n Cuestiona las declaraciones de Woldenberg
Excesivo, decir que ya no habrá fraude electoral: Jaime Cárdenas
n Persisten desigualdad en los medios y compra del voto, señala
Juan Manuel Venegas n Afirmar que están canceladas las posibilidades de un fraude electoral en México ''me parece por lo menos excesivo'', subraya el consejero del Instituto Federal Electoral (IFE) Jaime Cárdenas, y llama la atención hacia dos grandes problemas que aún se tienen que sortear para hablar de transparencia electoral: desigualdad en los medios de comunicación y compra y coacción del voto.
Añade que son necesarias una adecuada fiscalización y auditorías en los gastos de los partidos, y el cumplimiento cabal de todas las etapas de la capacitación e insaculación de funcionarios de casilla.
Toma distancia del discurso del presidente del instituto, José Woldenberg, mensaje al que califica de ''insuficiente y poco crítico'', y advierte: ''El trabajo electoral solamente puede ser evaluado a posteriori, jamás a priori". Se deslinda y deslinda a la institución: ''Es responsabilidad de él (Woldenberg). No lo consultó con nosotros, no tenía por qué hacerlo, y tiene todo el derecho de decirlo; sin embargo, sus aseveraciones lo obligan a él, no al IFE''.
El pasado jueves, Woldenberg leyó un texto en el que consideró que ''están canceladas las condiciones para un fraude electoral en México''.
Pero Cárdenas Gracia no está de acuerdo con estas aseveraciones (''somos cinco o seis consejeros''). En entrevista, explica: ''Hay tres problemas muy graves, que son la compra y coacción del voto, la desigualdad en los medios de comunicación y los gastos de los partidos, que no se pueden fiscalizar. Mientras no existan controles sobre estos puntos, difícilmente se puede hablar del principio de equidad que debe regir en cualquier proceso electoral para que éste sea democrático'', señala.
Pasar sobre estos baches ''no depende exclusivamente del IFE'', pues para ello se requiere también de la ''voluntad del gobierno, de los partidos políticos (especialmente del PRI), de los medios, de los empresarios que ilegalmente aportan recursos y de las organizaciones que compran votos''.
Pero mientras no haya esa voluntad ni los actores mencionados eviten transgredir la norma legal y moral, ''evidentemente no podemos afirmar que vayamos a tener elecciones limpias. Eso es definitivo, y repito, šeso no depende totalmente del IFE!''
ųƑPor qué adelantarse entonces a la calificación de un proceso?
ųYo creo que él (Woldenberg) está convencido de lo que dijo. Es un hombre honesto que por supuesto no actúa de mala fe. Leyendo en sentido positivo su discurso, creo que trató de infundir confianza, así lo sentí en ese momento; creo que trató de decir 'tengan confianza en el IFE, es capaz de organizar unas elecciones limpias'.
ųƑA quién se le infunde confianza?
ųAhí es donde me distancio de él. Tal vez le faltó el elemento crítico a su discurso para exponer los problemas de la falta de equidad en los medios y la compra y coacción de votos. El quiso dar confianza a todos los sectores, pero bueno, la oposición seguramente no estará conforme šcon toda razón! Lo noté y lo oí en la sesión del consejo general (el jueves pasado). Ellos tienen preocupación y nos lo han dicho varias veces: 'no les estamos dando un cheque en blanco'. Así nos lo han dicho y hacen bien, ellos deben estar atentos en todo lo concerniente a la organización y de cómo trabajamos.
Cárdenas Gracia coincide con Woldenberg en que ahora existen ''más garantías'' de confianza electoral y que algunas prácticas de fraude que se realizaban en el pasado ''es muy difícil que puedan darse en el futuro''.
Abunda: "Es cierto que en 1997, y ahora en el 2000, los consejos electorales, el federal y los locales, están integrados por gente mucho más independiente que en el pasado; tradicionalmente, hace 10 o 15 años, todos los funcionarios electorales eran personas vinculadas al gobierno federal y a los gobiernos locales. Entonces, hay garantías superiores respecto a la independencia de los consejos. También se ha avanzado mucho en lo que toca al Servicio Profesional Electoral, pues ahora los funcionarios encargados de organizar las elecciones pasan por un examen de oposición, se rigen por las nuevas reglas democráticas y asumen su función con mayor independencia''.
Agrega: ''De igual forma, hemos ido eliminando las posibilidades de que ocurran hechos de fraude de tipo tradicional como el robo o quema de urnas, las casillas zapato, el taco... creo que hemos avanzado muchísimo y eso se debe, en buena medida, a que los partidos, sobre todo PAN y PRD, logran tener representantes en más de 90 por ciento de las casillas''.
Deficiencias en capacitación
Enseguida, enumera las deficiencias que persisten: en capacitación electoral, explica que el IFE no ha logrado garantizar cumplir con todas las etapas de la insaculación ciudadana, pues en las elecciones federales de 1997, 20 por ciento de los funcionarios insaculados no asistió a las casillas. ''Eso es muy grave, pues con su ausencia provocan que algún partido ocupe sus lugares''.
Como segundo problema (''el más grave'') menciona la compra y coacción del voto y recuerda que en 1997 ''me tocó ver la reacción tan negativa de algunos sectores del sistema en contra de un acuerdo que habíamos aprobado para crear una comisión para prevenir la compra del sufragio. Incluso, el Tribunal Electoral revocó ese acuerdo señalando que no teníamos atribuciones para crear ese tipo de comisiones''.
Otro grave escollo es la falta de equidad en el uso de los medios de comunicación electrónicos, cuyo espacios están ųpor las reglas del mercadoų prácticamente vedados a los partidos pequeños. Pero además, ''también me preocupa la costumbre que hay en los medios de las bonificaciones, que son normales en términos comerciales pero inmorales cuando la bonificación es política; es decir, lo que preocupa es el favoritismo de algún medio a favor de un candidato o partido. Podrán decir que las televisoras y las radiodifusoras tienen derecho a apoyar a un partido o candidato en especial špero entonces que lo digan!
ųƑLe parece políticamente irresponsable una declaración como la de Woldenberg?
ųNo. Me parece que el tono del discurso sí fue, por lo menos, excesivo... pero no diría que fue una irresponsabilidad política. Me quedo con la idea de que su mensaje fue insuficiente y poco crítico, al no tomar en cuenta todas estas consideraciones.