Ť Gustavo Pérez abrirá exposición en el MAM
Deseable, una presencia mayor de la cerámica en México
Ť Por vez primera, el recinto exhibirá vasijas hechas en torno
Merry Mac Masters Ť Por primera vez el Museo de Arte Moderno albergará una exposición de ''vasijas en cerámica", cuyo punto de partida es el torno, como precisa el artista del barro Gustavo Pérez (DF, 1950). La otra vertiente de la cerámica en México es la escultórica, pero no está fundamentada en el oficio de alfarero y sus practicantes se asumen escultores y no ceramistas.
Aparentemente, acota Pérez, hay pocos que se quieren considerar ceramistas. Para bien o para mal, se le comenta. ''Pues, en principio es para mal. Sería deseable que hubiera una presencia más amplia de la cerámica. No es ninguna ventaja ser uno de los pocos que hacen vasijas en el país. La tendencia hacia la escultura, la instalación, el arte-objeto, lo conceptual, parece que atrae a muchos hacia el otro lado de la creación en cerámica. Eso es una situación que sería deseable modificar, que hubiera más atención al torno, al oficio de alfarero, considerando que tiene posibilidades expresivas importantes. Sólo hace falta trabajar mucho para encontrarlas, pero vale la pena. En el contexto internacional de la cerámica, la atención máxima aún es para las vasijas".
Pérez, que primero estudió ingeniería, matemáticas y filosofía, no se cansa de decir: ''Cuando vi el barro, cuando conocí el torno, entendí que eso era lo que quería hacer toda la vida". Tres décadas después es evidente que estaba en lo cierto. Desconocedor en aquel momento de sus propias habilidades manuales, Pérez es de la opinión que ''eso se desarrolla. Hace falta trabajar y las manos aprenden. Uno nunca sabe hasta dónde puede llegar en un camino así. Justamente se mete en él para averiguarlo, no hay ninguna garantía, todo es trabajo".
Oficio que exige paciencia
Pérez apunta que la cerámica es un oficio en donde el control de la técnica, la comprensión de la naturaleza del barro y sus posibilidades exigen mucha paciencia. ''Trabajé quizá 20 años antes de encontrar algo que sentí como un lenguaje propio. A lo mejor a otros eso se les da más rápido, pero a mí me costó ese tiempo y estoy seguro que fue indispensable para conseguir algo que pudo ya ser considerado con más seriedad en otras partes del mundo".
Desde 1994, Pérez es miembro de la Academia Internacional de la Cerámica. Cuenta de una amiga que vive aquí, Adele Goldschmied, se ocupó de presentar fotografías de su trabajo en reuniones internacionales. A raíz de eso fue invitado para ingresar a esa agrupación. La primera reunión a la que asistió fue en Japón, ''país al que un ceramista tiene que ir un día en la vida". Si por un lado hay problemas que comparten los artistas de barro del mundo, como su relación con el material y el fuego, por el otro hay aquellos específicos del lugar de origen. Explica: ''En Japón hay un público comprador de cerámica muy grande, entonces los ceramistas venden su trabajo con relativa facilidad, pero la competencia es terrible. Hay miles de ceramistas activos y con trabajo de primera calidad debe haber mil o más en el país. Sólo en Kyoto hay 400 galerías de cerámica y en México no hay una sola. Ahora, Ƒen qué lugares es más fácil crecer?, eso también varía. En los países desarrollados existen proveedores de cerámica para comprar el material o la herramienta que se necesita en cualquier momento. En México eso no es posible. Hay un proveedor y en general no tiene lo que se busca. Se puede trabajar con lo que haya. Entonces, existen compensaciones".
ƑCuáles serían? ''Al platicar con ceramistas europeos y japoneses se sorprenden de la posibilidad de tener talleres grandes ųa partir de junio de 1992, Pérez estableció su taller de Zoncuantla, en Coatepec, Veracruzų, contar con espacio barato, de poder contratar ayudantes lo cual es imposible en un país rico; por ello la mayoría de los ceramistas necesita un trabajo con maestros en una escuela. Es excepcional el caso de los que consiguen vivir del producto de la venta de su trabajo, lo cual en México no es que sea fácil, pero es posible si me atengo a mi experiencia. No he hecho otra cosa por 30 años y he sobrevivido. A veces lo he definido así, sobreviví 22 años y desde hace unos ocho vivo de la cerámica". Si en tres décadas Pérez ha producido ''unas 25 mil piezas", es probable que éstas se hayan ''visto", porque ha expuesto en forma individual en diferentes galerías y museos de la ciudad de México, Querétaro, Jalapa, Monterrey, Guanajuato, Oaxaca, Guadalajara, así como en Holanda, Estados Unidos, Francia, Japón, Dinamarca y Suecia.
(Gustavo Pérez. Cerámica, muestra que será inaugurada el jueves 7, a las 20:00 horas, en el Museo de Arte Moderno.)