BALANCE INTERNACIONAL Ť Gerardo Fuji
Indicadores
El indicador más difundido para calificar el nivel de desarrollo de un país es el ingreso por habitante. De acuerdo con el Informe sobre el Desarrollo Mundial 1999/2000, elaborado por el Banco Mundial, el producto por habitante de México era, en 1998, de casi 4 mil dólares. Esto determina que el país ocupe la posición 76 en el mundo, correspondiéndole la tercera a Suiza, con más de 40 mil, mientras que el último lugar, el número 210, es ocupado por Etiopía, con un producto per cápita de 100 dólares. Este indicador asciende a casi 9 mil dólares en Argentina, se acerca a 5 mil en Chile y a 4 mil 600 en Brasil.
La calidad de este indicador es muy discutida en dos sentidos. En primer término, se ha señalado que el tipo de cambio corriente empleado para la conversión en dólares de las monedas nacionales no refleja adecuadamente la relación entre el poder adquisitivo de éstas. Y que con un dólar no se puede comprar en Estados Unidos lo mismo que con diez pesos en México. Esto ha dado lugar al cálculo del producto por habitante en dólares según su poder de compra, el cual supera los 8 mil en México, colocándolo en el lugar 71 en el mundo, mientras que en Estados Unidos asciende a más de 29 mil (tercer lugar mundial). Entre los países de América Latina, el de Chile se acerca a 13 mil dólares, el de Argentina supera los 10 mil y el de Brasil, los 6 mil.
La segunda crítica al producto por habitante como indicador de desarrollo proviene del hecho de que no refleja adecuadamente el nivel de vida medio de la población. Dado que se trata de un promedio, si la distribución del ingreso es muy desigual, puede haber sectores cuya percepción por habitante sea significativamente inferior a la media nacional, mientras que para otros puede ocurrir lo opuesto. Esto hace necesario complementar el indicador del ingreso por habitante con información sobre su distribución. Esto es particularmente importante en nuestra región por tratarse de que muestra la disparidad más elevada entre ricos y pobres que se puede encontrar en el mundo. Diez por ciento de la población más pobre de Brasil se apropia de menos de 1 por ciento del ingreso, mientras que en México y Chile le corresponde 1.4 por ciento. En el otro extremo, el 10 por ciento más rico de los habitantes se apropia de 48 por ciento del ingreso de Brasil, y de 46 y 43 por ciento en Chile y México, respectivamente. En Estados Unidos estos datos son de 1.5 y 28.5 por ciento, y en Suecia de 3.7 y 20.1. En otras palabras, la diferencia más importante entre la distribución del ingreso típicamente latinoamericana y la de los países desarrollados radica en que en éstos, los estratos más ricos de la población de apropian de menos de la mitad de la proporción del ingreso de la que lo hacen en nuestros países. Esto determina que a los estratos medios de aquellas naciones les corresponda una proporción elevada de la riqueza.
Desde 1990, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo ha elaborado anualmente un informe sobre el desarrollo humano, que pretende proporcionar un mejor indicador sobre el nivel de vida de la población mundial, tomando como base tres antecedentes, además del ingreso pos habitante calculado a paridad de poder de compra: la esperanza de vida al nacer, la alfabetización de adultos y la proporción de la población en edad de estarse educando que efectivamente lo está haciendo. Entre los 174 países para los cuales en 1999 se calculó el índice de desarrollo humano, a México le corresponde la posición número 50. La nación con desarrollo humano más elevado es Canadá, seguido de Noruega y Estados Unidos. En nuestra región, son Chile y Argentina los que ocupan los mejores lugares (números 34 y 39, respectivamente), mientras que a Brasil le corresponde la posición 79.