Pintura de la Virgen María origina una guerra cultural


Imágenes provocadoras en NY

Jim Cason y David Brooks, corresponsales, Nueva York, 29 de septiembre n Una pintura de la Virgen María con excremento de elefante sobre uno de sus senos y fotografías de glúteos femeninos recortados de revistas pornográficas ha desatado una guerra cultural entre el Museo de Arte de Brooklyn y el alcalde de esta ciudad, Rudolph Giuliani.

La exposición de arte que se inaugurará este sábado, Sensación: artistas británicos jóvenes de la Colección Saatchi, está repleta de provocadores trabajos: como la escultura de una cabeza humana moldeada con sangre o la imagen de un cráneo perforado por un balazo.

Pero lo que causó la ira del alcalde, y con ello su amenaza de retirar el subsidio municipal al museo si no se cancela la muestra, fue una pieza del artista inglés de descendencia africana Chris Ofili, su polémica pintura de la Virgen María, cuadro que Giuliani calificó como "algo enfermo".

La guerra se ha intensificado en los últimos días, pues el alcalde amenaza con suspender el subsidio de 7.2 millones de dólares anuales que otorga la ciudad al Museo de Arte de Brooklyn -uno de los más antiguos de la ciudad-, si éste no cancela la exhibición. Los directores de la institución cultural intentaron negociar con el alcalde y buscaron el modo de llegar a un acuerdo.

 

Silencio ante el conflicto

 

Un misterioso silencio imperó en decenas de instituciones culturales de esta capital; incluso el Museo Metropolitano de Arte y el Museo de Arte Moderno parecieron evadir el conflicto. Al parecer, temían que Giuliani, conocido por tratar a los que están en desacuerdo con él como enemigos, tomara acciones en su contra.

Pero el martes pasado culminó la primera batalla con el fin de las negociaciones: el Museo de Arte de Brooklyn decidió demandar al alcalde en una corte federal, acusándolo de bloquear la exhibición y de violar así el derecho de libre expresión garantizado por la Constitución.

El gobierno municipal respondió de inmediato y suspendió el subsidio al museo -congeló el pago de 497 mil dólares que estaba por entregar este viernes-, además de que promueve una campaña para retomar el control del edificio y sus actividades, al intentar cancelar el contrato de renta correspondiente, en vigor desde 1893.

Todo Nueva York ha entrado en el conflicto, y la guerra ocupa las primeras planas de New York Times, Daily News y en los medios electrónicos. Agrupaciones y líderes católicos, como el cardenal de la ciudad, han considerado que la exhibición es un ataque contra la religión, condena a la que se han sumado organizaciones judías y no pocos ciudadanos del lado del alcalde. Y, en contra, artistas, y, por fin, las principales instituciones culturales, entre ellas los museos más importantes, que se han manifestado contra Giuliani.

En una carta de apoyo al Museo de Arte de Brooklyn, preparada ayer por el Grupo de Instituciones Culturales -que reúne a 33 de los centros más conocidos- y firmada, entre otros, por el director del Museo Metropolitano y el del Museo de Arte Moderno, se declara: "La expectativa de que las instituciones apoyadas por el gobierno de Nueva York deban asegurar que los funcionarios municipales encuentren inofensiva cualquier exhibición o función, causará un daño a largo plazo no sólo al Museo de Arte de Brooklyn, sino a todas nuestras instituciones culturales y a nuestra ciudad".

Giuliani no sólo se opone por cuestiones morales y de "defensa" de la religión, sino también estéticas. La semana pasada consideró que arrojar mierda sobre una pintura era algo que hasta él podía hacer. Dijo: "Si yo lo puedo hacer, no es arte, porque no soy muy artístico".

Mientras tanto, el autor de la pintura que indignó a los "decentes" de la ciudad, Chris Ofili, comentó a The New York Times que "la gente que está atacando esta pintura está atacando su propia interpretación, no la mía". Dijo que sospechaba que había una "agenda más grande" en este debate. Explicó que el excremento de elefante dibujado es una referencia a su herencia cultural africana y también se identificó como un católico creyente.

En la ciudad más sofisticada del mundo y que suele autonombrarse la "capital universal de la cultura", un poco de mierda salvaje y una representación de una Virgen han provocado una guerra cultural-religiosa. ƑQuién dice que el arte ya no provoca locura y pasión?