Ť Presentó Phaethon en el Festival Cervantino


Reivindicar el carácter visual de la danza, fin de Karine Saporta

Angel Vargas, enviado, Guanajuato, Gto., 3 de octubre Ť Convencida de que la emoción visual es parte sustantiva de la vida humana, el reto artístico de Karine Saporta se orienta hacia ''la rehabilitación'' de ese rubro en el lenguaje dancístico.

Bautizada como la "vida de la nueva danza", la coreógrafa francesa, quien anoche ofreció la primera de las tres funciones cervantinas de su Phaethon, equipara el trabajo de los creadores del arte de Terpsícore con el de los pintores. De hecho, no duda en definirse como "artista visual".

"Todos los coreógrafos que han hecho algo importante (en la segunda mitad de siglo) son como pintores, artistas visuales. En Francia, esta tendencia (de dar realce al sentimiento de la imagen) es muy fuerte, más que en Estados Unidos. Me interesa mucho la comunicación visual. Uno de mis grandes retos es rehabilitarla e imprimirle fortaleza", asienta.

Con estudios también de Filosofía, Sociología y Cinematografía, Saporta subraya que la danza contemporánea se ha olvidado de explorar la relación entre las formas, los colores, las texturas, y el movimiento con las emociones y los sentimientos.

Asume, asimismo, que es deber del baile erigir al ser humano como una obra artística: "Se tiene que dar la imagen de qué es un ser humano, lo que no se puede ver en la vida cotidiana".

Ubicada como una de las más importantes de Europa, la coreógrafa es partícipe de voltear hacia lo tradicional y lo popular, a fin de dotar de sentido y lenguaje nuevos a su disciplina: "Me interesa encontrar la incursión popular, la universal, con ritmos y ademanes cerca del corazón, en vez de los desplazamientos del baile contemporáneo... Adentro de mí hay algo que comprende lo popular y que no he encontrado en lo moderno".

Sobre Phaeton, obra que Karine Saporta presenta en el Cervantino y que llevará el 8 y 9 de octubre al Centro Nacional de las Artes, en la ciudad de México, se trata de una pieza basada en la ópera homónima de Jean Paptiste Lully, cuya escritura se remonta al siglo XVII.

La trama retoma la moral del mito de Faetón ųen el que éste muere fulminado por un rayo de Júpiter, luego de que estuvo a punto de incinerar la tierra cuando conducía el carro solarų, para hacer una metáfora de los privilegios del poder y la pasión.

En cinco actos, la creadora ofrece una concepción coreográfica inspirada en las danzas de la corte y en los bailes populares de la época barroca, lo cual, según indica ella, es su primera incursión a ese estilo. Empero, acota que desde su primera coreografía "todo mundo ha dicho que mi trabajo es barroco".