GALERIA Ť Jorge Alcocer Varela

En busca del origen de los males reumáticos

cien-alcocer.jpg Una profesión en vías de extinción, un investigador que trabaja en el conocimiento de frontera y que a su vez lleva la aplicación de esa investigación cotidianamente a sus pacientes. "No es una actividad que remunere económicamente tanto co- mo practicar la medicina privada", pero de la que el doctor Jorge Alcocer Varela (México, DF, 1946), jefe del departamento de Inmunología y Reumatología del Instituto Nacional de la Nu-trición Salvador Zubirán (INN-SZ), se siente profundamente orgulloso y privilegiado.

Alcocer Varela, investigador clínico, se dedica desde hace 25 años al estudio de las enfermedades reumáticas y a conocer qué las ocasiona. Esas enfermedades tienen una serie de mecanismos que se basan en la autoinmunidad, es decir, que las células inmunológicas tienen la capacidad de reconocer a nuestros propios tejidos y también a sustancias extrañas, con el fin de eliminar a esas últimas. Sin embargo, cuando esa respuesta se vuelve contra nuestro propio organismo, se presenta una enfermedad autoinmune.

El especialista advierte que en nuestro organismo se realiza una revisión continua de nuestros componentes, en la que se presentan respuestas autoinmunes que no son patológicas, pero que "posiblemente algunos factores externos, ambientales, hormonales o infecciosos hacen que se confunda ese reconocimiento y aparezca una respuesta grave contra nuestros propios tejidos. Por ejemplo, en el lupus eritematoso, prototipo de esas enfermedades, se producen anticuerpos específicos contra células de varios tejidos, como las plaquetas que se encargan de la coagulación; al ser destruidas, el paciente pue-de morir por un sangrado".

La regulación inmunológica se altera en forma diferente en cada una de las enfermedades reumáticas, y sus manifestaciones clínicas ųen piel, articulaciones, hígado, riñón, cerebro y en la sangre, entre otrasų son muy amplias, por lo que se vuelven generalizadas. Sin embargo, el doctor Alcocer apunta que en la mayoría de esos padecimientos aún no se conoce su origen.

"Se ha planteado como posibilidad que algunos agentes infecciosos, como bacterias o virus, alteran la homeostasis inmunológica de un individuo genéticamente susceptible a desarrollar una de esas enfermedades. También se presenta un terreno hormonal muy particular que favorece que sean más frecuentes en mujeres jóvenes, en una proporción de hasta 9 a 1, y factores ambientales, ligados a los hormonales, como serían la exposición a luz ultravioleta, ciertos medicamentos y el contacto con sustancias del medio ambiente que aún se desconocen."

alcocer-jorge-3-jpg En particular, Jorge Alcocer, médico cirujano de la UNAM, especialista en medicina interna, reumatología e inmunología clínica en el INNSZ, y con estudios de posgrado en la Universidad de Londres, se ha dedicado a conocer los factores celulares y las moléculas que liberan la respuesta inmune, llamadas citocinas o interleucinas. "Producto de su estudio, se sabe que varias moléculas solubles o citocinas se producen en forma anormal por las células de esos pacientes, y hoy se emplean en el tratamiento de algunas de esas enfermedades de base autoinmune".

Alcocer Varela enfoca sus esfuerzos en tres aspectos de la investigación: encontrar el origen de esas enfermedades, en cuyo campo su grupo de trabajo es líder mundial; hacer un diagnóstico temprano; tener una descripción más puntual y ágil de los síntomas, con el fin de integrar mejor el conocimiento de la enfermedad, y ofrecer, en consecuencia de lo anterior, recursos de tratamiento que, si bien no son específicos debido a que se desconoce el origen del padecimiento, sí son mucho más directos.

Finalmente, agrega que "el investigador clínico debe ser inquieto, insatisfecho, con una gran dosis de inconformismo para poder generar y cumplir los compromisos con los pacientes. En los últimos años, la posibilidad de hacer investigación clínica se ha debilitado en forma importante en nuestro país y a nivel mundial. A ello contribuyen, entre otros factores, la superespecialización de la medicina, la falta de interés por el estudio de carreras duras, el atractivo de las disciplinas técnicas o de las de rápida retribución económica, así como el pobre apoyo que se da a la investigación. Ojalá logremos revertir esa tendencia, por el bien de nuestros pacientes". (Mirna Servín) (Fotos: Arturo Guerra)

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