Ť El municipio, centro de distribución de apoyo para 30 demarcaciones


El mal tiempo impide llevar ayuda por aire a Zacatlán

Claudia Herrera Beltrán, enviada, Zacatlán, Pue., 11 de octubre Ť Puerta de entrada a la Sierra Norte de Puebla, el municipio de Zacatlán se ha convertido en el centro de reclamos y expresiones desesperadas de centenares de pobladores que desde su comunidad caminan hasta un día completo para conseguir víveres. Y es que en ese lugar la entrega de alimentos por aire ha sido lenta por las lluvias y porque uno de los tres helicópteros, el aparato ruso M18, de la Fuerza Aérea, dejó de funcionar desde el día que llegó, pues "se le fundió un fusible".

Los habitantes más afortunados de la sierra consiguen que sus alcaldes pidan auxilio por radio o se trasladen a este municipio, ubicado a tres horas de la capital poblana, y sólo así logran el traslado en camiones, o incluso en helicóptero, pero hay muchos habitantes de pequeñas rancherías olvidadas que deben cargar en sus espaldas lo poco que pueden soportar de regreso a su pueblo.

Los que tienen animales recurren a ellos como último recurso. Pobladores de Buena Vista mataron un toro, pero los de la ranchería de Tuxtla no disponen "ni de bestias". Reynaldo Iturbide y cuatro jóvenes que hablan náhuatl salieron a las 9 de la mañana de su comunidad y al anochecer llegaron aquí para llevarse unos cuantos costales de ayuda para los damnificados por las lluvias.

El presidente municipal de Hueytlalpan, Gerardo González del Valle, suplicó a las autoridades de Zacatlán: "Por favor, tráigannos alimento; la gente se nos va a morir de hambre". Afirma estar preocupado por 7 mil habitantes, pero aún más por 400 "refugiados" del pueblo de Tapayula, que huyeron del desgajamiento de un cerro y ya no quieren regresar a su comunidad.

Asegura que Tapayula casi desapareció y todavía hay "muchos cadáveres enterrados", además de los 22 que los soldados rescataron el fin de semana. Por eso, la gente "ya no quiere regresar", y lo que ahora pide son recursos extraordinarios para mantener a los desplazados que desde hace tres días viven en el auditorio municipal. Los 500 kilos de harina de maíz, sopas y atún alcanzan para tres días. ƑY luego? "Pues vengo a pedir más, pero a ver si consigo un helicóptero".

Sin embargo, los viajes por aire son casi imposibles. La llovizna que no para y la espesa neblina impiden que los dos aparatos disponibles puedan despegar. El otro, perteneciente al Escuadrón Aéreo 303, sólo "hizo dos viajes", pues el mismo día que comenzó a funcionar ųel jueves pasadoų se le fundió un fusible que tardó tiempo en conseguirse, explica el presidente municipal José Luis Márquez.

Como si fuera poco, en el momento en que el cielo se despejó un poco, el combustible se acabó y la pipa de turbosina se atascó en un camino: tardaron una hora en sacarla de ahí. Así, el viaje urgente para entregar el medicamento de la cuñada de Juan Pérez, una enferma de cáncer que vive en el humilde pueblo de Aguacatlán, quedó suspendido hasta mañana.

El abasto de medicinas es complicado. Algunos pueblos, como el de Tetela de Ocampo, ya recibieron medicamentos básicos, indica Etelvino Martínez, pero necesitan otros para atender a los enfermos de diabetes y del corazón. "La gente se nos asustó mucho y se le subió el azúcar", comenta el síndico en la tercera ocasión que se acercó al presidente municipal.

Sin embargo, la de Etelvino es una de las tantas voces que debe atender: "Mejor manden el helicóptero a (la comunidad de) Buenos Aires, los señores están aquí desde anteayer", instruye a los voluntarios que cargan los víveres. Como ellos, son muchos los pobladores que llegan al palacio municipal y pasan horas, que se convierten en días, de espera. "Nos estamos haciendo pedazos", asevera Márquez, quien se encarga de coordinar la ayuda para 10 mil damnificados de zonas vecinas.

Para atender a la Sierra Norte de Puebla, el gobierno estatal la dividió en cuatro regiones. A Zacatlán le correspondieron una treintena de municipios, pero, a decir de Márquez, son los más dispersos y con mayores problemas de comunicación, pues se rompieron muchos puentes, desaparecieron varios tramos de carretera y se desbordaron los ríos.

Por todos lados, el presidente municipal escucha: "Señor, ahora sí le toca a Amixtlán". "Ahora a San Felipe". "Van a dar otra vuelta a Camocuautla". Pero la lista es larga. Apenas se enviaron 21 toneladas de víveres a los municipios de Tetela de Ocampo, la junta de auxiliar de Cuicuila y otras regiones, mientras que Aguacatlán, Zapotitlán de Méndez y Huitzilán de Serdán estuvieron muy cerca de conseguirlo, pero la neblina impidió los aterrizajes y que las toneladas de víveres que aquí se distribuyen lleguen a su destino.