ALEBRIJES Ť Patricia Vega
Crónicas de Manhatitlán
Cuando la pareja integrada por el caricaturista Felipe Galindo (Cuernavaca, Morelos, 1957) y la artista plástica Andrea Arroyo decide, en 1983, ''probar suerte" en Nueva York, entre los objetos de su ligero equipaje iba algo de mucho mayor peso: la impronta de una rica herencia cultural que puntualmente se refleja en la obra de cada uno de ellos.
En los años ochenta, ni Galindo ni Arroyo imaginaban que Nueva York se convertiría en su segundo hogar. De hecho, decidieron quedarse en la llamada urbe de hierro luego de que lograron abrirse un espacio a partir del reconocimiento a su producción artística.
Pues bien, desde hace algún tiempo Feggo ųnombre de batalla del colaborador habitual de la sección Lunes en la Ciencia de este diarioų viene dándole vueltas a la idea de concretar en caricaturas la experiencia vital en la que convergen dos culturas: la mexicana y la estadunidense.
El resultado de esta fusión se tradujo en la exposición titulada Crónicas de Manhatitlán ųtérmino acuñado por Felipe Galindo y que surge de las palabras Manhattan y Tenochtitlánų que se inaugura hoy en la galería de la sede neoyorquina del Instituto de Cultura Mexicana (donde permanecerá abierta hasta el próximo día 14) y en la que se alude a la gran diversidad étnica que caracteriza a Nueva York.
Crónicas de Manhatitlán es un proyecto que consiste en un corto de animación y una serie de 24 dibujos realizados en técnica mixta, que abordan con mucho humor la experiencia de los migrantes mexicanos en el área de la gran manzana.
El filme ųrealizado en 16 mm y con duración de siete minutosų está integrado a su vez por cinco cortos que subrayan la conservación de las tradiciones en un contexto de multiculturalismo y globalización.
Este proyecto fue realizado gracias a una beca otorgada por el Fideicomiso para la Cultura México-Estados Unidos, auspiciado entre otras instituciones por el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y la Fundación Cultural Bancomer.
Las imágenes de Feggo ųque han sido incluidas en más de 30 antologías internacionalesų son apreciadas por su poesía y las fuertes dosis de un humor negro que es presentado de forma tal que puede ser entendido universalmente. De ahí que sus trabajos hayan sido premiados lo mismo en Japón, Italia, Estados Unidos o nuestro propio país.