Ť El gobierno vigilará la entrega de despensas
Asume Alemán Velasco su responsabilidad por el desastre
Ť Se elevó a 87 el número de muertos y a 91 el de desaparecidos
Raymundo Jiménez, Guadalupe López y Jesús Lastra, corresponsales, Jalapa, Ver., 11 de octubre Ť El gobernador del estado, Miguel Alemán Velasco, asumió hoy la responsabilidad de los siniestros que ocasionó la depresión tropical número 11 en esta entidad.
"La respuesta natural humana es echarle la culpa a alguien por lo ocurrido y aquí, mis queridos amigos, el único responsable soy yo y todos mis colaboradores", manifestó en su acostumbrada conferencia de prensa. Además, reconoció que la contingencia que azotó a la entidad dejó muchas lecciones, entre otras, "el que debemos acercarnos mucho a la gente".
Señaló que las autoridades estatales "deben responder lo más rápido posible, no sólo en estos momentos de emergencia sino para prevenir que no vuelva a ocurrir", y una de las principales acciones que emprenderemos será hacer respetar la ley en materia de asentamientos humanos, dijo.
Alemán Velasco aseveró que en los fenómenos climatológicos no deben buscarse causas ideológicas ni partidistas. Sostuvo que su gobierno no permitirá actos de "pillaje" en las zonas siniestradas, y habrá una estricta vigilancia en la repartición de despensas "para que los partidos políticos no lucren".
Acerca de los daños que sufrieron edificios públicos durante las torrenciales lluvias, anunció que ya giró instrucciones a la Contraloría estatal para que investigue si hubo negligencia en la edificación de los inmuebles.
Reportes oficiales señalan que la cifra de fallecidos sigue aumentando. Este día llegó a 87 muertos y 91 desaparecidos, en tanto que en las zonas afectadas se perdieron totalmente 23 mil 496 hectáreas de cultivos y 78 mil 954 en forma parcial, así como 5 mil cabezas de ganado, y se registran pérdidas en empacadoras, empresas de fertilizantes y de productos agrícolas.
Además, señala que son 82 los municipios afectados, con 87 mil 865 personas damnificadas en situación crítica, 14 mil 807 están albergadas, los ríos San Juan Evangelista y Coatzacoalcos siguen desbordados, 15 tramos carreteros no tienen comunicación y 11 puentes están dañados. Se monitorea el río Papaloapan ante la ruptura de las compuertas de desahogo de la presa Cerro de Oro.
El presidente municipal de Tuxpan, Alfredo Huerta León, acusó que a pesar de que este municipio está incluido en la zona de desastre reconocida por la Secretaría de Gobernación, aún no ha llegado ayuda y pidió a los gobiernos estatal y federal que cumplan con esa disposición, y se tome en cuenta al municipio para la reconstrucción de puentes, caminos y el bulevar, que quedó destrozado.
En cientos de pequeñas comunidades de la región de Nautla, Casitas y Gutiérrez Zamora no ha llegado la ayuda oficial, la cual se está concentrando en los grandes centros poblacionales.
En la región de Papantla, más de 25 mil personas permanecen sin recibir ningún tipo de ayuda debido a que se encuentran incomunicadas vía terrestre.
Informes de autoridades papantlecas señalan que decenas de comunidades permanecen aisladas. Los daños en la región no se han cuantificado.
Más de 25 mil habitantes de 35 comunidades en la sierra de Totonacapan no han recibido alimentos desde hace cuatro días y comienzan a manifestarse males gastrointestinales, infecciones en la piel y hambruna, aseveró la Alianza Ciudadana Papanteca.
En tanto, en Martínez de la Torre hubo pánico ante la presencia de intensas lluvias que provocaron la elevación del nivel del río Bobos y el desbordamiento de uno de sus afluentes, que inundó colonias de la periferia, las cuales fueron desalojadas parcialmente.
De Gutiérrez Zamora a Nautla ha comenzado un éxodo masivo de campesinos que huyen de la zona devastada en busca de ayuda, en tanto que muchos más decidieron abandonar sus lugares de origen ante la pérdida total de sus pertenencias y en algunos casos de sus familias.
La capitanía de Puerto en Coatzacoalcos informó que debido a un nuevo norte que azota las costas, la terminal fue cerrada a la navegación de altura a partir de las tres de la tarde, por lo cual quedaron suspendidas las exportaciones de hidrocarburos y petroquímicos que realiza Pemex en Pajaritos.
Ť Habitantes de Coxquihui vivieron seis días en las copas de los árboles
Piden papantecos ayuda urgente; se acabó la comida
Andrés Morales, corresponsal, Coxquihui, Ver., 11 de octubre Ť Esta mañana se agotaron los víveres. Una camioneta de redilas trajo las últimas 40 despensas desde Papantla para unas mil 500 personas. Quienes perdieron todo con el desbordamiento del río Tecolutla se pelean hasta a golpes por un puñado de harina. "Se va morir nuestra gente de hambre", se quejó Hermenegildo Zavaleta, quien caminó cinco horas para solicitar apoyo para su pueblo.
En tanto, la Alianza Cívica Papanteca y el ayuntamiento lanzaron un llamado de emergencia al gobierno federal y la sociedad civil de todo el país para que envíen alimentos y medicina a la región de Totonacapan, porque la ayuda de las autoridades estatales, "por extrañas razones", no ha llegado en los seis días de tragedia, y en la sierra alta, la hambruna y los brotes de micosis, dermatitis y diarrea atacan a 60 mil indígenas.
El presidente municipal de Coxquihui, Jorge Vega Gómez, dijo que él era afortunado pues los poblados Sabaneta y Ojite de Matamoros, que reportaron como desaparecidos el pasado martes, fueron localizados, pero los pobladores que durante varios días "habitaron" en las copas de los árboles están hambrientos y sus casas ya no existen. No hay siembras, no hay comida, no hay agua, sólo un lodazal, dijo.
En Coxquihui, como en los otros diez municipios que integran la Sierra Totonaca, los caminos están destruidos y unas 200 comunidades aisladas. Los habitantes comen una vez cada tercer día y se presume que en unos 20 poblados hay personas que no han comido en seis días. "Dios sabe si todavía vivirán", comentó la brigadista Estela Tapia.
En la ciudad de Papantla, centro de acopio de víveres y concentración de donaciones del exterior, ya no hay alimentos ni medicinas y los comercios que aún tienen mercancía reetiquetaron los precios hasta 300 por ciento arriba de su valor real. Por un kilo de azúcar se pagan hasta 25 pesos y por un litro de aceite 30.
En el palacio municipal diariamente llegan cientos de mensajeros de la sierra a solicitar ayuda. Pero deben esperar horas para que les entreguen despensas integradas por un paquete de galletas, un kilogramo de harina de maíz, una botella de aceite, dos latas de sardina, un kilogramo de frijol, 20 piezas de pan y un kilogramo de azúcar.
"Hicimos una asamblea y me designaron para caminar dos días y bajar a pedir ayuda. Había el riesgo de que me ahogara por los ríos que todavía están crecidos, pero fue decisión de mi gente que viniera a avisar que se mueren de hambre, que los niños tienen calentura y diarrea", dijo Rogaciano Rodríguez, de la comunidad La Loma.
Sin embargo, en medio de la tragedia se hace negocio a gran escala. El costo del rescate de personas en helicóptero oscila entre 48 y 80 mil pesos, y los que ofrecen este servicio son las mismas empresas que supuestamente colaboran con el gobierno estatal para auxiliar a los damnificados.
Estela Pérez acusó: "No se vale que se lucre con la desgracia, mi hija quiso sacar a su familia de la comunidad Santa Rosa y las personas que conducen los helicópteros en los que transportan víveres le pidieron 80 mil pesos".
El apoyo hacia los municipios destrozados pareciera estar politizado. En Papantla gobierna el perredista Bonifacio Castillo y el auxilio para los damnificados tardó varios días en llegar.
La Alianza Ciudadana de Papantla llama a depositar donativos a la cuenta 1007697-0 de la plaza 365 en Bancomer.
Mientras tanto, maestros de la región decidieron suspender clases y dedicarse a localizar a alumnos y padres de familia en las zonas rurales, de los que se desconoce su paradero y probablemente estén sepultados en el lodo. Cifras no oficiales indican que serían más de 800 las personas desaparecidas.