n El boxeo, un deporte salvaje que pretende humanizarse a fin de siglo


Poca protección en el primer duelo por un título junior

Carlos Hernández, enviado, Moscú, 29 de septiembre n Con el propósito de proteger a las nuevas promesas del boxeo, esta tarde se realizó la primera pelea por un campeonato mundial juvenil profesional.

Y el ganador, no podía ser de otra forma en tierras rusas, fue el local Dimitri Kirilov, quien dio una auténtica golpiza al sudafricano Chris de Nicker, y por amplia decisión unánime conquistó el cetro supermosca junior del Consejo Mundial de Boxeo en una función al estilo ruso: con bellísimas edecanes anunciando cada round en minúsculos trajes de baño que, de acuerdo con la apertura actual aquí, llevaban marcas comerciales en sus ropas.

Con sus caras de niños, Dimitri y Chris subieron al encordado en una función con estricta vigilancia dentro y fuera de la arena, que incluyó detector de metales, celosa revisión a los aficionados y que por asistencia de tantos policías-militares hicieron recordar la película de Rocky ante el ruso Iván Drago.

Al final, los púgiles terminaron como los dos actores: golpeados, sangrantes, débiles las piernas, hinchados los rostros y, quizá, con el único deseo de irse a casa.

Se observó el dramatismo punzante del boxeo, la crueldad de un deporte que pretende humanizarse al fin del milenio.

Dimitri sangró por un cabezazo que le abrió de tajo la ceja izquierda, en el quinto episodio, pero Chris hizo honor a su apodo de Sin límite y recibió tantos golpes como los padeció el mexicano Miguel Angel González ante el también ruso Konstantin Tszyu, quien esta noche observó desde el palco de honor el triunfo de su compatriota.

Dimitri se impuso con puntuaciones de 100-90, 100-90 y 99-90 (los duelos de esta categoría son a 10 rounds), y a partir de ya se empezarán a recibir solicitudes en todas las divisiones para clasificar a púgiles menores de 21 años y 11 meses; se supone que con esta nueva medida, los jóvenes ya no tendrán que enfrentar a boxeadores muy experimentados que les ganaban con suma facilidad.

Sin embargo, Chris recibió un castigo excesivo, como si hubiera sido golpeado por uno mayor que él, y si terminó de pie la contienda fue por su aguante total y su valentía excesiva, por decirlo de alguna manera.

La escena dramática de la noche fue protagonizada por Bolonogul Genohonal, quien recibió a los 56 segundos del primer round un tremendo gancho de derecha a la quijada y cayó de bruces sobre la lona; durante varios minutos se desconectó de este mundo. Sus auxiliares y los oficiales de ring lo quisieron ayudar, pero más lo afectaron, ya que lo trataron de incorporar cuando todavía estaba noqueado, mientras que los asistentes médicos llegaron siete minutos después, cuando ya empezaba a despertar, mientras al ganador Denis Bakhtov estaba más asustado que contento por su triunfo.

A fin de cuentas, el pugilismo tiene un campeón más que se suma a la larga lista de los monarcas mundiales, internacionales, continentales, de norteamérica, mundo hispano, del Caribe, Sudamérica, Europa y Asia, en un número difícil de cuantificar, pues se cuenta con 17 divisiones en los cuatro principales organismos que controlan el deporte de los pobres.

Antes de la función boxística, en la que sólo faltó la venta de cerveza, José Sulaimán se vistió por tercera vez con toga y birrete, al recibir el doctorado honoris causa en Cultura y Educación Física de la Academia del Deporte en Rusia.

Previamente, la Universidad de Newport lo había nombrado doctor en Letras Humanas y el Instituto de la Universidad de Londres, doctor en filosofía. "Llevo 51 años como comisionado de boxeo y todo se lo debo a este deporte, porque de otra forma sería, simplemente, un industrial", expresó el presidente del CMB luego de recibir la distinción.