La Jornada sábado 16 de octubre de 1999

Luis González Souza
ƑNación sin cerebro?

NI JOE CHAMACO lograba tantas bandas como las carambolas de los antiuniversitarios. Las travesuras de éstos ya son incontables. No sólo han avanzado en su objetivo primario, que es llevar a la UNAM al matadero, físico o moral; real o figurado, burocrático o publicitario, presupuestal o ideológico, o todos juntos de una buena vez.

Además, los UNAM-destroyers han logrado construir un villano ideal: los seudoestudiantes-zánganos-y-revoltosos. Algo ideal para alimentar a las huestes del fascismo (šMano dura, pero yaaaaa!), del racismo (šPinches nacos,no merecen ni estudiar!) y del neodarwinismo (La UNAM, sólo para estudiantes "de excelencia"). Ideal, pues, para alimentar a toda la jauría urgida de meterle rabia a la de por sí torpedeada transición de México a la democracia.

En la misma dirección, los zopiloteros de la UNAM también se han anotado buenos puntos en su empeño por finiquitar la principal esperanza de cambio electoral: el cardenismo. Al desliz represivo contra estudiantes (sin descartar porros, orejas y similares) del pasado 4 de agosto, ahora se suma el de anteayer, mucho más gorilesco. ƑAcaso el sol nace para todos, menos para los estudiantes dignos y combativos? ƑYa también aquí se trata de ganar votos aun a costa de los principios, y en estricta atención a lo que el cliente (elector) pida? ƑDe veras la mayoría pide lo que sólo se atrevieron a dar Díaz Ordaz y sus secuaces? ƑHasta dónde, pues, se borrará la línea entre el gobernar-para-mejorar y el gobernar-por-gobernar?

ƑAcaso México ya también se ha quedado sin cerebro? Si es así, habrá que ir preparando un nuevo Premio Nobel para los sepultureros de la UNAM, acaso el Premio Superpinochet. Sería nuevo en un doble sentido. Primero, porque se daría en el marco de una nueva disciplina; una cruza de Ciencias Política, Ecología y Anatomía, que podría llamarse Anencefalia Nacional: toda una nación descerebrada, y ya no sólo los niños afectados por residuos de las maquiladoras. Y segundo, porque se otorgaría en razón de un doble éxito: tras acabar con la principal fuente de pensamiento crítico que le quedaba a México, la UNAM, ahora se logra sumir a todas las fuerzas democráticas en una jungla de Babel, previa extirpación del cerebro colectivo.

Y aquí es donde aparece la carambola mayor de los antiuniversitarios. Es una carambola de fantasía, porque pega exactamente en el manantial de las mejores esperanzas, y ejemplos de dignidad con que hoy cuenta México. Pega en el sitio exacto donde se funden cerebro, corazón y espíritu, para arrojar un transformador fuera de serie. Así, aunque les gusta descerebrar a otros, los destructores de la UNAM no parecen del todo anencefálicos.

Por increíble que parezca, y por si no fuesen suficientes las bandas tocadas con su carambola original, también están logrando meter cizaña entre los simpatizantes del zapatismo. Ya son varios los escritores notables que se sienten obligados a deslindarse del sup Marcos, y nada mejor que aprovechar la jungla de Babel, preparada por los carniceros de la UNAM. Como si la propuesta de los eméritos fuese la panacea (cosa que ni ellos mismos afirman, entre otras cosas porque le falta mucho detallamiento), bastó un poco de crítica a dicha propuesta (tal vez dura, porque el asunto de la UNAM es durísimo), para que se inflamaran los egos y se recayera en el antiquísimo vicio de "confundir al enemigo".

Esto merece un premio adicional, digamos el Premio Ponzoña. Y es que el zapatismo se ha distinguido por una verdadera magia para juntar a los que nunca imaginamos que podrían juntarse. Lo que más bien urge, entonces, es parar a los extirpadores de cerebros. Su kriptonita está a la vista, son las ideas. Por eso le temen tanto a la única solución de la huelga, verdaderamente universitaria: un congreso incluyente y plural (para evitar "democrático", que tanto escozor les causa). Así como resolu... perdón, trascendente en los hechos; que no quede en pura palabrería.

Obsesionados en descerebrar, los destazadores de la UNAM parecen ellos mismos descerebrados. Sólo así se explica su incapacidad para responder a una pregunta en verdad elemental: ƑPor qué tantas argucias para evadir un congreso universitario, si ya lo hubo en 1990?

PD: Próximo sábado, descanso a mis tres lectores. Salgo a Brasil (a conferencias, no al carnaval) y no puedo adelantar un tema ante una realidad tan movida, so pena de aparecer frívolo. *

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