Sergio Pitol
Devoción por el libro y el lenguaje*
Agradezco muy cordialmente este homenaje y las palabras cálidas del doctor Arredondo, rector de la Universidad Veracruzana. Imagino que se debe a mi devoción por el libro y el lenguaje y a las múltiples y portentosas transformaciones que la palabra ha conocido a través de los siglos.
Un escritor que dirigiera su esfuerzo a la obtención de premios y homenajes sería casi con certeza, un advenedizo al mundo de las humanidades, un falso hombre de letras, en fin un mediocre, un pobre diablo. Pero la literatura se encargaría de hacerlo pagar duramente su vanidad y sus pretensiones. Ese conjetural escritor gozaría de una fama efímera que el tiempo, gozosamente, se encargaría de borrar.
Estoy convencido de que el compromiso básico del escritor es con la palabra y su acción consiste en luchar por ella y en ocasiones con ella, amarla, sacudirla, salvarla del desgaste cotidiano, de la retórica ampulosa de algunos próceres, concebirla como uno de los atributos mayores de la dignidad del ser humano.
Ahora bien, un premio o un homenaje cuando llega sin ser buscado, cuando no ha sido fraguado por turbios intereses mercantiles o de otro tipo, logra convertirse en un maravilloso estímulo para la creación, en un goce de vida. Yo agradezco inmensamente el homenaje que ahora se me tributa en la inauguración de esta sexta Feria del Libro Universitario, pero sobre todo saludo y felicito el esfuerzo que significa la realización de tan noble muestra del saber, en concreto a la Universidad Veracruzana.
Históricamente, las más notables universidades del mundo han sido calificadas por la excelencia de sus bibliotecas. Boloña, Padua, París, Salamanca, Upsala, Oxford, Cambridge, Heildeberg y después las de México, Santo Domingo, Perú, las de Estados Unidos, almacenaron durante siglos, sin darse tregua, ese elemento fundamental del saber: el libro.
El libro, dijo Borges, es una extensión de la memoria y de la imaginación, sin ellos no habríamos salido aún de las cavernas. Defender el libro de la barbarie, auspiciar su circulación, estimular la lectura, es el mayor homenaje que se le puede hacer a un escritor, y no sólo a él, sino a la sociedad entera. Muchas Gracias.
* Texto leído por el escritor el pasado 8 de octubre, durante el homenaje que se le rindió en la sexta Feria del Libro Universitario en Jalapa, Veracruz.