Miguel Concha
La bolsa o la vida

TAL ES EL TITULO del libro del especialista belga Eric Toussaint, presidente del Comité por la Anulación de la Deuda del Tercer Mundo (CADTM), y uno de los teóricos más consistentes en el análisis de esta problemática. En la obra analiza el mecanismo de su-bordinación de los pueblos y estados de la periferia al centro que implica la deuda, por la pérdida de soberanía y la transferencia de riquezas producidas por los pueblos periféricos a favor de la acumulación de capital, principalmente el localizado en los países industrializados, reforzadas por las políticas de ajuste estructural impuestas por el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), así como las posibilidades actuales de una reconsideración del costo social de la deuda a nivel nacional, continental y planetario.

Como lo acabamos de ver esta semana en la Asamblea de Gobernadores del FMI y BM, así como en el seno de la Comisión Europea, para Toussaint es factible alcanzar la cancelación parcial o total de la deuda pública externa de un Estado con otro, como las que se negocian a través del Club de París, con las limitantes de que se trate de un país muy pobre y endeudado, que haya además ejecutado durante seis años un programa de ajuste estructural reforzado, lo cual hace tan pesado el liberarse de la carga como la carga misma.

Fue así como desde 1996 se habló, en la cumbre de Lyon del Grupo de los Siete, de llegar a condonar hasta 80 por ciento de la deuda externa de 40 naciones del Africa subsahariana y de América Central andina, con la condición inflexible de que se conside-raría únicamente la deuda anterior a la primera renegociación, que en general se efectuó hacia el año 1985, lo que en realidad representa una reducción muy pequeña. En condiciones similares, el comisario europeo de Economía y Finanzas anunció esta se-mana que la contribución que la Comisión Europea está dispuesta a realizar a favor del alivio de la deuda de los países más pobres, podría llegar sólo hasta los mil millones de euros, es decir, unos mil 40 millones de dólares. En el mismo sentido, el presidente Clinton ofreció hace tres días en Washington condonar los préstamos otorgados por su país a 36 de las naciones más pobres del mundo, aunque desde luego no expresó que la decisión unilateral de Estados Unidos de aumentar en los años 70 la tasa de interés, llevándola de 4-6 por ciento a más de 20 por ciento en pocos meses, significó en sí una traición a la buena fe de los contratos asu-midos por los países del Sur que se vieron obligados a tomar nuevos empréstitos para pagar los intereses, lo que para todo el continente latinoamericano implicó un pago extra de 106 mil millones de dólares.

La deuda de las naciones más desamparadas con Estados Unidos, principalmente de Africa, así como Bolivia, Nicaragua y Haití, alcanza sólo cerca de 5 mil 800 millones de dólares. Confiamos en que al menos éstos les sean condonados sin más condición que su inversión en programas de desarrollo social, como lo exige la campaña internacional Jubileo 2000.

Para Toussaint, es todavía prácticamente impensable que las instituciones multilaterales renuncien a cobrar a los deudores, como se volvió a hacer patente el pasado 28 de septiembre, al rechazar las nuevas pro-puestas del BM y del FMI de reducir hasta en 27 mil millones de dólares los préstamos foráneos de los países más pobres del mundo, y lo ilustró sobre todo con el caso de Nicaragua, el vocero de Jubileo 2000 para América Latina (cfr. La Jornada, 28 de septiembre, p. 24). No en vano el director ge-neral del FMI ya había expresado irónicamente con anterioridad que ''la solución al problema de la deuda no puede venir del cielo''.

En cuanto a la deuda exterior del Sur contraída con instituciones privadas del Norte, hasta ahora ningún Estado propone medidas de anulación, cuando hay que considerar que más de 50 por ciento de la deuda de los principales países latinoamericanos y asiáticos pertenece a este tipo. Hay que colegir que de la energía con que los movimientos sociales se posicionen económica, ética y políticamente del tema de la deuda, irán surgiendo las propuestas con mayor potencialidad de cara al futuro.