n Un abrevadero de identidad, la obra del literato, asegura Carlos Payán
El año 2000 nos pondrá a prueba a todos, a gobernantes y gobernados, alerta Carlos Fuentes
n El presidente Ernesto Zedillo aplaudió el que se le otorgara la
medalla Belisario Domínguez al autor de La muerte de Artemio Cruz
El año 2000 "nos pondrá a prueba a todos'', alertó Carlos Fuentes en Los Pinos. Probará, dijo, a gobernantes y gobernados, a partidarios de derecha, de centro y de izquierda; a electores de todos los sectores y de todo los ámbitos del territorio nacional, ciudadanos al cabo todos. "Responsables al cabo, todos y cada uno, del destino de nuestro país". Que nadie diga "nos fue mal" si antes no dijo "hice todo lo posible para que nos fuera bien".
A invitación del presidente Zedillo, el escritor a quien recientemente se otorgó la medalla Belisario Domínguez, su esposa Silvia Lemus, senadores de la República y hombres de la política, las letras y la diplomacia, se reunieron a comer en la residencia oficial. Ahí hablaron Fuentes, el propio mandatario y el senador por el PRD, Carlos Payán.
Zedillo aplaudió la decisión unánime del Senado de otorgar la máxima condecoración al novelista, de quien dijo la congruencia de su obra literaria y su incansable afán analítico "nos dan la seguridad de que con su literatura, con su crítica constructiva, con su palabra puesta al servicio de las causas justas, seguirá contribuyendo a que la vida de México sea más libre, justa y democrática''.
Al agradecer el convite, Fuentes deseó que el vínculo de "valoración amistosa'' y de diálogo que mantiene con el Presidente, se extienda y profundice, "porque yo no cuento la vida en sexenios''.
-Ni yo tampoco -respondió desde su lugar Zedillo.
-šBueno! šQué bueno! -cerró el escritor, en medio de la risa de los convidados.
En seguida, Carlos Fuentes hizo una aguda disertación para ubicar los paralelos entre la vida de Belisario Domínguez y la de otro mexicano universal, Alfonso Reyes. Y ello, porque comentó que cuando le informaron que recibiría la distinción del Senado que lleva el nombre del chiapaneco, él se encontraba en París en la inauguración de la Cátedra de Estudios Mexicanos que lleva el nombre del escritor neoleonés, en el Instituto Latinoamericano de La Sorbona.
Más adelante, expuso que la modernidad mexicana no data de hoy, sino que para entender la actualidad, los mexicanos hacen presente el pasado, "y no sabríamos entendernos a nosotros mismos sin la vigencia de todas las etapas, asimiladas, pero no canceladas, de nuestro devenir histórico y cultural''.
El autor de La región más transparente añadió que no hay presente vivo con pasado muerto; no hay futuro viable sin memoria alerta, y no hay pasado útil sin conciencia presente ni proyecto de porvenir.
Y rotundo, agregó: "Es en esta haz de tiempos que una nación se comprende a sí misma, se recuerda, se imagina y se desea; porque creo que en México se dan cita estos tiempos de la memoria, la presencia y el deseo. Tengo fe en mi país, tengo confianza en su porvenir''.
Así siguió Fuentes. Comentó que en su discurso de la semana pasada en el Senado, recibió opiniones lo mismo de quienes lo consideraron optimista, que de otros que lo tacharon de pesimista. Ese es, no pocas veces, convino, el dilema del escritor y a veces del ciudadano.
Por desgracia, continúo en su discurso Carlos Fuentes, en muchas ocasiones "mis exorcismos se han convertido en profecías. Y es que como hemos hecho notar a coro Gabriel García Márquez y yo, en América Latina, a mi modo, la sección más imaginativa se convierte pronto en la realidad más certificable''.
El escritor añadió entonces que defender a México, explicar sus razones son parte de su naturaleza, actitudes además que no se inmovilizaron en un puro patriotismo ni defensivo ni celebratorio, sino que evolucionaron hacia esa forma del patriotismo que es la acción política, la actividad ciudadana, "y hacia esa forma de amor a la patria que es la palabra crítica, la convicción de que la palabra siempre es amorosa y vital, y sólo es silencio es oprobioso y mortal''.
Con conciencia aguda del "momento que vivimos'' el autor de Aura precisó: "digo palabra contra silencio y digo proposición contra negación. Digo palabra contra silencio y digo ideas contra injurias. Digo palabras contra silencio y digo espacios de debate constructivo contra abismos de intolerancia destructiva".
Los mexicanos, apuntó también, "sabremos en el siglo que se inicia, conciliar lo mejor de nuestra doble pertenencia al solar nativo y a la comunidad hispana''. Además, "nos cabe demostrar que nuestra contemporaneidad con el mundo único no es una vana ilusión sino una realidad que nace, que nacerá, que sólo puede nacer de nuestro propio esfuerzo nacional. No hay universalidad gratuita, sólo seremos generosamente universales si somos provechosamente nacionales'', como diría Alfonso Reyes.
El jefe del Ejecutivo señaló, a su vez, que Carlos Fuentes ha sido siempre un lúcido y agudo crítico del poder, un defensor de la democracia y un ferviente creyente en México. Quienes están en el servicio público y en la representación popular, deben un doble agradecimiento al escritor, apuntó, porque con claridad y a la vez con profundidad, "nunca se ha conformado con quedarse en la crítica que es políticamente correcta, y que pretende más bien congraciarnos con algunos grupos''.
Su crítica, le dijo entonces, procura siempre ser objetiva y aguda, y también justa y constructiva, señalando deficiencias, pero reconociendo avances. Al señalar limitaciones y yerros, "usted ofrece respuestas''.
Entre los asistentes a la comida en honor al escritor Carlos Fuentes, estuvieron, entre otros, los senadores María de los Angeles Moreno, Cristóbal Arias , Laura Pavón, Héctor Sánchez, Gabriel Jiménez Remus. (Rosa Elvira Vargas)
n El senador dijo que con la
distinción se honró la presea
Al otorgar hace unos días la medalla Belisario Domínguez a Carlos Fuentes "nos honramos nosotros y honramos esa presea", afirmó ayer el senador Carlos Payán Velver en el marco de una comida-homenaje al laureado escritor mexicano realizada en Los Pinos. El acto fue encabezado por el presidente Ernesto Zedillo y contó con la presencia de una representación del Senado y varios invitados especiales.
"Con esa distinción hemos querido rendir un homenaje a tu persona y a tu palabra, la palabra que escogiste como arma de vida, que asumiste como compromiso con una real y profunda vocación literaria y con su país, con las mejores causas de México", dijo Payán al hablar en nombre del Senado de la República.
En su intervención, el senador perredista destacó la obra del escritor quien, "como ningún otro mexicano, ha descrito las muchas caras de la realidad mexicana: desde la vida en la República independiente, la Revolución y la clase media de los cincuenta, hasta la hora actual, e incluso el futuro incierto... Esas y otras muchas facetas nacionales discurren en tus novelas, desde Las buenas conciencias, La región más transparente, La muerte de Artemio Cruz, Cristóbal Nonato, Terra Nostra, Gringo Viejo, hasta Los años con Laura Díaz.
"Esos tus libros, que son nuestros, conforman un gran collage crítico y desgarrado; un espejo del tamaño del país; un México de letras y palabras tan hermoso, complejo y ríspido como el México de carne y hueso, el México de flores y lodo, el México de asfalto y vidrio de la vida real. Eres, pues, Carlos Fuentes, un vocero indispensable del espíritu de tu tiempo. Tu obra es un generoso instrumento de expresión y estudio de la circunstancia mexicana, un abrevadero de identidad.
"Más allá o más acá de la creación literaria, tus ensayos sobre política, tus conferencias en las universidades del mundo, han sido, son, una crítica a las nuevas tendencias que quieren regir el mundo, y siempre, sobre todo en el extranjero, una defensa del país ante el acoso histórico del imperio del norte".
Dijo Payán que la obra de Fuentes, siempre en desarrollo y crecimiento, "ha contribuido en forma significativa al despertar de la conciencia pública mexicana respecto de la verdadera situación imperante en ciertos sectores de nuestra sociedad. Sin que seas un reformador social, tus temas se convierten en asunto de debate cuando empeñas tus argumentos apasionado, con amor, con horror, con erotismo, contra las distorsiones sociales, evidentes u ocultas, de nuestra época, señaló.
En su discurso, el senador Carlos Payán se refirió también a la tarea periodística que también ha tenido el escritor galardonado, desde la publicación de El espectador, que editó con Enrique González Pedrero, Luis Vilordo y López Cárdenas. Luego su paso por la revista Política. En esas dos publicaciones, agregó, cumplió con el papel auténtico y legítimo del intelectual, al plantar un pensamiento crítico frente al poder público.
"Tampoco quiero dejar de decir que aquí, y en la ceremonia de entrega de la presea, y en la vida misma, nos faltan seres de cariño compartido, unos porque ya se fueron y otros porque no han podido estar, como Fernando Benítez, quien es para ti, en estas y otras lides, padre y maestro".
Payán dijo que tampoco deseaba incurrir en otra omisión, como el de su palabra, por lo que leyó algunos fragmentos breves de La región más transparente y de Terra Nostra, dos de sus múltiples obras.
De esta última leyó: "Felipe permaneció hincado cerca de las olas del amanecer. Los demás se pusieron de pie y caminaron hacia las dunas. Finalmente, Felipe corrió hacia ellos y les dijo:
-Perdón. No me han preguntado cuál sería mi mundo perfecto. Dénme una oportunidad.
La compañía se detuvo en el alto filo de los arenales y en silencio interrogó al joven. Y Felipe dijo:
Ven: la utopía no está en el futuro, no está en otro lugar. El tiempo de la utopía es ahora. El lugar es aquí".
Carlos Payán concluyó: "Y, sí, mi querido Carlos Fuentes, la utopía es aquí y ahora".