Ť Preocupación en EU, Gran Bretaña, Francia, Alemania, Canadá e Irán
Derroca el ejército paquistaní al premier Nawaz Sharif
Afp, Ap, Dpa y Xinhua, Islamabad, miércoles, 13 de octubre Ť El ejército de Pakistán tomó el control del gobierno después de protagonizar un golpe de Estado pacífico contra el primer ministro, Nawaz Sharif en las últimas horas del martes, luego que el jefe de gobierno anunció la destitución del jefe del ejército, Parvez Musharraf, quien se encontraba en Sri Lanka.
Musharraf, quien regresó al país, justificó la acción militar en un mensaje al país transmitido este miércoles por radio y televisión, en el que afirmó que las fuerzas armadas debieron intervenir para "detener la incertidumbre y el desorden" provocados por los 31 meses del gobierno de Sharif, a quien acusó de destruir las instituciones, intentar politizar a las fuerzas militares y llevar al país al colapso económico.
En su mensaje de 10 minutos, Musharraf afirmó que Pakistán estaba "en calma, estable y bajo control militar", y pidió a la población mantener la tranquilidad "porque las fuerzas armadas nunca los defraudarán", y en una aparente advertencia a India subrayó que "preservaremos la inte- gridad y soberanía de nuestro país hasta la última gota de sangre".
Nueva Delhi declaró a sus fuerzas armadas en estado de alerta máxima a lo largo de la frontera entre ambos países, considerados como potencias nucleares, mientras Estados Unidos exigió a los militares paquistaníes respetar la Constitución y de forma velada advirtió a Nueva Delhi que no intente aprovechar la situación.
La movilización militar ocurrió unas dos horas después de que Sharif destituyó a Musharraf, sin precisar el motivo, y designó en su remplazo al jefe de la inteligencia militar, el general Zia Uddin.
Tras el anuncio los soldados rodearon la casa del jefe de gobierno en Islamabad, la del canciller Sartaj Aziz y la del ministro de Información, Mushahid Hussein.
Los militares ocuparon las sedes de los ministerios, el aeropuerto y las instalaciones de radio y televisión, y se movilizaron también en las principales ciudades paquistaníes, entre ellas Lahore, ciudad natal de Sharif, mientras cientos de personas salieron a las calles a festejar la acción al grito de "viva el ejército".
Se decretó un feriado bancario para hoy, con el fin de evitar la fuga de capitales.
Los medios de comunicación suspendieron sus transmisiones para reanudarlas con un mensaje que anunciaba la destitución de Sharif y el posterior mensaje de Musharraf.
El destituido primer ministro permanece en su residencia "bajo guardia del ejército", junto con su hermano y gobernador de la provincia de Penjab, Shahbaz Sharif, y el designado jefe del ejército.
Por el momento el tráfico aéreo nacional e internacional fue suspendido y los servicios telefónicos con el exterior fueron cortados, y según testigos se escucharon disparos en la capital, pero la versión no fue confirmada.
El conflicto entre Sharif y Musharraf, designado el año pasado como jefe del ejército, comenzó en julio pasado cuando el primer ministro cedió a las presiones de Was- hington y ordenó el retiro de los rebeldes musulmanes paquistaníes que habían ingresado a territorio indio en Cachemira.
Entonces India acusó al ejercito paquistaní de actuar al lado de los rebeldes, y el conflicto hizo temer una escalada militar que pudiera llevar a estos países a utilizar su armamento nuclear.
La orden de Sharif fue calificada por los militares como una "humillación" para el ejército paquistaní; al parecer la incursión de los rebeldes musulmanes fue orquestada por el mismo Musharraf. Desde entonces hubo constantes rumores sobre un golpe de Estado, e incluso Estados Unidos advirtió contra tal eventualidad hace tres semanas.
El martes, antes de que la televisión anunciara la destitución de Sharif, el vocero de la Casa Blanca, Joe Lockhart, indicó que la situación en Pakistán era preocupante, pero rechazó calificarla como un golpe de Estado y prefirió hablar de "una crisis política".
Washington pidió a sus 4 mil 300 ciudadanos en el país no salir de sus casas a menos de que sea estrictamente necesario.
Gran Bretaña, Francia, Alemania, Canadá e Irán manifestaron su preocupación por lo ocurrido en Islamabad, mientras el Fondo Monetario Internacional indicó que esperará el desarrollo de los acontecimientos el país asiático para poder determinar cómo afecta el golpe de Estado a los créditos y planes económicos con Pakistán.