* Hay 2 lesionados con "balas de sal", según autoridades; son 10, dicen reos


Presos del penal de Villahermosa se

amotinan; tercera revuelta en 5 días

* Protestan por la negativa oficial a permitir visitas de familiares; la cárcel sigue inundada

René Alberto López, corresponsal, Villahermosa, Tab., 16 de octubre * Por tercera ocasión en esta semana los internos del penal en esta ciudad se amotinaron, luego de que las autoridades carcelarias prohibieron la visita de sus familiares. El saldo, según la policía, fue de dos heridos con "balas de sal", y se arrestó con violencia a siete mujeres. Los presos aseguran que eran 10 los lesionados.

Apenas el martes y el miércoles pasados se suscitaron dos enfrentamientos, pues las autoridades carcelarias se niegan a reubicar a los internos en otros penales. Las aguas del río Carrizal inundaron las celdas, donde el agua alcanzó más del metro. En esas revueltas el saldo fue de nueve heridos, dos graves, según admitieron los funcionarios de la penitenciaría.

Hoy hacia las 11 de la mañana hubo una nueva trifulca. Familiares de los internos comenzaron la protesta frente al penal, molestos porque no se les permitió entrar, y "ni siquiera se les dejó meter alimentos a la prisión", que sigue entre el agua. A gritos exigían entrar al centro de readaptación social.

La situación fue subiendo de tono hasta que casi a las dos de la tarde un grupo de mujeres intentó bloquear la carretera Villahermosa-Frontera, que pasa frente al reclusorio, como una forma de presionar a las autoridades para que se les permitiera la visita de cada sábado y domingo.

Pero un grupo de la policías antimotines arremetió a golpes contra éstas y, casi a rastras, rompiéndoles la ropa, subieron a siete de ellas a una camioneta y se la llevaron a los separos de la Procuraduría General de Justicia del Estado, según un agente que omitió identificarse.

Fue entonces cuando los reclusos se amotinaron en el interior del penal y policías y custodios comenzaron a disparar sobre ellos. Afuera esposas e hijos de los reclusos gritaban y lloraban, pues se comenzó a hablar de heridos de bala. Varias señoras con bolsas de comida en las manos, enardecidas por los acontecimientos, mostraban pancartas con leyendas como esta: "Señor director, le suplicamos de la manera más atenta nos deje pasar los alimentos para los internos, y ponga solución a este tiroteo, ya que nos encontramos muy angustiadas por todo esto".

Adentro los internos arrojaban piedras a la policía y gritaban: "Queremos comida y agua, porque no tenemos nada". Afuera sus familiares exigían que el director del penal, Víctor Manuel Pérez Guillermo, "dé la cara", pero nadie sabía de él.

Los disparos arreciaron por un momento. Luego se escucharon en forma esporádica impactos de bala en la parte trasera del penal. Desde la azotea los internos mostraron a cuatro de sus compañeros que, gritaban, estaban heridos.

En el exterior la policía aseguraba a los reporteros: "Sólo se trata de balas de sal", y dijeron que eran únicamente dos los lesionados. Los familiares no paraban de gritar que el director "miente cuando dice que les dan las tres comidas". Una señora, que sólo quiso decir que se llama María -sin dar apellidos-, "para que no la agarren contra mi esposo preso", aseguró que la comida que ellos traen "el director deja que se pudra. No la entrega".

Desde el centro de readaptación un preso se acercó a la barda y arrojó un papel manuscrito, entendible pese a las faltas de ortografía, que luego una mujer leyó a los medios de comunicación:

"Solicitamos ambulancia, en el interior del penal hay 10 heridos. Al culpable del motín lo tienen el director y el capitán Pedrero. Hay gente herida. Queremos agua para beber. El agua (que inunda el lugar) está electrocutada con alta tensión. El capitán la electrocutó. Queremos que hagan algo, por favor. Todo fue porque el director prohibió la visita familiar. El capitán Gutiérrez, del grupo DFP (Dirección de Fuerza de Protección), baleó a los internos, y el subdirector con el capitán Pedrero tiró gas a las visitas. Golpearon sin piedad a varias señoras que venían de visita. Las autoridades del penal nos tienen incomunicados. Por favor, hagan llegar este boletín a los medios de comunicación. Atentamente, la población interna.".

Después de casi una hora la situación comenzó a normalizarse tanto adentro como en el exterior del penal, donde varias familias se marcharon, tras ver cómo la policía arremetió contra las mujeres detenidas.

Sobre los 10 heridos que hay, según afirman los reclusos, no fue posible confirmar su versión, ya que hasta entrada la tarde no había llegado ninguna autoridad de la prisión. Tampoco se observó que sacaran a los lesionados.

Afuera y en una parte del techo de la cárcel la policía continuaba sitiando el penal, mientras algunas familias aguardaban con sus bolsas de comida que hoy no pudieron entregar. Parientes de los presos no descartan que este domingo surjan nuevas protestas a la hora en que se les prohíba de nuevo hacer visitas.

En este centro de readaptación, que está villahermosa-4-jpg bajo el control de las autoridades del gobierno estatal, hay una sobrepoblación de unos 350 internos. Fue edificado para albergar a mil 500 presos, pero hasta antes de iniciados los amotinamientos se supo que las personas hacinadas eran mil 850, entre ellas 91 mujeres.

Sin embargo, ayer las autoridades preliberaron a 30 reos, entre ellos a cuatro mujeres en el grupo. También cinco guatemaltecos polleros fueron entregados a las autoridades migratorias para que sean deportados a su país, y "allá continúen con sus procesos penales". Esta misma semana 28 reos peligros fueron llevados a los separos de la Procuraduría General de Justicia, mientras pasa el temporal, y 91 mujeres fueron trasladadas al centro tutelar para menores infractores.