n Las distribuidoras serán unidades de negocios


Inicia CFE la restructuración de sus organismos públicos

n Las reformas constitucionales serán la última etapa del proceso, informó Alfredo Elías Ayub a ingenieros civiles

Miriam Posada García n La Comisión Federal de Electricidad (CFE) cambió su estrategia para establecer un mercado eléctrico en México. El director de la paraestatal, Alfredo Elías Ayub, informó que ahora el primer paso es la ya iniciada división del sistema de transmisión en 13 distribuidoras regionales que funcionarán como unidades de negocios y que competirán entre sí, mientras que las reformas constitucionales propuestas por el Ejecutivo serán la última etapa de este proceso.

Durante una reunión de trabajo con miembros del Colegio de Ingenieros Civiles de México (CICM), el funcionario detalló que la energía eléctrica generada en la planta nuclear de Laguna Verde servirá como referencia base o ''piso'' para establecer el precio de la energía, y las hidroeléctricas el tope máximo o ''techo''.

En segundo término está la oferta de energía, proceso en el que las distribuidoras competirán, y como tercero está la aprobación a las modificaciones de los artículos 27 y 28 constitucionales, con lo que se permitiría la entrada de capital privado.

Elías Ayub señaló que la intención de esta medida es avanzar en la creación de las condiciones necesarias para la operación de un mercado eléctrico. Agregó que la reestructuración de CFE deberá concluir en agosto del año 2000, toda vez que durante los últimos tres meses de este sexenio se deberán hacer las pruebas necesarias y la evaluación de lo que denominó el ''mercado sombra''.

Con estas medidas, la CFE dio inicio a una parte de las disposiciones establecidas en la propuesta de cambio estructural enviada por el Ejecutivo al Congreso de la Unión, la cual, como primera etapa establece la reestructuración y transformación de los organismos públicos: como segunda, la apertura de actividades a inversionistas privados, para lo que se tendrían que realizar modificaciones constitucionales, y enseguida dar paso a la desincorporación de empresas públicas.

En lo que podría considerarse un revés político, la CFE optó por iniciar su reestructuración a manera de avance, mientras los legisladores discuten y resuelven si se permitirá o no la inversión de capital privado en el sector eléctrico nacional.

Ante ingenieros que se manifestaron a favor de que el Estado se mantengan como rector de la industria eléctrica del país, Elías Ayub detalló que la paraestatal está trabajando en la creación de un mercado ''virtual'', en el que entrarán en competencia las gerencias de distribución a manera de unidades de negocios con un sistema financiero transparente.

De esta manera el sistema de transmisión quedará dividido en 13 distribuidoras regionales que deberán competir entre sí como si fueran empresas independientes bajo criterios específicos, que consistirán en no afectar la estabilidad operativa del sistema, que sus proyectos tengan viabilidad técnica y económica y que contribuyan a crear un mercado ''sombra de energía''.

Detalló que como segunda etapa se abrirá el proceso para ofrecer energía en el mercado y se establecerán los precios, para lo que las empresas deberán hacer sus cotizaciones por hora y así emplear la energía más barata en horas de demanda regular y el resto, sin importar la cotización en las horas pico.

Como tercera etapa, la CFE tiene prevé la aprobación de las modificaciones necesarias para permitir la entrada de capitales privados nacionales o extranjeros, medida ''urgente'', ya que según cifras de Elías Ayub a partir del año 2000 se iniciará el pago de los proyectos desarrollados bajo el esquema Pidiregas (proyectos de inversión diferidos con registro al gasto), cuyo costo no será posible cubrir en el año 2003, ni aunque se hiciera uso de todo el presupuesto de la paraestatal, ya que para entonces la deuda ascenderá a 2 mil millones de dólares.

De acuerdo con estimaciones de la paraestatal, el monto de la deuda a pagar por Pidiregas en el año 2000 será 500 millones de dólares, para el 2001 ascenderá a 980 millones, para el 2002 serán mil 450 millones de dólares, y las cuentas sólo llegaron hasta el 2003, cuando los proyectos ascenderán a 2 mil millones de dólares, por lo que a decir del propio director de la CFE, ni todo su presupuesto alcanzaría para cubrir esos montos.

Elías Ayub destacó que es su obligación mantenerse a la vanguardia, a fin de garantizar el abasto de electricidad que demanda el país, por eso, dijo, se inició este proceso de reestructuración toda vez que ''no sabemos para cuando va a entrar a discusión la propuesta de reforma del Ejecutivo'', lo que sí es conocido, señaló, es que México es una de las pocas economías emergentes en el que no existe un mercado eléctrico competitivo.

Mientras, el presidente del CICM, Luis Ramos Lignán, enfatizó que es indispensable que el Estado mexicano mantenga la rectoría del sistema eléctrico nacional, y señaló que la CFE no debe desaparecer, sino ser fortalecida y preservada como patrimonio nacional.

Asimismo señaló que en el mediano y largo plazos deberá darse impulso a la cogeneración, así como considerar y poner en marcha los avances tecnológicos e industriales al uso del carbón, continuar con el aprovechamiento del potencial hidroeléctrico y dar seguimiento a los avances que se produzcan en materia de energía nuclear, eólica y solar.

Ramos Lignán consideró que el proceso de reestructuración al que está sometida la CFE facilitará la transición hacia un mercado eléctrico abierto, y la colocará como un competidor fuerte y eficiente con capacidad propia de gestión que la librará a su vez de los ''pesados subsidios descapitalizantes''.