó su ascenso. En la tercera semana de septiembre ese precio ya estaba 90 centavos de dólar por arriba de la tendencia, y primero se frenó el ascenso quedando casi igual en la última semana de ese mes, y luego bajó hasta quedar por abajo de la misma línea. En la segunda semana de octubre, que ahora termina, para el lunes ese precio había bajado demasiado y el martes reinició su ascenso.

En el reporte de la Agencia Internacional de Energía, citado como fuente para este micropánico, se dice, sí, que el cumplimiento de los acuerdos de la OPEP "cayó de un 94 por ciento, ya revisado, en agosto, al 86 por ciento en septiembre". Pero esa frase no debe descontextuarse del documento. El sentido principal del informe mensual de ese organismo es que no le es posible verificar plenamente las cifras del mercado petrolero. En particular, no puede verificar la baja en las existencias mundiales de petróleo. Varias son las razones.

Primero, "los datos de existencias son incompletos, por lo que no se puede verificar la exactitud del balance mundial entre oferta y demanda". Segundo, "hay un importante retraso en los datos disponibles", al punto que ahora los datos completos más recientes son de julio y están sujetos a revisión. Tercero, el comportamiento de las existencias de los países de fuera de la OCDE es más volátil que el de los países de esa organización. Agrega una cuarta causa sobre el efecto del año 2000.

El informe hace una distinción entre los cambios de existencias "explicados" (de la OCDE) y "no explicados" (de fuera de ese organismo). De esa falta de explicación asocia implícitamente una gran reducción en las existencias de países de fuera de la OCDE --no porque ellos no se lo puedan explicar deja de ser real-- con una falta de cumplimiento de acuerdos de la OPEP. Una muestra de lo que decimos está en el hecho de que la revisión en este informe mensual aumenta el nivel de cumplimiento en agosto, de 92 por ciento originalmente publicado, a 94 por ciento.

En el mismo informe se agrega algo que va en sentido opuesto, en cuanto a tendencia de los precios: "Se proyecta que la demanda del cuarto trimestre aumente 2.5 millones de barriles diarios frente al tercer trimestre, debido a la llegada del invierno, la recuperación económica y la reconstitución de existencias por los consumidores alemanes de diesel". Si no hubiera sido porque el precio había subido demasiado, tal vez el mercado hubiera visto con más atención este párrafo que el mencionado al principio de este escrito. *