Ť Investigadores y profesores niegan ser representantes de la ultraderecha
Reiteran rechazo a realizar un congreso resolutivo
Karina Avilés Ť El grupo de universitarios reconocidos con diferentes distinciones como el Premio UNAM y Nacional de Ciencias no dio marcha atrás en su postura ųahora avalada con la firma de 120 investigadores y profesoresų de recomendar al Consejo Universitario "no aceptar bajo circunstancia alguna la posibilidad de un congreso democrático y resolutivo", lo cual, enfatizó, no quiere decir que se deje de discutir la universidad, porque para ello se iniciaría la organización de foros o espacios. Y de paso, rechazó ser un grupo "representante de la ultraderecha".
El grupo de la Udual pospuso la discusión de la carta que le enviarían al presidente Ernesto Zedillo, ųen la que inicialmente se dijo que le exigirían "aplicar la ley en forma inteligente"ų , al argumentar que no es el momento oportuno para entregar una misiva "de tal naturaleza", pues todavía la Comisión de Contacto no ha entregado su informe al pleno del Consejo Universitario (CU). También se piensa que la entrega de dicha carta "podría revertirse en contra del grupo", sostuvo Antonio Peña, quien recientemente dejó el cargo de director del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología (Icmyl). El documento en donde el grupo Udual ratifica su postura será enviado al CU que sesionará mañana.
La reunión de la Udual comenzó con atraso, pero la discusión sobre la modificación o no de su documento en la parte que se refiere al congreso se realizó de inmediato.
Los ex rectores José Sarukhán, Guillermo Soberón y Octavio Rivero llegaron por separado el evento y sólo permanecieron unos minutos, pues una vez que ganó la postura de no hacer modificaciones en la redacción del punto sobre el congreso se retiraron del lugar.
Así, en un auditorio poco concurrido, el primero en tomar la palabra fue el ex rector José Sarukhán, quien propuso permitir el acceso a las reuniones al resto del personal académico, para que todo aquel que tenga voluntad de participar en los debates pueda hacerlo "sin ninguna limitante". Poco después, hizo el reclamo: "Me extraña que se haya distorsionado tanto como se hizo el punto dos del documento" referente a que la universidad no debe dejar de realizar un análisis sobre sí misma. A esto dijo,"nadie se opone".
Enseguida, Angélica Cuéllar, integrante de la mesa, leyó un documento en el mismo tono: "La prensa no señaló con el debido cuidado la segunda parte de la carta, en la cual se propone la realización de foros de discusión sobre la universidad, pero en condiciones que favorezcan la participación de toda la comunidad y de acuerdo al marco legal vigente en la máxima casa de estudios".
Minutos después, René Drucker Colín, respondió que si así salió en la prensa es porque el planteamiento de los paristas "de entrada niega cualquier posibilidad de discusión", al señalar que no se debe "aceptar bajo ninguna circunstancia" un congreso democrático y resolutivo.
Por ello, propuso cambiar la terminología del documento en ese punto en especial y establecer que "aceptamos la posibilidad de un congreso resolutivo siempre y cuando esté dentro del marco jurídico universitario". En entrevista posterior señaló que "si no les gusta resolutivo" puede realizarse un congreso que recomiende al Consejo Universitario acciones a resolver.
Ante su planteamiento, abundaron las reacciones. Casi no acababa de hablar cuando Ricardo Tapia, quien forma parte de la Comisión de Encuentro, ųque según se dice no se ha disuelto por recomendación del rector Barnésų respondió que si el congreso "es resolutivo" violaría la legalidad de la institución.
En un intento de poner fin a esa discusión, Antonio Peña, ųquien hace unas semanas fue criticado por un grupo de académicos por la forma en que se llevó a cabo el proceso de auscultación para elegir al nuevo director del Icmylų señaló que el documento fue estudiado ampliamente la semana pasada, además de que se circuló y recibió el aval de 120 académicos. Por lo tanto, dijo, "lo que venga adelante puede ser discutible".
Después de su intervención, Carlos Martínez Assad advirtió que "comenzar negando la posibilidad de un congreso democrático y resolutivo es una respuesta muy contundente al CGH". Y propuso que los académicos que asistan a la Udual participen de manera más activa, porque "siempre que llego ya está redactado un documento. Así ha pasado en las dos ocasiones que he venido". Nadie de los distinguidos se atrevió a responder este señalamiento.
Finalmente, la mesa realizó una votación para que los asistentes decidieran entre si el documento debía ser la base para hacer uno en donde se realizaran, por ejemplo, pequeñas modificaciones como no sólo acotar a los premiados la propuesta, sino también extenderla hacia el personal académico o si el documento debía modificarse en su parte referente al congreso.
Una vez que ganó la posición de quienes rechazan un congreso universitario democrático y resolutivo, Sarukhán, seguido por Soberón y Rivero, salió del lugar. "Se fueron tranquilos", dijo alguien.
Finalmente, la reunión terminó en las siguientes conclusiones: "Trabajar en una red electrónica", "buscar mecanismos para abrir el grupo a la participación del personal académico"- planteamiento inicial de Sarukhán- e involucrar a los integrantes en grupos de estudio.
Ya había concluido la reunión y sólo quedaban pocos en el interior del local cuando llegaron integrantes de la Asamblea Universitaria Académica (AUA), quienes gritaron: "šfuera Sarukán!", "šfuera Barnés!", "šfuera los incondicionales del rector!". Y exigieron la realización de un congreso democrático resolutivo...