CIUDAD PERDIDA Ť Miguel Angel Velázquez

Ť Piedras en el camino de López Obrador
Ť Su candidatura al GDF, resuelta

En la política mexicana una de la nuevas normas será aquella de que a cada personaje le corresponde su Porfirio.

Por eso, si a Cárdenas le salió su Muñoz Ledo y a Labastida su Madrazo, ahora para Andrés Manuel López Obrador se preparan Demetrio Sodi y Pablo Gómez.

La candidatura del tabasqueño, como ya se ha dicho hasta el cansancio, está resuelta.

Las corrientes más representativas del PRD, como IDEA y El Barzón, entre otras, apoyan abiertamente a López Obrador, quien también hasta el cansancio ha demostrado cumplir con todos los requisitos para convertirse en el candidato a la jefatura de Gobierno.

De esa manera, los grupos en apoyo a otros candidatos son en general pequeños y sin mayor trascendencia en el PRD. Sólo Marco Rascón, con el apoyo de la vieja Asamblea de Barrios, puede obtener un importante número de votos, aunque no comparables con los que obtendría el ex dirigente nacional perredista.

Demetrio Sodi hizo alianzas con Javier Hidalgo, cuya corriente está fracturada, y cuenta con el apoyo de Claudia Corichi García, la hija de la presidenta nacional del PRD, quien funge como su jefa de campaña.

De cualquier forma, los observadores de ese partido aseguran que estas sumas no alcanzan para lograr una presencia decorosa en las urnas.

Poco se sabe de Pablo Gómez. Sin restarle mérito por su trabajo legislativo, el político defeño pareciera no tener las simpatías de los militantes perredistas, y no se sabe de alguna corriente importante que quiera ofrecerle su apoyo. Así, aunque pareciera el más débil de los precandidatos, en cualquier momento podría dar la sorpresa.

Sin embargo, en el PRD se sabe que tanto Sodi como Gómez pretenden sacar a López Obrador de la jugada. La estrategia del denuesto sería muy mal vista en el interior de la organización política que hace esfuerzos importantes por crear el ambiente de unidad, tan necesario cuando está en juego el poder.

El mismo Cuauhtémoc Cárdenas ha urgido a militantes y cúpulas para establecer acuerdos mínimos, desde donde se pueda construir un frente duro que impida perder el Distrito Federal.

En muchos ámbitos de la política perredista se sabe que Andrés Manuel no estaba del todo conforme con dejar Tabasco y venir a la capital. Convencerlo fue tarea de mucha gente, de muchas horas, pero sobre todo de mostrarle con sondeos y encuestas que el PRD podría perder el DF en caso de que él no aceptara competir.

Y no es cuestión de forzar una candidatura. En la ciudad de México se juegan muchas cosas: las políticas, las económicas y muchas otras estrategias para darle base al tan esperado cambio.

Ahora resulta que hasta Marcelo Ebrad quiere ser jefe de Gobierno. El político camachista se lanza en pos de su propia utopía y esto, claro, no puede ni debe ser censurable. A fin de cuentas cada quien puede soñar lo que quiera, donde quiera.

Manuel Camacho ha ido envejeciendo con su propio sueño: quiere ser Presidente de la República, y Ebrad, contagiado, trata de seguir los pasos del maestro. Muchas son las desgracias que sufre la ciudad de México gracias al binomio Camacho-Ebrad, y de eso la gente tiene memoria.

Por el PRI

A Jesús Silva Herzog no le dolió tanto que Roberto Campa lo acusara de haber hecho trizas las finanzas del país, ni que no conociera la ciudad de México. Lo único que le reclamó, al término de eso a lo que se llamó debate, fue que lo acusara de viejo. Fue un golpe a la vanidad, ni modo.