Ť En algunos pueblos sólo se ve la punta de los postes de electricidad


Siguen incomunicadas 30 comunidades de Hidalgo

Carlos Camacho, corresponsal, Metztitlán, Hgo., 11 de octubre Ť Las inundaciones "sepultaron" casas y escuelas de cinco comunidades, donde la gente quedó en el desamparo total, mientras en otros sitios claman por víveres, agua y un poco de ayuda, porque lo perdieron todo.

Ochenta por ciento de los 22 mil habitantes de este municipio serrano quedó sin empleo, pues su actividad principal es la agricultura, y las 5 mil 200 hectáreas de cultivos están anegadas. En algunas zonas hay ganado muerto.

El presidente municipal, Melitón Torres Durán, dice que el fuerte aguacero del lunes pasado y las inundaciones posteriores afectaron a 10 mil 541 personas, hay 46 comunidades dañadas, de un total de 84, y 30 están incomunicadas totalmente.

Lo peor ocurrió en Amajatlán, El Pedregal, San Cristóbal, Tlacotepec y Macuila, donde el agua "enterró" casi todo el pueblo, pues sólo se miran las antenas parabólicas de algunas viviendas, y los postes de energía eléctrica apenas asoman la punta.

Para atender a los casi 3 mil damnificados se instalaron cinco albergues. Se reportan 140 viviendas totalmente destruidas y hay 450 personas en los refugios.

Las clases se suspendieron desde el martes pasado en 20 escuelas de igual número de comunidades.

Urgen el agua y los víveres

Juan Carlos Abraham Pérez, coordinador de salud municipal, informó que hasta el momento se han reportado seis casos sospechosos de cólera, 30 personas con problemas en las vías respiratorias, cuatro enfermos de dermatomicosis y una persona con traumatismo.

El alcalde Melitón Torres informó que a cada familia afectada se le apoya con una despensa cada cuatro días.

Sin embargo, vecinos de Juliapa sostienen que los alimentos urgen y el agua se agotó.

Hortencia Gómez Vega, trabajadora del sector salud, comisionada para apoyar a su propia comunidad, Juliapa, dijo que a cada familia le dan dos litros de agua, que es insuficiente, por lo que la preocupación comienza a convertirse en angustia.

Los víveres se llevan a las comunidades por lancha o en bestias de carga en medio del lodo.

En Jilotla, un vehículo de la Secretaría de Marina, cargado de víveres, se hundió en el río.

Bajo el agua que desbordó el río Venados, quedaron también automóviles, camionetas, tractores y maquinaria para la agricultura.

Isauro Serrano e Isauro Pérez, agricultores de "toda la vida", anticiparon que no habrá trabajo por lo menos en un año, pues primero se tendrán que nivelar las tierras para la labranza y luego limpiar.

Mientras tanto, la gente espera que el programa de empleo temporal empiece a funcionar en la rehabilitación de sus comunidades, a cambio de un jornal diario de 26 pesos.

Marisol Serrano, en Jilotla, señaló que urgen medicamentos, leche y agua para niños. Acusó que la noche de las intensas lluvias que desbordaron el río Venados, les avisaron del problema unas horas antes, por lo que las inundaciones los tomaron por sorpresa.