n Promete que los policías que se excedieron en el uso de la fuerza serán castigados


Rosario Robles: la ruptura del bloqueo al Periférico, "correcta"

n Ofrece abrir una investigación para deslindar responsabilidades n Se desterrará la impunidad

Las autoridades capitalinas actuaron de manera correcta al romper los bloqueos de una parte de los paristas de la UNAM, pero no por ello protegerán o tolerarán cualquier abuso policiaco, aseguró la jefa de Gobierno del Distrito Federal, Rosario Robles, quien en conferencia de prensa anunció que serán sancionados aquellos policías que se excedieron en el uso de la fuerza contra los estudiantes.

Robles ofreció abrir una investigación para deslindar responsabilidades de ambas partes y se comprometió con los jóvenes golpeados, con sus padres y policías agredidos a esclarecer los hechos y desterrar así la impunidad en cualquier acto de autoridad.

A continuación, el texto íntegro de la declaración hecha por Rosario Robles, jefa de Gobierno de la ciudad:

 

El día de ayer, estudiantes del Consejo General de Huelga de la UNAM decidieron realizar una manifestación en la parte sur del Periférico de la ciudad. Tal y como ha sido nuestra práctica, mediante el diálogo exhortamos a los estudiantes a no realizar un bloqueo intencional de esta vital arteria, comprometiéndonos a respetar el desarrollo de la marcha a través de la lateral del Periférico.

No obstante este acuerdo, los estudiantes decidieron realizar los bloqueos. Esto obligó a que de manera constante un destacamento femenil del cuerpo de granaderos, que sólo portaba escudos protectores, tuviera que desplazarlos hacia los carriles laterales, para evitar que miles de automovilistas fueran afectados y, sobre todo, se bloqueara el principal acceso de vehículos y ambulancias a una zona de la ciudad en la que se encuentran importantes centros hospitalarios.

Aquí queremos ser muy claros. Este gobierno es respetuoso del derecho a la manifestación conquistado a través de las luchas sociales y políticas más importantes del país, entre otras las del movimiento estudiantil de 1968. Pero somos igualmente respetuosos y es nuestra obligación proteger también el derecho constitucional al libre tránsito, por lo que, de manera pacífica, procedimos a evitar este bloqueo. Una cosa es el derecho a la manifestación y otra la obstrucción deliberada de vías rápidas cuyo bloqueo inútil sólo se propone congestionar la vida ciudadana. Por otra parte, si la autoridad se abstuviera totalmente de intervenir, serían inevitables los enfrentamientos violentos entre diversos grupos de ciudadanos, como ya amenazaba ocurrir entre automovilistas y huelguistas.

Una vez concluida la marcha, la mayoría de los estudiantes regresaron a sus planteles, señalando que habían concluido con éxito su movilización y sin que se reportara ninguna situación grave, a pesar de los roces propios de una situación de esta naturaleza y de que una joven había sido golpeada por un automovilista sin que se le ocasionaran daños mayores.

No obstante, un grupo minoritario se quedó en el lugar de los hechos y de manera deliberada bloqueó los dos sentidos del Periférico, por lo que fue necesario que el mismo destacamento femenil los desplazara hacia la lateral y, particularmente, hacia avenida Toluca, para impedir una vez más la afectación de terceros. Una vez desplazados, ese grupo empezó a lanzar piedras contra las policías, quienes se protegieron con sus escudos y mantuvieron una valla para impedir el regreso al Periférico. Mientras esto sucedía, otro enfrentamiento se daba en la calle Veracruz, en la que un grupo de granaderos respondió a la agresión y golpeó salvajemente a varios jóvenes, entre ellos a los hermanos Alejandra y Argel Pineda, quienes quedaron visiblemente lesionados.

En esto también queremos ser enfáticos. La decisión que tomamos de impedir los bloqueos fue absolutamente correcta, sobre todo porque nos enfrentamos en este segundo momento a una actitud de franca provocación. Sin embargo, con la misma convicción hemos sostenido y sostenemos que, bajo ninguna circunstancia, protegeremos o toleraremos cualquier abuso político.

Por ello, ante las evidencias que tenemos y la disposición del secretario de Seguridad Pública de castigar cualquier exceso, hemos girado instrucciones para que se sancione de manera inmediata al pequeño grupo de granaderos que participó en esta agresión.

El día de hoy, esos elementos se encuentran bajo arresto y sujetos a investigación ante la Comisión de Honor y Justicia del cuerpo de policía de la ciudad. Este gobierno, en cumplimiento de la ley, ordenó que se evitara pacíficamente el bloqueo y que no se respondiera a ninguna provocación, y justo es reconocer que la mayoría de las policías presentes del batallón Cisne acataron con disciplina y lealtad esta disposición.

Dada la gravedad de estos hechos, le ofrecemos a la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal abrir una investigación paralela para que todos, gobierno y sociedad, obtengamos una versión objetiva y veraz de los acontecimientos y con ello cerremos el paso a la provocación, pero también a la impunidad y al abuso policiaco.

De la misma manera, les pedimos a vecinos y automovilistas que fueron testigos de los hechos que se comuniquen directamente a esta jefatura de Gobierno para que nos aporten sus testimonios que seguramente serán muy valiosos para la defensa de un estado de derecho basado en el respeto a la ley y a los derechos humanos.

La sociedad está cansada de la impunidad y del abuso de los que ejercemos la función pública. Está harta de que se minimicen los hechos; de que desaparezcan pueblos enteros, de que se caigan las casas y los hospitales y que nunca haya responsables.

Este gobierno es diferente. Es un gobierno de la gente y por eso nos comprometemos ante los jóvenes golpeados, ante sus padres, ante las policías que también fueron agredidas, a investigar con todo rigor lo sucedido el día de ayer. Si de la investigación resultara que ese grupo recibió órdenes o autorización de alguno de sus mandos inmediatos presentes en el lugar para obrar como lo hizo, también se tomarán las medidas pertinentes.

Estos son los hechos y estas las acciones que este gobierno ha decidido. Sin embargo, es evidente que se le quiere involucrar en un conflicto que no ha generado y en el que ha actuado con extrema prudencia y con absoluto respeto a la autonomía universitaria. Hemos sostenido y estamos convencidos de que un conflicto social no se resuelve de manera policiaca y que sólo el diálogo y la voluntad política pueden abrir cauces para su solución pacífica. Sin embargo, ante los acontecimientos de ayer y ante la posibilidad de que se vuelvan a suscitar de nueva cuenta situaciones que afecten a la ciudad, no podemos dejar de preguntarnos:

ƑPor qué se está prolongando deliberadamente este conflicto? ƑAcaso se trata de mantener cerrada y de desmantelar a la máxima institución del pensamiento, de la reflexión crítica, y de la investigación del país?

ƑDónde están las autoridades de la UNAM que originaron con su decisión unilateral la parálisis de la universidad y que no han logrado entablar un diálogo creativo y constructivo que permita la reanudación de actividades?

ƑDónde están la política y el diálogo como vías de solución y quién desea transferir este problema a las calles de una ciudad y a la esfera de un gobierno que no es responsable de un conflicto de índole federal?

ƑQuién es ese grupo que lo mismo golpea a sus compañeros de huelga e insulta soezmente a sus compañeras, evita cualquier posibilidad de diálogo y solución, violenta actos públicos de algunos medios de comunicación, como lo sucedido en el Museo de la Ciudad de México, y que, de manera reiterada, ha pretendido confrontar a estudiantes, trabajadores y profesores democráticos de la UNAM con el único gobierno que ha manifestado su apoyo irrestricto a la gratuidad de la educación pública desde el nivel primaria hasta la educación superior?

ƑQuién está detrás de la cerrazón del rector y de su negativa reiterada a aceptar un congreso universitario para que nuestra universidad florezca nuevamente? ƑPueden la sociedad y la comunidad universitaria entender que vale más mantener paralizada a la máxima casa de estudios que la aceptación a abrir ese espacio de diálogo y reflexión en la institución que se caracteriza y debe caracterizarse justamente por la discusión y el análisis?

ƑSe pretende acaso mantener deliberadamente cerrada a la universidad para contar con un foco de tensión permanente que distraiga a la opinión pública de los graves acontecimientos nacionales, como ha sucedido a lo largo de esta crisis universitaria? ƑAcaso se quiere aplicar el mismo esquema que en Chiapas, con la prolongación del conflicto a partir del incumplimiento de los acuerdos de San Andrés?

La ciudad de México y sus habitantes no pueden ser víctimas de tanta incompetencia y de la falta de voluntad política para resolver un problema de carácter social. Como jefa de Gobierno, y también como universitaria, hago un llamado a las autoridades de la UNAM para que, en diálogo con el CGH, encuentren la forma de restablecer la normalidad en la institución, de convertir el desencanto y la frustración de miles de jóvenes otra vez en esperanza y confianza en el futuro, y de evitar con ello situaciones que puedan generar violencia que nadie quiere en las calles de la ciudad. A los jóvenes les pedimos que sean fieles a las mejores causas universitarias, a que defiendan sus principios con la fuerza de la razón y que eviten con sus actos agredir a una sociedad que los ha apoyado durante años. A los medios de comunicación les pedimos prudencia para que, con calma, sensatez y objetividad, encontremos las mejores vías para hacerle frente a situaciones de esta naturaleza.