Ť La obra teatral de Anouilh, dirigida por Valdés Kuri, se presentó en el Cervantino
Becket o el honor de Dios, búsqueda de asideros vitales
Yanireth Israde, enviada, Guanajuato, Gto., 8 de octubre Ť Una escalera de gruesos peldaños y un hombre que trepa, resbala, rueda y se arrastra en su desesperada búsqueda de asideros vitales. En su travesía, Thomas Becket halla el poder y sucumbe a sus fabulosos privilegios, pero no es digno ante sí mismo. No posee honor. Y quiere tenerlo. El precio es caro.
Becket o el honor de Dios, obra teatral del francés Jean Anouilh, bajo la dirección del mexicano Claudio Valdés Kuri plantea esos ''grandes" interrogantes que inevitablemente se formulan todos los seres humanos (Ƒcuál es el sentido de mi existencia?, Ƒcuál mi misión?, Ƒqué sitio ocupo en el mundo?) y que continúan vigentes como si fueran enunciados por vez primera.
Situado en la Inglaterra del siglo XII, el montaje examina asimismo las intrigas políticas, las pasiones personales y, en el centro de todo, el honor, al que no se le concede en este tiempo ninguna valía, dice su director.
Tal vez por eso la puesta en escena, presentada bajo el limpio cielo de Guanajuato y sin más escenografía que una escalera de piedra, agotó ya los boletos para las primeras funciones en el vigesimoséptimo Festival Internacional Cervantino y en su primer día de exhibición, la noche del jueves, apenas alcanzaron las sillas.
''El honor es una palabra muy amplia ųexplica Valdés Kurių, pero lo entendemos como un acto de congruencia. Significa ser congruente con lo que uno quiere, con sus anhelos; lograr eso es difícil, a veces cuesta la cabeza", como le sucedió a Becket, quien figuraba como cómplice y entrañable amigo del rey Enrique II, hasta que se convirtió en arzobispo de Canterbury.
Asomarse a un episodio criminal
La obra fue escrita por Anouilh en los años cincuenta, con base en el asesinato de Becket.
Este episodio criminal, que permitió al dramaturgo francés asomarse y analizar los resortes de la política y la miseria humanas, ''decía muchas cosas que yo tenía intención de expresar", aclara Valdés Kuri en entrevista, al confiar que en realidad él no escogió la obra, pues ''ella fue quien eligió que yo la dirigiera".
Ambiciosa en sus planteamientos, esta puesta en escena también lo es en su producción, pues incluye movimientos coreográficos inspirados en el katakali hindú, instrumentos medievales y música y cantos de la época, bajo la dirección de Magda Zalles; un impecable y suntuoso vestuario histórico de Mario Iván Martínez y un riguroso trabajo actoral en el que participan Luis Artagnan, Gerardo Trejoluna, Carolina Politti, Enrique Arreola y Gastón Yanes.
Precedida de una exhaustiva labor investigatoria, se preparó esta ''superproducción" durante todo un año, detalla Valdés Kuri. En ese lapso, los actores recibieron entrenamiento en danza kathak, instrucción de espadas y entrenamiento vocal y corporal.
Becket o el honor de Dios se presenta en el patio de la Facultad de Relaciones Industriales del FIC este 9 y 10 de octubre, a las 20:30 horas. Luego seguirá su gira por diversos festivales culturales; los próximos son el del Desierto, el Internacional de Puebla y el de Música Antigua de San Luis.
Una vez cumplidos esos compromisos y para sorpresa de los capitalinos que se quedaron sin verla, se montará nuevamente en el Museo del Carmen de la ciudad de México, donde permanecerá hasta finalizar el año, anunció Valdés Kuri.