Ť Empresarios y políticos confían que el proyecto CIMA redituará en preseas
El dinero no garantiza colgarle la medalla al deportista: Tibio Muñoz
Ť Raúl González sepultó Proexcel para ser amo y señor del deporte: Eduardo González Cadaval
Rosalía A. Villanueva /II Ť Felipe Muñoz Kapamas dice que no se atreve siquiera a asegurar el número de medallas que habrán de obtenerse en los Juegos Olímpicos de Sydney 2000, porque eso implicaría "causarles problemas a los muchachos y competirían bajo mucha presión. Lo que sí puedo afirmar es que los atletas que irán serán de muchísima calidad y švan a luchar!''
A diferencia de su homólogo de Conade, Ivar Sisniega, quien asegura que se obtendrán más de dos preseas, El Tibio advierte que el nivel olímpico en el mundo se ha incrementado a tal grado que lo hace ser más selectivo y por mucho que se invierta dinero en el deporte, "a tiempo o demasiado tarde'', y darle la ayuda requerida al atleta para que cumpla al ciento por ciento su preparación, eso no garantiza en nada que se "le cuelgue la medalla''.
Sisniega reitera: "No es tanto a qué le apueste yo, Conade o el proyecto CIMA a lo que sucederá en JO. Los resultados que se han dado en los últimos cuatro años reflejan que se ganarán más de dos medallas''.
Sin embargo, el dirigente precisa que el deporte también debe tomarse con filosofía, puesto que los resultados en años preolímpicos "muchas veces son engañosos'' y sólo basta recordar las experiencias de Eric Mergenthaler, Salvador García, Arturo Barrios, Iván Ortega, Dionicio Cerón, Benjamín Paredes y Germán Silva, quienes en su momento lograron títulos mundiales y con esa carta de presentación arribaron a Barcelona y Atlanta, y aunque algunos cumplieron al ubicarse entre los 16 mejores del mundo, sus actuaciones fueron calificadas como fracasos.
Dirigente del deporte olímpico desde hace un cuarto de siglo, Mario Vázquez Raña ha declarado en años preolímpicos que necesitaría "ser brujo'' para vaticinar la cifra exacta de preseas, y por más que se le inyecte dinero al alto rendimiento y hasta ha puesto de su bolsillo, "siempre soy el único culpable de lo que pasa, como si el deporte fuera mío'' (La Jornada, junio 97).
CIMA, proyecto sin futuro
Luego del resultado en Atlanta y de la instrucción del presidente Ernesto Zedillo a las instituciones deportivas del país ųen la asamblea de la Asociación de Comités Olímpicos Nacionales en Cancún 96--, de poner en marcha a la brevedad posible un programa económico deportivo que estuviera al nivel de todas las naciones asistentes en justas olímpicas, tres años después surge el proyecto Compromiso Integral de México con sus Atletas (CIMA), una copia del modelo español Asociación de Deportes Olímpicos (ADO), vigente desde 1986 con un fondo presupuestal de 600 millones de dólares a través del gobierno, iniciativa privada y televisoras, cuyas ganancias deportivas se vieron reflejadas en Barcelona 92 y Atlanta 96 con la obtención de 22 y 17 medallas, en cada edición.
ADO es un proyecto permanente que respalda a sus deportistas con becas superiores a los 4 mil dólares, seguro de vida y derecho a un fondo olímpico.
CIMA se creó demasiado tarde y el fideicomiso con el que inició (40 millones de pesos) es inferior a lo que invirtió Raúl González apoyado con el fondo de Proexcelencia del Deporte que presidió el empresario Fernando Senderos, en 1988.
Sisniega explica que CIMA "tardó mucho, porque es un proyecto nuevo en el que hubo de crearse desde la estructura legal, el fideicomiso para la obtención de recursos y la garantía de que quien venga a ocupar mi lugar lo continúe'', aunque esta última observación, señala, dependerá de la decisión del futuro presidente de Conade, porque "estoy convencido que a nadie le gusta empezar de cero en una administración que costó mucho trabajo en arrancar y que ahora debe sacarse provecho a lo que ya está funcionando''.
La diferencia entre el CIMA de Sisniega y el Futuroexcel de Senderos es que el primero concluirá al término de la administración del ex pentatleta, mientras que el segundo, que tenía un proyecto encaminado a tres ciclos olímpicos, fue sepultado por cuestiones políticas y no fructificó, porque Raúl González, respaldado por el ex mandatario Salinas, presionó a los presidentes de federaciones para rechazar los programas de Proexcel y convertirse "en amo y señor del deporte''. El dinero de Proexcel, institución que liquidó en 1993 su nómina de 106 deportistas (categoría mayor, talentos juveniles y minusválidos) y entrenadores, pasó de la excelencia a "la caja de pagos de la Conade'', reveló el director general de esa institución, Eduardo González Cadaval, a este diario en marzo del 94.
De los empresarios involucrados que se sintieron traicionados por el doble medallista olímpico en Los Angeles 84, González Cadaval declaró que difícilmente volverían a invertir en el alto rendimiento por los resultados en 1992 y después de que se enteraron de que el fondo de 9 millones de pesos sería manejado por González y Raúl Salinas de Gortari. "Cuando supimos que detrás de todo esto estaban las manos del hermano del Presidente (preso en Almoloyita por enriquecimiento inexplicable, entre otros cargos), nos retiramos'', confió.
Slim aportó un millón de pesos
Encabezados por el empresario más rico del país, Carlos Slim, quien donó un millón de pesos; el regiomontano Jorge Vergara, alto ejecutivo de la cervecería CuauhtémocųMoctezuma; Emilio Azcárraga Jean (Televisa) y Ricardo Salinas Pliego (Tv Azteca) y un sector de hombres de negocios y políticos (Alfonso Romo, Alberto de los Santos, Fernando Senderos, Alejandro Martí, Antonio Argüelles), invirtieron en el proyecto CIMA que en principio tenía el nombre de Fondo Deportivo para el Alto Rendimiento (Fodepar) y que arrancaría con 10 millones de dólares aportados por la iniciativa privada y el gobierno federal.
El proyecto cambió de nombre y sólo alcanzó 40 por ciento del presupuesto que había asegurado Sisniega en Acapulco, en el marco del 75 aniversario del COM, donde declaró que había encontrado una respuesta positiva de los empresarios, e incluso dijo que lo que se buscaba no era solamente "pasar la charola sin sentido social'', sino ofrecer algo a cambio, como la publicidad y la imagen de un deporte con futuro olímpico.
CIMA está enfocado a proporcionar todo el apoyo económicoųtécnicoųcientífico a 76 deportistas (14 ya tienen la calificación olímpica) en 15 disciplinas, 32 entrenadores, 15 médicos, 12 sicólogos, 20 fisiatras y 11 nutriólogos con becas de 25 a 10 mil pesos, según el nivel mundial del atleta.