Ť Esa "organización de derecha" no representa a la comunidad universitaria, dicen


Reaccionario, el grupo contrario a un congreso resolutivo: académicos

Ť Pretende cancelar el diálogo para mantener el modelo vigente a costa de la misma institución

Ť Se busca influir en la sucesión de Barnés, a quien considera "débil", afirman los investigadores

Karina Avilés Ť Profesores eméritos, investigadores y académicos de la UNAM consideraron que la declaración del grupo contrario al congreso democrático y resolutivo es la reacción de una organización de derecha que pretende cancelar los caminos del diálogo y mantener el modelo vigente de universidad aun a costa de la misma. Ese grupo, aseguraron, obedece a las líneas del gobierno, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), cuya cabeza visible es el ex rector José Sarukhán.

antiparistas-clases-2-jpg A su vez, la Asamblea Plural del Personal Académico realizó una enérgica protesta en contra de las posiciones que no quieren que se discutan los problemas de la universidad y se manifestó en favor de la creación de los espacios de discusión, así como de la conformación de una comisión negociadora del Consejo Universitario (CU). También se mostró partidaria de que tanto el Consejo General de Huelga (CGH) como el CU se declaren en sesión permanente.

Helena Beristáin, maestra emérita y con una carrera universitaria de más de 50 años, opinó que la posición de ese grupo --en el que participan tres ex rectores, Guillermo Soberón, Octavio Rivero y José Sarukhán-- de pedir al CU "no aceptar bajo ninguna circunstancia" el congreso, "es una especie de otro contrapaso de la danza, porque cada vez que hay una ilusión de que se podrían solucionar las cosas, vuelven a pesar las instrucciones del Fondo Monetario Internacional (FMI), más que el derecho de los mexicanos".

La académica preguntó: "ƑHasta qué punto quieren desmembrar la universidad? No lo sé". En seguida, afirmó: "Hacer esa campaña infame de calumnias contra los universitarios es una táctica más del genocidio".

Explicó que la importancia de realizar un congreso, foro o espacio --pues "el nombre es lo de menos"-- tiene que ver con la realización de un ejercicio de reflexión colectiva que aspire a mejorar la máxima casa de estudios.

Además, dijo, los espacios para discutir la UNAM deben ser organizados por los universitarios "que entiendan a la universidad como un bien que han construido los mexicanos y que se debe conservar para estos mismos".

Asimismo, señaló que en la institución hay académicos que sí han hablado con los estudiantes --"lo que Barnés no se digna a hacer"-- para tratar de entenderlos y que ellos "nos entiendan", puesto que negarse al diálogo "es antiuniversitario".

Por su parte, Margarita Rosado, investigadora del Instituto de Astronomía, afirmó que a lo largo del conflicto se ha dado "cronométricamente" una reacción contra cada acción negociadora por parte de los grupos vinculados a las autoridades. Lo único que han hecho es evitar el diálogo y favorecer a los sectores más radicales del CGH, subrayó

Además, dijo, "las opiniones de ese grupo no son representativas de la comunidad de la UNAM. Sería muy favorable hacer una consulta con el propósito de que los universitarios se manifiesten sobre el conflicto y la manera de solucionarlo".

Axel Didriksson, investigador del Centro de Estudios sobre la Universidad (Cesu), consideró que los universitarios que se declararon abiertamente en contra del congreso y a favor de que el presidente Ernesto Zedillo aplique la "ley en forma inteligente", pretenden convertirse en un grupo activo que busca influir y determinar posibles candidatos en la sucesión del rector, ya que "ven a Francisco Barnés de Castro como alguien que está muy débil".

Los miembros de este grupo "constituyen una posición reaccionaria y conservadora, porque es evidente que la universidad requiere transformarse y sin embargo, ellos quieren mantener la reproducción del modelo vigente", expuso.

Así las cosas, abundó, esa organización se ha convertido en "un grupo de presión a la rectoría para que no se le escape de las manos el conflicto, pues ellos consideran que esto ya sucedió". Y aunque "están con el rector porque nunca van a hacer nada que no sea institucional, no van a hacer algo para que Barnés se mantenga y en cualquier momento le van a poner el pie para que se tropiece".

Por otra parte, sostuvo que el congreso que se requiere, a diferencia del que se realizó en 1990, debe tener temas bien definidos en los que participe el conjunto de la comunidad, aunque "en algún momento pueda haber comisiones de trabajo que procesen las propuestas".

El investigador agregó que ahora resulta contradictorio que ex rectores como Sarukhán rechacen el congreso cuando algunos de ellos participaron en uno.

 

Piedras en el camino

 

Paralelamente, Juan Gabriel Moreno, académico de la Facultad de Filosofía, señaló que el grupo en contra del congreso, en lugar de poner piedras en el camino, debería de hacer un llamado a las partes para iniciar el diálogo.

Manifestó que detrás de la mencionada organización, existe "una línea del gobierno y del PRI". En seguida cuestionó: "ƑPor qué no intentaron resolver el problema en su momento? ƑPor qué no quieren resolverlo? Las autoridades deben explicarlo", exigió.

* No tiene sentido negociar con intransigentes, opina el legislador panista


Propone el senador Francisco Salazar castigar a paristas

Claudia Herrera Beltrán * El secretario de la Comisión de Educación del Senado de la República, Francisco Salazar, respaldó el señalamiento de los premios UNAM y tres ex rectores en contra de un congreso resolutivo para poner fin a la huelga universitaria, pues señaló que no tiene sentido el diálogo con estudiantes intransigentes.

Crítico de los huelguistas, el panista también arremetió contra el presidente Ernesto Zedillo, los secretarios de Educación Pública y Gobernación y el procurador general de la República por mostrarse "pasivos" y no hacer que se cumpla la ley exigiendo la entrega de las instalaciones universitarias.

Indicó que es momento de que la PGR determine "quiénes son los delincuentes" y castigue a los responsables de las pérdidas por cuatro mil millones de pesos que ha causado el cierre de la máxima casa de estudios durante más de cinco meses.

Consideró que el llamado de los ex rectores y maestros premiados demuestra que se está volviendo un clamor universitario que el gobierno actúe. "Nadie le ha pedido al Presidente que use el Ejército ni las bazucas ni la policía, pero sí que utilice la ley", señaló luego de asistir a una reunión de ese órgano legislativo.

Dijo que ante la postura intransigente de los huelguistas, al Poder Ejecutivo le ha faltado una actitud inteligente: "No basta con que el presidente Ernesto Zedillo diga que está preocupado; debe tener una estrategia para solucionar un conflicto tan lamentable", insistió.

Para el senador panista, un congreso universitario no resuelve en estos momentos el problema de la UNAM, porque mientras los estudiantes paristas se pronuncian por el diálogo pretenden que sus exigencias se cumplan a fuerza.

No obstante, señaló que los universitarios no pueden negarse a discutir cualquier asunto de su casa de estudios, por ejemplo si debe permanecer o no la Junta de Gobierno o si se necesita un nuevo Consejo Universitario, pero consideró incorrecto que se haga con base en imposiciones.

Dijo que ahora está en manos del gobierno el fin del conflicto en la Universidad Nacional porque, aseguró, el resto de los poderes ya hicieron lo que les correspondía y recordó que las dos cámaras legislativas ya han emitido varios puntos de acuerdo a favor del diálogo y la reanudación de clases, y han buscado acercar a las partes.

Afirmó que el Consejo General de Huelga se ha erigido en el principal enemigo del sindicato de trabajadores de la UNAM, porque los estudiantes prácticamente le quitaron a los sindicalizados su principal instrumento de presión, que es la huelga.