Arengas y denuestos remplazan el debate
Elena Gallegos * Entre las tres y las cinco de la mañana, en la desvelada asamblea del CGH parece no haber contrapesos. Ciencias Políticas, Trabajo Social y Economía hacen el uno, dos, tres. El movimiento -apremian los representantes de esas escuelas- tiene que dar ya respuestas contundentes. Proponen para ello el cierre de los institutos de investigación de la UNAM; el bloqueo de carreteras, casetas y las principales arterias de la ciudad; la toma de la Dirección General de Cómputo, y algunos más que se suman quieren agregar al pliego petitorio la disolución del cuerpo de Granaderos.
La sesión del CGH en la Preparatoria 2 lleva 12 horas de inacabables, exaltados debates en los que llueven acusaciones, mentadas y agresiones -a una chava de Psicología le gritan: "šYa cállate chichología; lo que tienes es sueño, mejor vámonos a acostar!"- a las posturas que buscan que el conflicto no se escale, respeto a los procedimientos para la toma de acuerdos y que surjan del consenso las acciones más drásticas a emprender para ir todos juntos a secundarlas. "Si no es así -advierte Roberto Massé, de Azcapotzalco- estarán propiciando el vacío y actuando contra la unidad". Y todavía siguen en cartera un montón de asuntos.
Está por amanecer y el CGH no ha visto lo referente al encuentro del lunes con la Comisión de Contacto del Consejo Universitario; si se llevará o no un ultimátum a las autoridades, que podría consistir en retomar los seis puntos del pliego petitorio, el propio plan de acción y la discusión (aunque al final ésta se evita por más que algunas escuelas insisten en que se abra la lista de oradores) sobre si se entregan o no votos a Iniciación Universitaria y al Comité Independiente de Naucalpan, exiliado en la ENEP-Acatlán.
Estos dos últimos puntos habrán de pasar entrada la mañana de este domingo. Con ello, comentan algunos representantes, cambia la correlación de fuerzas en el CGH, pues esos votos inclinarán las cosas a favor de una de las visiones del movimiento. Es significativo, cuando se aprueba, que la mayoría de los que sobreviven a la larguísima discusión y aún permanecen en el auditorio estallen coreando una peculiar goya: "šUltra, ultra, cachún, cachún, ra-rá, ultra, ultra, universidad!"
Pero antes de que todo eso suceda y cuando ya resolvieron deslindarse del gobierno perredista de la capital; pedir la renuncia de Rosario Robles, Leonel Godoy y Alejandro Gertz Manero; prohibir la entrada a sus asambleas a los funcionarios de ese gobierno -"šFuera Belaunzarán, fuera!", corean airados-, y a propuesta de la mesa entrar al punto del diálogo, Jorge Martínez Valero pide la palabra para conminar a la asamblea a que vuelva al problema de la represión, "perfectamente premeditada por el gobie rno perredista".
Liga esos sucesos con el secuestro de Alejandro Echavarría, El Mosh, y la toma de Acatlán, y exige que se adopte el plan de acción emergente planeado en la sesión que se efectuó en Contaduría.
"šQue ni siquiera se discuta! šEso tiene que salir como acuerdo hoy mismo!", anima Martínez Valero, a quien se reconoce como guía ideológico del "heroico comité de lucha" de Políticas, luego de asegurar que no dudaba que al golpear estudiantes, Cuauhtémoc Cárdenas y Rosario Robles enviaban mensajes a los centros financieros internacionales a cambio de su voto.
Sostiene entonces: "šEllo demuestra al pueblo de México el fracaso de la opción electorera y que la partidocracia no es la vía!" Casi para terminar dice: "Tenemos que retomar las calles y que no nos vengan a decir que estamos llamando a la represión". Otros oradores continúan en el mismo tono.
Se multiplican las propuestas para que se haga un bloqueo "real, no simbólico", a la Secretaría de Gobernación; se organice una marcha a la Cámara de Diputados, en exigencia de mayor presupuesto; se indemnice a los lesionados por los granaderos, y en esto hay insistencia, "para que no caigamos en el juego de la represión que sólo ocasiona que no salgamos a las calles".
"šDejémonos de chingaderas! -lanza desde la última fila de la parte alta del auditorio Alberto Pacheco, El Diablo, de Economía-; los que dicen que no se debe afectar a la Dirección de Cómputo, los institutos y las carreteras son quienes apoyan a los que quieren privatizar la UNAM. šVamos a bloquear las arterias de la ciudad en distintos puntos! ƑNo entienden que el gobierno capitalino quiere que ya no salgamos a las calles? Pero, pinches autoridades del PRD, son unas pendejas... Si no lo creen, nada más vean a los compañeros moderados".
Las risotadas llenan el salón. Alfredo, de la ENEP-Aragón, termina de encender: "ƑQué extraño que el jueves no hubo detenidos? Esos perros nada más iban a madrear. šCasualmente, miembros de otras corrientes no estaban allí!" Algunas voces denuncian: "šLes avisó Rosario!" Alfredo sigue: "El partido del reformismo demagógico quiere hacer creer que el conflicto lo provocaron los ultras porque no han logrado imponer en este CGH la posición de los grupos que ellos manejan".
También habla El Mosh. Cuenta que estuvo platicando con el profesor de Economía Alfredo Velarde, y que él le relató cómo por proteger a Rosario Robles en un acto de represión, él recibió golpes en la cabeza. "Me dieron tres puntadas", dice El Mosh que le dijo. "El profesor Velarde, a quien se acusaba de andar con metralleta en el campus en 87, sigue hombro con hombro con los estudiantes -lo reivindica-; en cambio, Rosario nos reprime".
Acto seguido pregunta para que el auditorio responda: "ƑQué harán dentro de algunos años nuestros compañeros del PRD?" Y sabe que el auditorio lo hará: "šGolpearnos! šFuera Belaunzarán! šFuera!" El Mosh sigue: "Quiero reprobar la actitud tan culera de Vladimir Montes y otros compañeros, que lanzaron una campaña difamatoria diciendo que la agresión que sufrí fue en realidad un autosecuestro. šEsas son chingaderas!
"Nosotros no dijimos nada cuando al compañero del CCH-Sur lo secuestraron cinco veces, y estuvimos dando la jeta por (Adolfo) Llubere y por (Oscar) Moreno (aunque en realidad Moreno no estuvo involucrado en el asunto aludido por Echavarría) en el momento que los perseguían, aunque no eran de nuestra corriente. Si la represión nos golpea, no importa si somos ultras o moderados. šYa no nos hagamos pendejos y pasemos a definir!"
Fernando Belaunzarán pide la palabra para contestar las alusiones personales que se le hacen, entre ellas la de ser parte del gobierno perredista. Imposible. "šCállate perro! šFuera! šEso es no tener madre! šVete a ladrar a tu partido! šEse güey está vetado!", lo increpa el respetable. Víctor Manuel Alejo, también de Políticas, recuerda que ya hubo acuerdo para prohibir la presencia de "funcionarios del gobierno del DF".
Enseguida, uno de los representantes de Veterinaria sugiere: "Escarbemos en rectoría la documentación. Podemos probar con ello los fraudes que han cometido. Nosotros ya lo hicimos con Leopoldo Paasch, el secretario Administrativo. ƑA ver cómo salen de los pedos que traen?"
En la agria discusión que se produce más tarde en torno a la toma de la Dirección de Cómputo (donde se encuentra la megacomputadora), él mismo propondrá que al realizarse esa acción se cierren de entrada los servidores de la iniciativa privada, "y el primero que tenemos que cerrar, compañeros, es el de La Jornada".
Los jaloneos se repiten cuando entran a la discusión del cierre de institutos y la toma de la Dirección de Cómputo. Otra vez los señalamientos y las sospechas mutuas. Los representantes de Música, Psicología y una muchacha de Ingeniería aseguran que la votación no procede, e incluso esta última alerta que con ese tipo de acciones se puede auspiciar a las posturas que pretenden separar el área de investigación de la universidad. Les pide considerar que la DGSCA maneja el sistema de información del Cenapred, lo cual tiene sus implicaciones.
Y como se reeditan los motes de perredistas y moderados para quienes no comparten la toma de esas medidas ni el manejo de la mesa -en manos del CCH-Oriente, Acatlán, Químicas, Contaduría y Universum-, y menos con los adjetivos que contra ellos se vierten, Massé señala que no aceptarán más que los tachen de perredistas: "Lo hacen, compañeros, como el que está aquí de Filosofía, cuya mamá es una reconocida priísta de Tulancingo".
La rechifla arrecia y otra vez los nervios se crispan. Por eso, cuando Psicología desconoce la votación para el cierre de institutos, la asamblea se convierte en alarido: "šDesconozcan a su puta madre!" "šMejor desconozcan a la suya que es priísta!" En pasillos y en butacas los intercambios verbales se extienden hasta alcanzar el clímax y vuelven a distenderse hasta el siguiente punto en disputa.
Finalmente, pasa lo referente al cierre gradual de institutos, pero así lo de la DGSCA. Y es que algunas escuelas que por lo general apoyan las líneas más duras, en esta ocasión se abstienen o de plano se declaran en contra. La furia de los derrotados busca salidas: "šPinches moderados cabrones, como no fueron a la marcha y no les partieron la madre!", y se comienza a señalar a los traidores: "šEsos de Iztacala ya se sumaron a los moderados!"
No obstante, algunas voces se dejan escuchar para reiterar que no descarten, en un futuro cercano y ante un nuevo hecho de represión, la ocupación de la DGSCA. Un representante de Ingeniería demanda que se resuelva que esa dirección proporcione de inmediato a todos los huelguistas "servicios de correo electrónico e Internet". Uno de los muchachos de Aragón lo regresará a la realidad: "šNo mames, güey, primero que nos den computadora!"
Las horas pasan. Viene otro de los debates medulares: el del diálogo. Salvo contados casos, las posturas coinciden: el CGH emplazó a la Comisión de Contacto y por eso debe esperarla en el Che Guevara, y no acudir a la Academia de San Carlos como la última propone. Así queda.
Para variar, se vuelven a atorar al discutir lo referente al ultimátum. La mesa da por hecho que ya fue un acuerdo advertir a las autoridades: o hay comisión resolutiva y diálogo público o regresarán a las seis demandas. "Sólo -dice Rosario Lugo, del CCH-Oriente, cuya actuación junto con la de Luciano, de Acatlán, a esas alturas lleva un buen número de impugnaciones- discutiremos aquí la modalidad del ultimátum, porque esta asamblea se convocó de manera extraordinaria precisamente para sacar esto". ENTS, Políticas y otras escuelas más la apoyan.
Les contestan que no puede ser así, que muchas escuelas no lo traen en su resolutivo, que los procedimientos establecen que sólo cuando 19 asambleas lo incluyen se puede discutir y votar, y que está malabareando para favorecer algunas posturas. Rosario alza los hombros y corta: "Pues ni modo por las escuelas que no lo abordaron, aquí sus representantes tendrán que asumir la responsabilidad".
Otra vez los gritos y la zozobra. En ese momento, Higinio Muñoz toma la palabra. Es claro: "Cierto que esta asamblea extraordinaria se convocó para que ver qué procedía si las autoridades no se presentaban al diálogo, pero también es cierto que sólo 10 escuelas traen declaración sobre el tema y jamás dijimos que nuestros mecanismos de acuerdo se iban a modificar; pido sensibilidad, regresemos la discusión a las escuelas".
El profesor Mario Benítez, de Economía -cuya participación ha sido definitiva en muchos de los asuntos que se resuelven durante la madrugada-, convoca a no pelear "ni armar panchotes" por una palabra, la de ultimátum, que "mete cierto temor", y conviene con Higinio en que debe volver el asunto a las asambleas. "Lo que debe quedar claro es que resultó en balde la flexibilización, porque a casi 50 días de esa decisión no ha pasado nada".
Después, y ante la sorpresa de muchos, regaña a los integrantes de la mesa: "No podemos forzar las cosas para que gane una posición; estamos obligados a obtener los triunfos en nuestras asambleas".
Pasado el mediodía, todo termina.