La Jornada lunes 4 de octubre de 1999

ASTILLERO Ť Julio Hernández López

La posibilidad de que las rutas políticas de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Roberto Madrazo Pintado pudiesen confluir llevó al virtual precandidato a jefe del Gobierno capitalino, Andrés Manuel López Obrador, a oponerse expresamente e, inclusive, a advertir que el ingreso al PRD de aquel tabasqueño significaría la salida de este otro tabasqueño.

La postura tajante de López Obrador da una idea de la seriedad con la que se analiza en las cúpulas del PRD la posibilidad de que Madrazo pudiese pasar a engrosar las filas del partido del sol azteca.

Si tales especulaciones sólo fuesen eso, hubiese bastado que Andrés Manuel las enfrentase con algún desdén menor, con una referencia acaso irónica, pero no con el señalamiento expreso, contundente, excluyente de cualquier intento de negociación: si Madrazo entra al PRD, López Obrador se va del PRD. Así de sencillo.

La ruptura tricolor, en curso

Por más que le dan vueltas algunos perredistas al asunto, no le encuentran alternativa: Francisco Labastida Ochoa sólo podrá ganarle a Roberto Madrazo por la vía del fraude electoral. Volcado absolutamente en favor de quien es entendido como el candidato oficial, el sistema tradicional de manipulación de las elecciones constitucionales será ahora aplicado en favor del sinaloense favorito.

Ante ello, ante cifras oficiales que le sean adversas (fraudulentas, pero oficiales), Madrazo Pintado sólo tendría dos caminos: la disciplina tradicional (con lo cual se acabaría toda la fuerza que ha creado hasta ahora) o la ruptura con el sistema del que ha sido gran beneficiario.

Según esas fuentes perredistas, Madrazo Pintado está dispuesto a ir hasta el final, a no transigir, por una razón cuya lógica fluctúa entre lo mafioso y lo político (Ƒacaso, en estos momentos, en la política priísta, se juntan ambos conceptos?): en cuanto se doble, en cuanto negocie, en cuanto le levante la diestra triunfadora a Pancho, será aplastado por el mismo sistema al que ha retado.

La milagrosa veladora de la oposición

En el fondo, el ex gobernador tabasqueño lo que busca es impunidad (impunidad para sus cuestionados gastos de campaña por la gubernatura, para su ejercicio gubernamental, para sus otros gastos de campaña: los presidenciales) y, signo de los tiempos, sabe que esa protección no le será garantizada nunca dentro del propio sistema (a menos que se le deje ser el candidato presidencial, en un escenario improbable que, sin embargo, según algunos madracistas, es plenamente posible), sino manteniendo siempre prendida la nueva veladora expiadora de culpas, la llama dadora de impunidad y respeto: la actitud opositora.

Perseguido que fuese, sería un mártir; encarcelado, un elemento de desestabilización. Por ello, Madrazo ha buscado con insistencia el camino del PRD. Primero lo hizo por la puerta falsa, tocando al domicilio equivocado: en casa de Layda Sansores habló con Porfirio Muñoz Ledo y con Ifigenia Martínez, hecho del cual se dio cuenta aquí muchas semanas atrás. Después, ha platicado con Ricardo Monreal, el gobernador zacatecano que mediante las negociaciones con fuerzas ajenas al perredismo se ha dedicado a construirse una figura que le ayude a buscar un cargo en el próximo gabinete federal, sea éste panista, perredista o priísta. Luego, se han dado versiones confiables que hablan de que Madrazo ha buscado directamente a Cuauhtémoc Cárdenas en sus oficinas particulares. Hay quienes, sin dar ninguna prueba, aseguran que cuando menos un encuentro se ha realizado.

La verdadera alianza

Pero, más allá de los detalles personales (cita o no cita, reunión o no reunión), lo evidente es que, a juicio de influyentes perredistas, la candidatura cardenista sólo logrará crecer en la medida en que se produzca la nueva escisión priísta en curso, y en que esas fuerzas sean adoptadas por el PRD.

La alianza real que buscaría Cárdenas sería con las fuerzas que renunciasen al PRI el próximo 7 de noviembre. A esos priístas, encarrerados con Roberto Madrazo en una lucha política real, no les quedaría de ninguna manera una alternativa mejor que el PRD: no podrían irse con el PAN y con Vicente Fox, pues la mayoría de los madracistas son priístas hechos en el esquema del nacionalismo revolucionario y la justicia social, es decir, totalmente adversos al panismo y al foxismo.

El pragmatismo de la cúpula cardenista parece estar llevando a una situación clave: el 7 de noviembre habrá una fuerza política que romperá con su partido y que podría quedar suelta, al garete. El PRD decidirá si toma o deja esa fuerza. Por ello, hay quienes, en el ámbito en que se deciden las cosas del PRD, han planteado la posibilidad de que Madrazo Pintado entre a ese partido, y dicen en su favor: se ha deslindado de las prácticas antidemocráticas del PRI, se ha deslindado verbalmente del salinismo y es un personaje con un capital político importante, aunque su origen sea oscuro.

Compañero Roberto

Frente a esos razonamientos, López Obrador ha recurrido a lo que ha sido su escudo frente a circunstancias similares: los principios ideológicos, el valor ético del ejercicio político.

No cabrían esos dos tabasqueños en el mismo partido. ƑCómo se vería Andrés Manuel, haciendo gala de pragmatismo, como compañero del que despilfarró millones de dólares en la campaña gubernamental, del que aplicó autoritarismo y corrupción para acabar con la oposición perredista en la entidad, del que ha gastado otra vez millones de dólares para promocionarse como aspirante a la Presidencia?

Pero, a pesar de las palabras de Andrés Manuel, de su advertencia tajante, sigue el rumor al interior del PRD. Está bien: que no entre Madrazo personalmente, pero sí el madracismo. Hay priístas en todo el país que están dispuestos a dar el paso hacia afuera en caso de que el sistema al que han servido (muchos de ellos como expertísimos mapaches electorales) les quiera dar atole con el dedo el próximo 7 de noviembre.

El Partido de la Revolución Pragmática

Ahora bien, el otro escenario posible es que Madrazo Pintado esté encareciendo sus ambiciones políticas, usando el fantasma perredista, que esté dispuesto a reconocer de alguna manera el triunfo labastidista y que, en todo caso, cobre más por reconocer ese supuesto triunfo del sinaloense.

Dicen algunos madracistas: si Labastida gana, necesita obligadamente a Madrazo; si Madrazo gana, a quien menos necesita es a Labastida. En esa lógica, al sinaloense le costará mucho tener al tabasqueño a un lado, mucho más si, como se dice, tiene una invitación en curso para que, si le hacen fraude electoral, se pase con todo y huestes al Partido de la Revolución Pragmática, el PRP.

Astillas: Allí va. Allí va. Gilberto Rincón Gallardo, presidente del Partido Democracia Social, del que siempre ha habido tufos oficialistas muy claros, está abriendo el camino para la gran alianza opositora, con Porfirio Muñoz Ledo como candidato presidencial, y un cadáver político llamado PARM como importantísimo aliado... En Coahuila, 19 diputados del PRI y 13 de la oposición, según el cómputo oficial... Ha dicho Francisco Labastida que los paristas de la UNAM han sido armados por el Ejército Popular Revolucionario (EPR). Lo llamativo es que, como secretario de Gobernación, el sinaloense no pudo resolver el problema de guerrillas como la citada, y que su sucesor, Diódoro Carrasco, tampoco ha podido resolver ese asunto grave.

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